Desde la Revista Trasdemar, con motivo del Día de las Escritoras, presentamos una selección de poemas de la autora Miroslava Rosales (1985) Escritora y académica salvadoreña. Estudia el Doctorado en Literaturas en Lenguas Romances en la Bergische Universität Wuppertal (Alemania), gracias a la beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). Maestra en Literatura Hispanoamericana, por la Universidad de
Guanajuato, México. Integrante de la Red Europea de Investigaciones sobre Centroamérica (RedIsca), Red de investigación de las literaturas de mujeres de América Central (RILMAC) y del Grupo de Trabajo Clacso «El istmo centroamericano: repensando los centros». Ha sido editora de la revista mexicana Cuadrivio. Incluimos la selección de su obra literaria en nuestra sección “Una habitación propia” de poesía
Yo del país decapitado País mío país nuestro todo es el cúmulo de tus heridas y el pus tantos siglos bajo el signo de la necrosis que ya no reconoces la sinfonía de la ternura más elaborada Solo mordazas Solo mordazas en ti País mío país nuestro país de madres decapitadas y ninfas sarnosas de cíclopes tatuados con cuchillo en mano de ancianas sin la claridad de la luna de niños niños anhelando los violines del mar y del cielo los clarinetes de los bosques sin manchas de vinagre República del excremento país de cerdos que devoran los corazones de los más pequeños país país país país país país de cocodrilos en las esquinas a la espera de un transeúnte descuidado país mío un cadáver la esperanza leños secos los burócratas país de clicas que se expanden como células cancerosas en un cuerpo de edad avanzada de fosas clandestinas país de homeboys y palabreros cárceles atestadas de aguijones moscas y ratones País sin mausoleo digno de veneración nadie te ofrenda cantos de gloriosa paz y trompetas de oro y jazmines País el ataúd de mis palabras País sangrante fruto sobre mi mano país plaga de termitas y leones País mío contemplo tus escombros de templo de gusano en medio solo el llanto se alza como bandera descolorida Te adentras a mí con las páginas sangrientas de los periódicos en las cuales hay niñas mutiladas de los arcoíris País de gases lacrimógenos machetes y fusiles contra la danza del sol piara de policías y políticos País mío las ratas y millones de cucarachas salpican tu morgue (a punto del colapso) y las cabezas de mujeres te pueblan los ríos como cangrejos solo lobos custodian tus fronteras de aluminio y electricidad ¿Cuándo país mío serás la hierba acariciada por la lluvia más generosa a darte al sol como niño a su joven madre como el cometa al cielo sin lágrimas a ser abrigo de begonias para los insectos los que no saben de la partitura vivaz como un paisaje del trópico? ¿Cuándo serás la música del alba y no de la rabia endurecida? Yo solo escucho los aullidos de la noche que avanza como una fila /de inmigrantes en el desierto País mío no existes es la verdad la terrible verdad de tu epitafio nadie habla más de ti para el vuelo de los caballos solo tu sangre es digna de titular vos mi enemigo de primera fila por tu ponzoña por tus golpes en cada una de las notas de mi delirio ¿Cuándo país mío los girasoles se multiplicarán para los niños con pega en sus estómagos? Solo conocen la crueldad en forma de picahielo solo conocen la crueldad en forma de político ¿Cuándo tendrás la vivacidad de las heliconias de un parque botánico y las gaviotas de un mar muy limpio y el sabor del melón y podrás dar caricias a nosotros los desvalidos como un padre comprensivo? ¿cuándo el sosiego de mi raíz? ¿cuándo el recuerdo sin más llanto como mazo? ¿cuándo la brisa en vez de alacranes para mi cabellera? ¿cuándo serás la casa para mis espinas el bálsamo la miel el aroma a lavanda para este dolor acumulado? País mío ¿por qué tantas murallas y cercos eléctricos para tus ojos? ¿por qué tu maquinaria del odio sigue funcionando en este olvido? ¿por qué las alabanzas no te resucitan? ¿por qué te vuelves hueso roído en la mugre? País mío te pareces al sauce talado que ha sido dejado a la orilla de la carretera al sicario sangrando en el hacinamiento de una cárcel del Pacífico al buey destazado Te inhalo como la cocaína más barata a veces eres una luz que entra a una de las grutas de mi corazón y te posas allí como corderito y te miro caer al fango desde siempre desde siempre País mío solo destacas por ser el criminal de la noche más extensa la noche cúpula de víboras por el filo de tus cuchillos contra la risa por los disparos de tus noches sin bondad colmadas de murciélagos por tus chupaderos y autohoteles en donde la esperanza siempre se oxida / muy temprano en ti el licor es una hemorragia sin cura y tus calles y tus discotecas y tus prostíbulos y tu psiquiátrico me recuerdan a los intestinos necróticos / que he visto en los hospitales del excremento Hermanos míos todo el país la línea blanca la elegía de las ballenas País el peso de tus lágrimas me hunde en la desolación de los violines País amoroso jardín para los bendecidos por el dólar y las joyas ¡Gloria a la bestialidad! ¡Gracias por nuestro hundimiento! Nada de nuestros sueños quedará en pie solo sus bancos y sus compañías y sus centros comerciales y /sus partidos políticos Nada de nosotros quedará en pie ante la tempestad de las sierras eléctricas País mío país nuestro que estás en el cielo ¿por qué tus hijos te decapitaron con este machete?
