“Océano” Poemas de Alberto Blaudi

En la Revista Trasdemar difundimos la creación literaria en las islas
Fotografía cortesía del autor

Presentamos en la Revista Trasdemar una selección poética del poeta Alberto Blaudi (Gran Canaria, 1996) a quien damos la bienvenida en nuestra revista, es autor del libro “Alta noche o abismos” publicado por Ediciones El Drago en 2024. Compartimos la muestra literaria en nuestra sección “El invernadero” de poesía contemporánea de las islas

son rocas | sin oleaje no estarían serían un fragmento de corteza enterrado bajo tierra

ALBERTO BLAUDI

Lean el inicio del poema escuchando Mala mujer de C. Tangana.

El Bufadero de La Garita

Mal agujer…
Mal agujero
Mean dejando mil ojos por toda la calle tus sordos de ayer.
Mal agujero, ¿realmente es esto cierto? Verano sobre invierno
y un abismo dormido, péndulo lunar ojos ven mear,
Womad luna llena marea alta y…

“Ayer saliste de fiesta y no paraste de hacerte amigo
de cualquiera del festival.
Ayer farra, hoy narras resacas
y te pesan los pulmones y sueñas con paredes de ojos que
te descubren y vigilan en el centro de tu intimidad.”

Hoy es buena resaca y la fiesta fue:
roca desnuda, el bufadero, certeza borracha:
fue pasión efímera entre sábanas
de un sueño húmedo, tierno y remoto.
Dos lunas más pasan, la roca oscura resultó ser:
grabado de fuego, marejada sin mar de fondo
y sobrio whatsapp en gama de grises.

Anoche morí satisfecho;
hoy nuevos tiempos de Luna
unos festivales muchos bares…
Capas de apariencia y vacío
se sedimentaron sobre mi piel
que redescubrió una felicidad remota
en un extranjero al que no volveré a ver.


De corona a madera

Bajo el rombo verde que me eligió,
aparezco envenenado hasta cara de madera

Tengo a mineros en los sesos debajo de los huesos
hay cadenas al suelo, cadenas a la nada,
hay peldaños hacia abajo.
¿Mantengo lo dicho? Lo intento.

Los bichos me ciegan, la tierra cae
como caen tormentas,
pero no quita sueño sino añade polvo.
La isla es yerma, sigo esperando.

Tengo arañas en los nudillos.
Salen del cráneo pero eso ya lo sabes
quitan la luz que ponía
mi padre cuando no te acuerdas cuándo.

Mi boca sabe a tierra porque
ellas cazan entre lengua y encía.
Cada día maldigo a la lengua
que habla más rápido que mi mente.

La corona está equivocada de cráneo.
El rombo eligió sin más la mente enferma
los ojos nublan, las manos lastiman, el cielo cae,
la boca es inútil. La corona cae porque ayer bebí.


Océano

Quemar el reflejo de uno en los ojos de los demás cuenta como… desaparecerse ?

Si mi sangre sabe a hierro oxidado por qué la verja del liceo tampoco sangró cuando me dijeron que vergüenza cuidado cállate no digas no muestres que no sepan ? Solo somos trozos de metales oxidados que caen sin más, sin fin en el abismo del olvido y las distancias que las roturas y los te arranco no tienen sentido no necesito sentido para seguir vivir.

Si mi sangre es de aquí por qué no te siento hermano ? Si mi sangre es de aquí por qué no tengo historia de aquí ? Por qué no te echo de menos a ti sino al sol de Santa Cruz la confusión de La Laguna, la determinación de Guajara ? Sí añoro la soledad del invierno oscuro a las afueras de Telde como quien rememora una pesadilla de su infancia. Aprecio las fiestas que tuve en Las Palmas sin querer volver a allí. Estoy harto de los ojos y de las bocas que hablan sin mirar bien y de las pieles que, secas se despegan, insensibles del ardor de querer vomitar los recuerdos cagar el peso de la llamada telefónica y no volví a esos cielos lívidos cristalinos porque yo aquí no suelo creer…

Mis dedos suaves, mi mente áspera, la llamada por teléfono racional sentenciosa, una ejecución de creías. Eso no querías pero ya no pude… Solo son caminos imberbes de desapego solo buscaba incansable y no lo encontré. Solo insulté a las cámaras rompí los cristales de cada pupila y volví a desaparecer.


Continuar

_ recordar la canción Mamour + lo que me significó

encontrarme a viejos compañeros | soy~~

mi viejo compañero más receloso de __ | encontrar hilos,

que no son ____ pero han quedado si me han visto y no han… 

son rocas | sin oleaje no estarían serían un fragmento de corteza enterrado bajo tierra

el mar es la ropa de la Tierra si el agua no es ropa por qué te desnudas antes de dormir?

solo hay peces en los acuarios del hondo piso en mi sueño | sí? mis pesadillas

son preguntas? qué pasa si la palabra no debe tener tanta palabra? si abandono el francés

me estaría mutilando

una carrera y un estuche que no necesito para dibujar no pensar, escribir recordar…

una carrera a contrarreloj y colores distraen en la cabeza desde el alma

quiero ser una lluvia subtropical sobre tu cuerpo desnudo ser la catedral de mi ducha

eso seremos nosotros subtropicales secos mojándonos en La Laguna

me escribo y amoldo vaya adonde vaya quería ser inmenso

quizás hay menos peces murieron en el sótano de mí

quizás -y lo logré- debería permitirme temer para soñar

y esperar y creer que lo bueno -y decir la verdad- está por llegar.


Poema inspirado en “Charco”, incluido en el poemario Pueblo yo de Aida González Rossi.

Ya no (estás en mi cama)

Hoy tampoco saldré.

Mi cama me atesora pero yo no soy su perla. No soy su joya ma, no soy su joya. La cama no es una concha, ni yo su esperanza.

No duermo en la cama, grito en la cama, follo en la cama, la cama no es casta ma, no es pura, ni santa, no, ni yo soy una joya, no. La cama me envuelve, paso el día envuelto en la cama, mancho de blanco la cama. ¿Para qué llorar si así no salgo de mí? ¿Para qué gritar si así no te retuerces en mi dolor? Mi almohada me da un orzuelo. El orzuelo crece y te tapa. Me dueles. Algún día explotará. Eres la espina contra mi dorso, soy la espina dorsal. Tú la letra sobre el papel, yo el color de tus palabras.

No eres nadie ante mi cama. No te nombro, solo escucho los movimientos de la cama. Vienes y vas pero ella no te llama. Yo en cambio, sí pienso en tus caderas, en cómo será tu cama. Llamo a mi hermana. Hablo con ella, le deshago tu cama le deshago tu boca tus brazos tu cabello, no te veo nada bello. Y la tinta de tus palabras -pozos en los que tiritar- sale de mi cabeza, sale de mi piso, envenena el ascensor, llora el parque, mea el parque, mea sobre París. Mi ira les hará llover, y sangrar, y buscarse.

Por eso ayer no salí, por eso nos pensé toda la noche.


Alberto Pérez Pérez nació en 1996 en Telde, Canarias. Su identidad se forjó en el Liceo Francés Internacional de Gran Canaria, donde adquirió su gusto por el idioma francés, las demás lenguas, la literatura y una visión artística de la vida. Después estudió durante años en la ULPGC el grado en Lenguas modernas que decidió dejar a medias para realizar los cursos de Creación literaria, Técnicas de la imaginación y Poesía de la Escuela Literaria. Actualmente es estudiante del ciclo de grado superior de Cómic en la EASD de Gran Canaria.

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