Presentamos en la Revista Trasdemar la nueva reseña de nuestro colaborador Besay Sánchez Monroy dedicada al libro “Vigilia en Velora” del autor Iván Cabrera Cartaya (Tenerife, 1980) galardonado con el Premio de Relatos Cortos Isaac de Vega en 2019. Esta es la cuarta entrega de una serie dedicada a la crítica literaria sobre los libros de narrativa breve que han sido publicados en las ediciones del premio convocado por CajaCanarias desde el año 2017 hasta el presente. Compartimos la reseña en nuestra sección “El invernadero” de literatura insular contemporánea.
Iván Cabrera Cartaya es licenciado en Filología Hispánica y Filología Clásica por la Universidad de La Laguna, donde también cursó estudios de Historia del Arte y de Filosofía. Ha obtenido el Premio Internacional de Poesía Luis Feria en 2000 y el Premio de Poesía Félix Francisco Casanova en 2001, ha editado los libros de poemas Arena (Premio de Poesía Pedro García Cabrera, 2001), Obsidiana (Premio de Poesía Julio Tovar, 2004), Fragmentos de sentido (Premio Emeterio Gutiérrez Albelo, 2006), Cariátides (XXXVII Premio Hispanoamericano de Poesía Juan Ramón Jiménez, 2007), Bajo el cielo innumerable (accésit del Premio de Poesía Tomás Morales, 2007), Un sueño de esplendor (2010), Diálogo en el desierto (2011), Para ser recitado al viento sibilante seguido de Sangre de eclipse (2013), en colaboración con el poeta Sergio Barreto, Creencias de verano (2013, VI Premio de Poesía Joven Antonio Gala 2012), Noche en jardín destruido (2015, V Premio Internacional de Poesía José Verón Gormaz 2014), Westhaven Bay & La Montaña Amarilla (2019), las plaquettes de poesía Alētheia del sur (2017) y Zaranda (2021), el libro de entrevistas Bajo la bóveda del tiempo. Conversaciones con Miguel Martinón (2009), y los libros de relatos Tentaciones al caer la tarde (2015) y Vigilia en Velora (Premio de relato corto Isaac de Vega 2019, 2021),
Vigilia en Velora (2019) es un volumen heterogéneo que indaga en propuestas que no siempre están temáticamente relacionadas. Algunas de sus mejores historias se desarrollan en espacios ficcionales que recuerdan a la mítica Santa María de Juan Carlos Onetti, aunque otras se localizan en coordenadas conocidas como Santa Cruz de Tenerife. Los cuentos presentan una notable influencia borgiana en sus procedimientos y lenguaje, así como de autores afines como Adolfo Bioy Casares
BESAY SÁNCHEZ MONROY
Iván Cabrera Cartaya posee una dilatada carrera como poeta, aunque nunca ha rehuido el ejercicio de la cuentística. Prueba de ello es su libro de cuentos Tentaciones al caer la tarde (2015) y el que hoy nos ocupa.
Vigilia en Velora (2019) es un volumen heterogéneo que indaga en propuestas que no siempre están temáticamente relacionadas. Algunas de sus mejores historias se desarrollan en espacios ficcionales que recuerdan a la mítica Santa María de Juan Carlos Onetti, aunque otras se localizan en coordenadas conocidas como Santa Cruz de Tenerife. Los cuentos presentan una notable influencia borgiana en sus procedimientos y lenguaje, así como de autores afines como Adolfo Bioy Casares. Esto es evidente sobre todo en «La isla», que se articula como la descripción pormenorizada de una ínsula virgen gobernada por El Acusador, un ser dispuesto a acabar con cualquier humano que entre en su santuario. Es una narración que carece de historia y que recuerda a ciertas ficciones especulativas de H.G. Wells.