La cárcel Erika un diminuto roedor de una cárcel del Pacífico olvidada moneda roja Erika Corría en la casa con piso de tierra de una Nicaragua remota como niña que desconocía las aves rapaces y los aguijones y la herrumbre Sabía de la risa de las cometas de los mangos en el mercado bajo el sol de verano de la luna besando las mareas de su cabello tan negro /como un caballo de petróleo Su canto poco a poco se volvió el cernícalo de un edificio deteriorado muy brevemente conoció la miel y las mariposas de la mañana que vestían /el corazón de su madre (ahora reza por su hija desaparecida) Trabajaba en El Manguito Día a día abría sus piernas a los leones de las calles más calurosas y se consumía en los torbellinos de la cerveza el crac y la cocaína / en la gangrena de sus clientes y en El Manguito una casa del centro de la ciudad custodiada por cucarachas nadie le besaba con el cuidado que se le da a un jardín de peces Dar plegarias a su corazón sin allegro y viento abandonado en una cárcel del Pacífico
La madre ¿Dónde estarás hija de la canela que mi radar no te detecta desde hace un año? ¿dónde tus lágrimas y tu lucha de sol? ¿tu risa será un árbol amarillo en medio de mi patio nuevamente un árbol de refugio en las tardes? ¿Podré algún día dar con el sosiego si esto me taladra los sentidos si soy un féretro desvencijado desde tu desaparición? Desde ese miércoles mi boca se cerró para la cantata de abejas y los grillos y ahora solo digo oraciones por todo el pueblo y te busco y la noche se agria en mi garganta ¿Tus captores sabrán de tus manantiales de inocencia de tus ojos con la dulzura del níspero del bosque tropical en tu corazón hoy en naufragio? Miro tus fotos de deportista de quinceañera envuelta con la claridad de los violines y sé que ya no soy de aquí
Miroslava Arely Rosales Vásquez. 1985. Escritora y académica salvadoreña. Estudia el Doctorado en Literaturas en Lenguas Romances (Romanistik), en la Bergische Universität Wuppertal (Alemania), gracias a la beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). Maestra en Literatura Hispanoamericana, por la Universidad de Guanajuato, México. Integrante de la Red Europea de Investigaciones sobre Centroamérica (RedIsca), Red de investigación de las literaturas de mujeres de América Central (RILMAC) y del Grupo de Trabajo Clacso «El istmo centroamericano: repensando los centros». Ha sido editora de la revista mexicana Cuadrivio. Se encuentra editando, junto a los profesores Mauricio Espinoza (University of Cincinnati) e Ignacio Sarmiento (State University of New York at Fredonia), el libro The Never-Ending Journey: Cultural Representations of Central American Migration in the 21st Century.
Su trabajo aparece en Nuevas voces femeninas de El Salvador (2009); Una madrugada del siglo XXI (2010); Las perlas de la mañana siguiente (2012); Ventanas de libertad (2014); The Theatre under my Skin. Contemporary Salvadoran Poetry (2014); Resistencia en la tierra. Antología de poesía social y política de nuevos poetas de España y América (2014); Segundo índice antológico de la poesía salvadoreña (2014); Mujeres que se crean a sí mismas. Antología de mujeres salvadoreñas (2017); Poeta soy. Poesía de mujeres salvadoreñas (2019); Pedir un deseo, prenderle fuego. Poesía contemporánea de mujeres latinoamericanas (2020); Jardín de sangre. 10 poetas salvadoreñas contemporáneas (2020); y en revistas internacionales.
Ha participado en congresos, seminarios y jornadas académicas en Alemania, Inglaterra, España, México, Perú, Guatemala, El Salvador y Honduras, así como en festivales de poesía en México, El Salvador y Nicaragua. Su última publicación: Los tiempos del níspero (Editorial Cerro del Viento, México)