Reseña de “Camíos das fronteiras que nun son, de Daniel Fernández García” Por Fabio Carreiro

En la Revista Trasdemar difundimos la crítica y el diálogo literario en las islas
Portada del libro / Cortesía

Presentamos en la Revista Trasdemar la nueva colaboración del escritor Fabio Carreiro Lago (Vigo, 1986) con una reseña dedicada al poemario “Camíos das fronteiras que nun son” del autor asturiano Daniel Fernández García (1993) y publicado por la Academia de la Llingua Asturiana, en la Colección Bidueira. Incluímos la reseña en nuestra sección “Telémaco” de literatura contemporánea en diversas lenguas y geografías

Daniel Fernández García (Asturias, 1993) Graduado en Arquitectura, experto en gestión y uso del patrimonio industrial y minero y especialista en urbanismo. En la actualidad es arquitecto municipal en Cangas del Narcea. Ha realizado conferencias y publicaciones sobre el ámbito del patrimonio y colabora en el Centro de Estudios del Alfoz de Gauzón y en Amigos del Románico. Textos y poemas suyos han aparecido en la antología Relatos del Patrimonio industrial, en las revistas Larius y Formientu. Camíos das fronteras que nun son es su primer poemario.

Leo ahora Camíos das fronteiras que nun son desde una geografía opuesta, desde Lanzarote y me parece que regreso por un viejo itinerario, que hago un recorrido por la peculiar geografía del occidente de Asturias entre dos puertos. Disfruto la diversidad de paisajes, desde los miradores, cascadas, senderos y bosques que esconden castros y cortinos, pasando por los pueblos enraizados en los valles y los ríos hasta las villas marineras de la costa y el navegable estuario del Eo

A nosa fronteira era o río / porque a da historia / nunca valera para nada. Una canción de Toli Morilla. Un poema musicalizado y escrito en eonaviego dentro de una recopilación de música en asturiano que nos habla, entre otros aspectos, de las diferencias que existen entre la burocracia y las cuestiones administrativas que la Historia y la política han creado y la vida cotidiana de la gente. El interés por encontrar lecturas, poemas y cuentos, además de música, en una lengua querida por parte de un poeta. La indagación en una lengua para escribir sobre el lugar donde se debe vivir, de la forma más sincera y cercana. Una forma de profundizar en el paisaje. 

Una voluntad firme de aproximarse a la fuerza de la oralidad. Escuchar a las personas mayores hablando una lengua en el ayuntamiento. Un anciano que se queja, pero al verle mirar cómo protesta se pone a hablar en español. ¿La vergüenza?. Más tarde todo ello le hace plantearse el reto de escribir en esa misma lengua, de honrarla. Primero con lo que se sabe dando inicio luego a una actividad experimental. Escribir, en definitiva, acaba por convertirse en una tarea difícil al utilizar una lengua que, en principio, no es la materna del autor, el escritor y arquitecto Daniel Fernández García. 

Daniel Fernández García (1993) es en la actualidad arquitecto municipal, Jefe del Servicio de Urbanismo del Ayuntamiento de Cangas del Narcea. Al margen de la escritura, una parte de sus intereses los ha centrado en la defensa del patrimonio. Ha colaborado en organizaciones como el Centro de Estudios del Alfoz de Gauzón, del que es Vicepresidente Segundo y en la Asociación de Amigos del Románico, siendo miembro del Consejo de Redacción de la Revista Románico. Ha escrito artículos e impartido conferencias sobre arquitectura y patrimonio y también publicado poemas y relatos en revistas. Camíos das fronteiras que nun son es su primer libro de poesía. El libro se ha editado dentro de la serie Bidueira por la Academia de la Llingua Asturiana en una colección reciente donde con anterioridad se han publicado las siguientes obras: Pigureira de palabras esquecidas de Carmen Siñeriz (2023), Ondina Llago de Sergio Buelga (2022) y El xogo sin fin de Ricardo Saavedra (2022). 

Camíos das fronteiras que nun son como ya se ha adelantado, está escrito en una lengua particular: el eonaviego también conocido como gallego-asturiano o gallego de Asturias. El eonaviego es un conjunto de hablas que, con su propio sistema fonológico y sus peculiares aspectos sintácticos y morfológicos, se utiliza en el occidente de Asturias, entre los ríos Eo y Navia. Alonso Zamora Vicente se refiere a la fala en su Dialectología Española perteneciente a la Biblioteca Románica Hispánica publicada por la Editorial Gredos en 1960: <<En Asturias el gallego penetra hasta el río Navia. La orilla izquierda habla una variedad del gallego de Lugo. Ya Menéndez Pidal insinuó la razón histórica de este límite estacionario durante siglos. El río Navia, según Plinio, separa a los astures pésicos de los gallegos lucenses>>. 

Más allá de mitos originarios el poemario es, en primer lugar, la defensa del uso de una lengua, una lengua minoritaria y que solo ha sido reivindicada en las últimas décadas, como el mejor modo de describir un territorio, un paisaje propio, realizando un recorrido por el mismo. 

De repente me encuentro en Oviedo hace muchos años. Estamos realizando una visita al Museo Arqueológico de Asturias. Daniel Fernández García me guía por una sala donde se disponen capiteles de columnas, placas, monedas, jarros litúrgicos, piezas de cerámica… Elementos más monumentales o valiosos, pero el que más llama mi atención es un itinerario romano. Se trata de una placa de barro que recoge una especie de mapa representando los caminos trazados en una determinada zona. 

