“Tribuna para el desconcierto” Siete poemas de Rosa María Ramos Chinea

En Trasdemar difundimos la obra poética de las voces migrantes del panorama literario contemporáneo
Fotografía cortesía de la autora para Trasdemar

Desde la Revista Trasdemar, con motivo del Día de las Escritoras, presentamos una selección poética de nuestra colaboradora Rosa María Ramos Chinea (Caracas, 1958) Poeta, reside en Tenerife. Es Magister en Enseñanza de la Literatura en Inglés por la Universidad Pedagógica (Caracas). Maestra en la Escuela Pública Canaria. Como autora ha publicado: “Tiempo de Queja” (1998), “Delirios de Orilla” (2015), “Tribuna para el Desconcierto” (2017) y “Lápiz de Ceniza” (2019). Incluimos la muestra literaria de nuestra colaboradora en la sección “Una habitación propia” de poesía

Y otra vez el fuego

Esta vez las cabelleras encendidas como fósforos enormes

ROSA MARÍA RAMOS CHINEA

LA CUEVA*

A la memoria de Ricardo Rosario

Las mujeres se miran primero por la cara
el cuerpo después les va despuntando
hojas rosas cayenas y luz
les da en los pechos de gloria eterna
en los muslos de abajo para arriba

Las pongo a dormir con los ojos abiertos
les doy de comer un respiro para siempre
desnudo sus vientres y no miro
trenzo no escucho
celebro no huelo
bailo

Juanita dice que de día
el sol salta
dice que de noche
el color del sol
descansa en una cueva


LA GRUTA

De la cueva no se sale
solo fogata miedo ausencia de luz

Nunca más hoja de ruta
Nunca más milagro de lumbre

Dentro de la gruta
el grito no sobrevive
su destino eco de aguas

La cueva se huele los huesos
Lame el agrio sabor del aliento postrero


LA SOMBRA

Me pides la memoria de nuestros mejores días fuera de la cueva
No recuerdo casi nada:
Todas las fotos perdidas
demolidas por desastres recurrentes

Intento curarme lo oscuro
Trazar sonrisas en estas paredes

Miro las uñas y sus curvas
la piel manchada
Y pienso en tus dedos
(quizás / si me afano)

Podré recordar las líneas de tus manos
revivir alguna caricia

Contarte que mi sombra no me ve


EL TÚNEL

Creado por hombres que nunca fueron dichosos
persiste en su propósito de miedo

Su final distante apunta hacia la luz
luz después de lo sombrío

Entramos a pie y no sabemos volver
Regresar con el peso del tiempo
Todo el peso del mundo a cuestas

Aquí estamos /Aquí nos quedamos

Agotada la palabra
Y nunca más dios
pisamos la manzana
que alguien se atrevió a morder:

Alguien que ahora escupe sangre:
Bestia herida


EL SÓTANO

Nos cerraron la puerta en un descuido impensable

Ya no sabemos cómo vibrar de amor en ninguna superficie de luz

Una mano esparce migas de pan endurecido
Otra derrama gotas de río remoto
Así sabemos del hambre
Así de la sed

Hacemos una vida cotidiana difusa
sin más lumbre que el cabo mínimo
de la vela que guardamos con celo

Cerillas que no dejamos humedecer
precisas para ver nuestras figuras sombrías
y saber que aquí no somos solo uno

Sabemos cómo se vive sin el tiempo
Así seguimos sin contar el paso de la espera

Mientras el sótano nos inyecta su sangre en la piel


EL CONJURO


A Margi Pulido, Wiccana

Las vemos a lo lejos
sentadas en círculo perfecto
Las puntas de los dedos señalando el fuego
Los pechos alzados en la hondura del aliento
Los ojos abiertos y perdidos
en distancia solo comparable con la muerte

Todos aquellos labios unidos y el gemido tribal

Luego el canto los bailes:
El convulsivo movimiento de los cuerpos
como una cópula colectiva con lo sombrío

Y otra vez el fuego

Esta vez las cabelleras encendidas como fósforos enormes


PUERTO*

Se destina a la distancia
su designio es humano vaivén

invariablemente dispuesto a la partida

Conozco su tiempo lento y lejano
su agua salobre tropezando el muelle
anclaje efímero
fiel desembocadura

¿Qué buque nos conduce al postrero retiro?
¿Qué remoto puerto siempre nos aguarda?

*Tribuna para el desconcierto. NACE. 2017


2 comentarios

  1. He leído poca de su poesía pero siempre me quedo con ganas de más.

  2. Suscribo esta hermos verdad: “Las mujeres se miran primero por la cara
    el cuerpo después les va despuntando
    hojas rosas cayenas y luz
    les da en los pechos de gloria eterna
    en los muslos de abajo para arriba”

    Gracias Rosa por tu bella poesía.

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