Presentamos en la Revista Trasdemar una selección poética de la autora Elisenda Romano (Las Palmas de Gran Canaria, 1994), a quien damos la bienvenida a nuestra revista. Graduada en Lengua española y literatura hispánica por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, ha ganado el primer premio del concurso XLIII Félix Francisco Casanova 2019 modalidad relato corto y dos segundos premios: III Concurso de Guiones de Teatro Mínimo Antonio García Cánovas en 2017 y Premios Creatividad de la ULPGC, modalidad de relato corto Hermanos Millares Cubas en 2015. Ha publicado relatos en varias revistas culturales como Cultura Colectiva (México), Extrañas Noches (Argentina), Furman 217 (Estados Unidos), Autores (Bulgaria) y Letras y Poesías (Colombia). Coescribió la obra de teatro Felicísimas (2022) junto a José Calamita y adaptó la obra Las mil y una noches bajo el título de Pedazos de mujer (2023) para Cultura a Muerte. En el 2024, publicó su primer poemario, Tu nombre en la vena, con Postdata ediciones. En la actualidad, organiza recitales de poesía e imparte talleres de escritura creativa.
Rutina
Lo cíclico, pura belleza
de vueltas.
Una estación nace en la otra
y el cielo se viste de alba.
Cae la noche,
la luna entra en el nido,
luego, la aurora,
y de su cabeza de plata
asoma la luz de los recién nacidos.
El mundo empieza de nuevo
como el redondo de los ojos,
los ojos de las miradas,
una vuelta limpia,
y tú, fresco,
amaneciendo en mi ventana.
Beso
Respirar de tu boca la muerte,
agujero de mi sollozo, torbellino de mi piel.
Tengo tu nombre en la vena
y mi miedo en tu cuerpo.
Se me rompe la lengua,
se me rompe,
en un ladrido, dulce ladrido.
Ya no queda tierra para sellar mi boca, solo tu labio,
una montaña de dulce pulsión
que pronuncia mi piel como un velo, como una mortaja,
una sonata de olvidos que se derriten en la tarde,
un adiós prematuro de tierra y cal.
Pero si tu labio sigue sobre el mío,
no encontraré un final.
Final
Recordarás mi nombre, el sol posado entre tus brazos
y mis palmas de oliva acariciándote el cabello.
Añorarás mis gritos, mis llantos y mis olvidos
como cuando dejas un botón en una mesilla.
Conocerás la noche como yo conoceré tu deseo,
roce de mirlos y corujas que acicalan mi vientre.
Recordaré tu apellido, pero tú olvidarás el mío,
allí adonde vas solo puede nadar uno
y cuando yo te alcance,
las olas te habrán traído a otra orilla,
pero incluso en esa otra vida
tu recuerdo
será siempre mío.
Luto
Tengo tu nombre metido en la boca,
me monda el labio
y me pide que llenes mis besos de alivio
para untarme en tus pies de malva y tabaco,
calima y bruma,
la despedida.
Ya no te persigo,
te dejé hace tiempo,
como tú dejaste una coma suspendida entre mis letras:
una pausa sorda en las costillas,
un silencio que quisiera seguir,
pero me traiciona.