Leo ahora Camíos das fronteiras que nun son desde una geografía opuesta, desde Lanzarote y me parece que regreso por un viejo itinerario, que hago un recorrido por la peculiar geografía del occidente de Asturias entre dos puertos. Disfruto la diversidad de paisajes, desde los miradores, cascadas, senderos y bosques que esconden castros y cortinos, pasando por los pueblos enraizados en los valles y los ríos hasta las villas marineras de la costa y el navegable estuario del Eo. Transito una toponimia llena de significados y evocadora de sensaciones. Asturias es también el paisaje de mi propia infancia. Aunque el Occidente sea quizás la región más desconocida para mí. Un espacio de tránsito cuando íbamos a Galicia a visitar a los abuelos en la aldea. Sigo leyendo y se me permite descubrir unos elementos arquitectónicos y etnográficos que se encuentran a punto de desaparecer, pero que se muestran ante mí con la humildad y la belleza de las palabras. 

Camíos das fronteiras que nun son se divide en tres partes o fronteras donde describe estas signficativas diferencias del paisaje del occidente de Asturias. Cada parte se inicia con unas coordenadas geográficas y una fotografía. La primera parte se abre con un poema dedicado a la Freita, una zona de vestigios, un antiguo yacimiento de explotación del oro mediante el método de ruina montium que llevaban a cabo los romanos. Daniel Fernández García busca entre lo que nos deja el tiempo. ¿Una metáfora de la propia escritura? Los pueblos altos, lo que se ha conservado tras los incendios, el misterioso caserío de San Bruno, hórreos y cortinos pueblan estos primeros poemas en la parte más extensa del libro. La segunda parte comienza en Salime y se desarrolla entre el otoño y su firmeza y, finalmente, la tercera, muy breve, nos presenta la última frontera: La Estación da Veiga. 

Los elementos etnográficos aludidos en los poemas, por ejemplo, los cortinos que son los colmenares tradicionales del occidente asturiano son unas sencillas pero impresionantes construcciones circulares de piedra seca con muros voladizos que, por su aislamiento, han sido notablemente ignorados en los estudios etnográficos. Los cortinos han servido durante siglos para proteger las colmenas de los osos. Los viejos cortinos tienen una geometría perfecta que vence al cuadriculado topográfico y han fascinado al poeta. Los cortinos van cayendo por la maleza, los hórreos también. Los poemas del libro hacen referencia a las viviendas de los castros y los hórreos de cubierta vegetal. Debemos saber que en la actualidad solo queda un señor que sabe cómo mantener este tipo de techumbres o reconstruirlas. Por lo tanto, estos elementos los podemos ver en este momento, dentro de diez años probablemente hayan desaparecido. Para Daniel Fernández García fue un redescubrimiento poder ir a todos esos sitios y verlos con la calma de quien tiene la suerte de vivir en esa zona. Y disfrutarlos sabiendo que es ahora o nunca porque el tiempo juega en contra de la conservación de estos lugares. 

Para Daniel Fernández García la poesía es un continente enorme por el que hay que ir haciendo caminos. Esos caminos pueden ser en alguna ocasión la ruta de la seda y otras veces veredas para vacas. ¿Por dónde hay que ir? Ha seguido su intuición, cada lugar reflejado en los poemas, visto con los ojos limpios, con una mirada incisiva también, ha sido como una revelación. En este poemario nos permite adentrarnos en una geografía casi secreta. ¿Es este poemario un rescate? No, porque un rescate es para que algo siga vivo. No se renuncia a la muerte ni a la pérdida. En todo caso quizás serviría para fijar lo visto como una pieza de museo. La determinante demografía se nota de trasfondo en casi todos los poemas salvo en los finales. Y todos los poemas aluden a lugares solitarios que invitan a la reflexión, a una búsqueda interior a través del paisaje. 

¿Dónde termina el recorrido? El recorrido se termina con una foto de la tercera frontera. El poeta paseaba por la ría del Eo pensando que ya podría encontrar un barco bonito para hacerle una fotografía. Y en ese momento salió un barco de vela latina. No suele ser frecuente ver este tipo de barcos allí. Y luego el barco giró y se fue hacia el mar. El barco parecía decir: yo soy libre y vosotros estáis ahí, amarrados a la tierra. Ahí vio el final del camino. Me pregunto entonces si este poemario, además de un elogio a una tierra y una lengua amadas, no es la anticipación de una despedida.


Fabio Carreiro Lago (Vigo, 1986) . Ha vivido en diferentes lugares
de la Península, en Tenerife, en Gran Canaria y, actualmente, reside
en Lanzarote donde ejerce como profesor de Geografía e Historia. En
el ámbito literario ha participado en varias antologías y ha publicado,
entre otros, los libros de relatos Noches de Naufragios (Baile del Sol,
2020) seleccionado en la IV Edición del Festival Índice y Una
felicidad sin tiempo (Cursiva-ACTE, 2021) con el que obtuvo el
Premio Amparo Walls. También ha publicado el poemario Casa de los
volcanes (Fundación Mapfre-Guanarteme 2021, CACT-Lanzarote
2023) y, junto al poeta alemán Ullrich Grasnick el volumen Mar de
cercanías (CCPC, 2023).

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