“Barranco de Blackgang (Isla de Wight)” Poemas de Karen Shenfeld

En la Revista Trasdemar difundimos la creación literaria contemporánea desde las islas
Fotografía de la autora Karen Shenfeld, cortesía para Trasdemar

Presentamos en la Revista Trasdemar una selección poética de la autora canadiense Karen Shenfeld, a quien damos la bienvenida a nuestra Revista. Es poeta y guionista, cuenta en su trayectoria literaria con cuatro libros de poesía y parte de su obra ha sido publicada en revistas y antologías publicadas en Canadá, Estados Unidos, Inglaterra, Sudáfrica, México y Bangladesh.

Entre los poemarios, Guernica Editions publicó tres: The Law of Return (1999), que ganó el Canadian Jewish Book Award de poesía en 2001, The Fertile Crescent (2005) y My Father’s Hands Spoke in Yiddish (2010). Su cuarto libro, To Measure the World, fue publicado por Ekstasis Editions en mayo de 2020.

Karen Shenfeld ha dado numerosas lecturas nacionales e internacionales, formando parte en el reciente Ventnor Fringe 2023 (Isla de Wight, Inglaterra). Su poesía se ha leído en CBC Radio y ha sido entrevistada al aire para el programa de CKLN, “In Other Words”. También fue entrevistada en “The Shortwave Shindig”, producido por David Goren en Flatbush, Nueva York. Shenfeld ha recibido subvenciones del Consejo de las Artes de Toronto, Ontario y Canadá para apoyar la escritura de su obra literaria.

También ha aportado su sensibilidad poética a la escritura de historias para revistas y al cine. Su documental personal, Il Giardino, The Gardens of Little Italy, se proyectó en el Festival de Cine y Vídeo Ambiental Planet in Focus de 2007. Su segundo documental, Maggie & Merly, se estrenó en el Festival Internacional de Cine y Guiones ReelHeart de 2017. Actualmente trabaja en su quinto libro de poesía y el guión de un largometraje. Compartimos la muestra poética de la autora en nuestra sección “Telémaco” de literatura contemporánea

Desde un Valle Sagrado,

las semillas de tu madre habían sido recogidas

y ocultadas a través de la tierra y el mar

hasta esta isla del norte

donde el sol de verano era una sorpresa

KAREN SHENFELD

Poema complementario

Él te sostiene de espalda en el mar. Tu cuerpo

una pequeña isla, extrañamente humana.
Con brújula y cuadrantes,
el viene a conocerte,

trazando los alargados litorales
de tu torso y extremidades,
tus dedos íntimos, ensenadas montando
Aguas cargadas alrededor de tu cara.

Al anochecer, tu escuchas
los pájaros cantando novedades brillantes
a las ovejas pastando ajenas
de su aterrizaje en tu hombro.

Él te libera sin
pensamiento en el cielo,
tu cuerpo, quemándose,
una estrella distante.

Con delirantes lentes y espejos,
el viene a conocerte,
escalando la montaña,
en aire escaso,
para ubicarte a través del
ojo del telescopio nocturno.

Al amanecer,
el te nombra por su hermana perdida
encontrada enlistando las alabanzas de Dios
al fondo de un pozo
hundido en el hombro de
una isla pequeña.

Él desviste tu piel de terciopelo,
tu cuerpo, un pergamino sagrado,
llevado bajo la montaña
A bordo de un barco de nubes.


Barranco de Blackgang

Hacia el oeste desde Niton
en la punta del diamante,
el viejo camino va
en ninguna parte ahora—

Si tus frenos fallan,
conducirás más allá
del borde del acantilado.
Año tras año,
la isla desaparece.

Se fue: el manantial,
sus aguas de hierro
una vez un tónico para
los nerviosos y hipocondríacos.

También se fue:
los jardines, senderos, escaleras
la nobleza caminó hacia el mar.
El barranco está enterrado
más profundamente

que Pompeya! Una fuerza
que no se puede medir.
¿Coincidencia o destino?
Aquí, donde una vez estuvo aquí,

el ruso soñaba con su nihilista.
Debajo de tus pies,
el agua de lluvia
se mueve como la sangre,
se convierte en venas que corren
a través de arenisca, tiza.

¡Agarra tu sombrero! ¡Vamos!
Abajo arcilla de zapatilla azul.


Si corriera de ti

Si corriera de ti
a Uagadugú,
oiría tu voz en
tambores parlantes.

Si corriera de ti
a Coromandel,
atraparía tu aroma en
vientos salados.

Si corriera de ti
a Auxerre,
sentiría tu tacto en
briznas de hierba.

Si corriera de ti
al pozo de Khaba,
vería tu forma en
djinns del polvo.

Si corriera de ti
a Madurai,
saborearía tu beso en
hojas de plátano.

Si corriera de ti
a Muktinath,
te enviaría mis oraciones desde
ruedas giratorias.


Mosquitero

Retiras la sábana. Desatas
la red retorcida a una cuerda colgando
sobre mi cama.

Nada puede alcanzarme. Estoy a salvo,
encapsulado en una cámara de aire:
silencioso, puro. Si

el techo se levantó como la tapa,
podría flotar
sobre tejados de paja, manglares,
al este sobre el mar.

Las cosas son
lo que son. Tu desdibujas
en los bordes, retrocedas hacia la bruma.
Miro mientras te desnudas,
enciérrate. Sobre la mesa

entre nosotros el ventilador gira
de esta manera, entonces de aquella,
soplando tu nube de red,
luego el mío.

Mis palabras se enredan en alas de insectos.
No tengo nada que decir.
Es este calor apestoso.


Cedro del Líbano

Extraño topiario.
La cúpula del cielo se estrechó,
bajó como una tapa.

Eres tan ancha como alta.
(¡Y qué alta eres!)
Tus brazos antiguos
horizontales como los de Cristo.

Muertos,
tus huesos tallados,
podrían construir un templo o un palacio.

Desde un Valle Sagrado,
las semillas de tu madre habían sido recogidas
y ocultadas a través de la tierra y el mar
hasta esta isla del norte

donde el sol de verano era una sorpresa
a través de nubes rasgadas
y de las nubes
la lluvia de Dios caía y caía.

Hija del Levante,
tus agujas perennes perforan mi corazón rojo.
Compartimos la misma savia.

Sobreviviré y prosperaré aquí también.


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