«Santa Teresa» retrata el ambiente tórrido y decadente de un local gobernado por Teresa, una mujer cuya feminidad ejerce un poderoso dominio en los perdedores que lo frecuentan. Por sus claves podría haber sido redactado por el mismo Onetti. «Velora» posee buenas ideas y una prosa apreciable, pero su narración confusa dificulta su compresión y no puedo asegurar que haya entendido el argumento sobre el que se sostiene. Ensayaré una versión: un hombre perdido en un bar de carretera en una noche de lluvia recuerda un fantástico suceso acaecido en la localidad de Velora durante una verbena. El cariz onírico de los acontecimientos lleva a pensar que todo forma parte de un sueño alucinado del protagonista.
«A espaldas del sol» es el relato más extenso del conjunto y quizá el menos logrado. La epopeya del protagonista en pos de lidiar con la pérdida de un amigo y enamorar a la mujer que pretende podía haberse concentrado en unas pocas páginas, librándose así de las digresiones que entorpecen el ritmo narrativo. No obstante, el perfil psicológico de los personajes está trabajado y, a pesar de esa fatalidad tan literaria que recorre sus vidas, se sienten entes creíbles. «La lectora de la Biblia» es un cuento de terror sobre una mujer trastornada. Aunque carece de tensión y se sirve de clichés, su ejecución es correcta y podría resultar del interés de los lectores de este género tan maltratado por la crítica.
«La noche y el olvido» es un cuento que profundiza en el intento de asesinato que sufrió Franco en Santa Cruz de Tenerife por parte de un grupo de anarquistas. La localización histórica y el estilo pretendidamente borgiano son los elementos más destacables de un texto que va de más a menos, puede que debido a una corrección poco exhaustiva. Es sorprendente como la prosa, al principio rigurosa y cuidada, presenta ciertas expresiones manidas que rompen el ritmo conseguido.
«Jean, de remotos orígenes germanos, era un noble que se dedicaba al comercio y la piratería. Sus descendientes directos ejercieron primero la milicia en las islas y, tras el descubrimiento, la evangelización en América; el apellido, más ambicioso y voraz que la carne, cubrió también a los que ningún lazo unía con el viejo señor feudal y se perpetuó hasta hoy generosa y rápidamente» (p.111)
«¡Qué diablos! Nos estábamos jugando el cuello y cualquier precaución era poca: mejor cortar por lo sano… […] ¿Acaso no merecía que nos jugásemos la vida, acaso podíamos reservarla para algo mejor, para otro destino?» (p.120)
«Pibe» se establece como un monólogo en el que interlocutor se dirige a Diego Maradona. El cuento es una suerte de semblanza encubierta del futbolista y brilla por su conseguida representación del léxico y los giros lingüísticos propios del español de Argentina. «El reencuentro» narra el affaire de dos viejos amantes que insisten en un amor que saben imposible. La atmósfera decadente y maguada está bien lograda y se siente la angustia vital de los personajes, que ansían un proyecto irrealizable.
Iván Cabrera Cartaya demuestra su habilidad como cuentista en un volumen en el que los textos se ven, en ocasiones, lastrados por un exceso de digresiones y ciertas libertades poéticas que vuelven la prosa un tanto críptica por momentos. «La noche y el olvido», pese a sus deficiencias, es un cuento notable, así como «La isla», cuyos procedimientos remiten a los utilizados por Jorge Luis Borges en esa maravillosa pieza que es «Tlön, Uqbar, Orbis Tertius». Recomiendo a Cartaya seguir la senda que abren estos relatos y apostar por una cuentística más orientada a lo fantástico y a la indagación histórica del pasado de Canarias.
En definitiva, Vigilia en Velora es un libro que posee algunos textos valiosos que merece la pena frecuentar.
Besay Sánchez Monroy (Pozo Izquierdo, Gran Canaria, 2000) Graduado en Español: Lengua y Literatura por la Universidad de La Laguna, actualmente cursa un Máster de Formación de Profesorado. Ha publicado la novela Neotlantis (2022)
