5 poemas de Milho Montenegro (Cuba)

Milho Montenegro es miembro del consejo editorial de la revista literaria mexicana Small Blue Library. Fue el único poeta joven cubano seleccionado por convocatoria para el Festival Internacional de Poesía de Medellín, Colombia, 2021
Fotografía cortesía del autor

Desde la Revista Trasdemar presentamos una selección de poemas del autor Milho Montenegro (La Habana, 1982) Poeta, narrador y periodista. Licenciado en Psicología General por la Universidad de La Habana. Egresado del Centro de Formación Literaria Onelio Jorge Cardoso. Ganador de diversos premios entre los que destacan: Premio Nacional de Poesía Pinos Nuevos (2017), Premio Beca de Creación Prometeo en el XXII Premio de Poesía La Gaceta de Cuba, 1er Premio en el III Concurso Internacional de Haikus Ueshima Unitsura (España, 2018), Premio Nacional de Poesía Francisco Mir Mulet (2020) y Premio Internacional de Poesía El Mundo Lleva Alas (EE.UU., 2020) Ha publicado varios libros, entre los que destacan Rostros de ciudad (2015), Erosiones ( 2017), Las inocentes (novela, 2020), Fracturas (2021), y la antología poética Ágora ( 2021)


Nada existe más terrible ni más vivo
que la memoria de los muertos.

MILHO MONTENEGRO

Algo se pudre

Algo está infecto y mal huele
corta el aire con sus lacras
dejando una sensación de llaga y linfa.
Hay un eco de luz rota que cuelga del cielo
y el vaho de la miseria abre sus alas
empujando el cadáver de los días.
Algo se pudre y apesta
supura una herrumbre de vísceras
que abraza los contornos
viciando la faz como un ácaro
mientras el tiempo flaquea en su sigilo
y niega los vitrales de la eternidad.
Hay un cuerpo vencido
que desborda la hedionda savia del final
y araña el paisaje con esencias de penuria.
El fango abre su boca y aúlla
espera su porción de huesos
cuando el comején de los escombros
pone sus huevos en la estría de la carne
para verlos florecer como una clemátide.
Algo se te ha muerto dentro
ha dejado de latir bajo las ruinas de tu sangre
y puede sentirse la fetidez
su materia descomponiéndose
delatándote frente a todos
que ahora saben que estás vacío y apestas
como los difuntos
como todas las cosas muertas.

Septiembre, 2020


Los pájaros oscuros

Todas las noches un pájaro me roe las entrañas
Damaris Calderón

Andan estos pájaros negros
estrellándose contra las paredes de mi costillar
fantasmas aullándome dentro
mordiendo mis vísceras
en su ansiedad de asir una mácula de sol
escapar de esa jaula
donde sus alas se entumecen.
Oscuros pájaros que han bebido mucho tiempo
de la sal de mi sangre y mis huesos
maldiciendo este cuerpo sin estaciones
en que su vuelo se ha tornado circular
a la sombra de un corazón
que apenas flota en la marea
de todas sus escamas y desperdicios.
Estos pájaros son más míos que del aire
ellos conocen las miserias y secretos
que he escondido dentro para sobrevivirme
saben cada tajadura y todas las muertes
que he negado ante los otros
para que no supieran nunca de mi flaqueza.
Si los dejara escapar en su terco desespero
si salieran de mí hacia el mundo
los vería caer atravesados por la luz
golpeando igual que piedras el suelo
y morirían como los comunes pájaros del día.

Septiembre, 2020


En la muerte de un hombre que se hacía llamar Milho

Se corre la voz
y entre bramidos y gimoteos
las noticias confirman el deceso.
Hacía mucho estaba muerto
pero ahora sus ojos no reflejan
una brizna de luz
su boca ya no grita contra
los enjambres de la locura
y sus tics enmudecen
bajo una ominosa quietud.
Dicen que siempre iba solo:
solo por las calles de la vida
entre la muchedumbre
y su propio olvido
rompiéndose en el hueco de la noche
llevando a cuestas el lastre
de esos demonios que fueron
su más asidua costumbre.
Ha muerto un hombre
que se hacía llamar Milho.
Su cuerpo no volverá a llorar
ante la miseria del tiempo
ni tendrá que acudir
a terapias y somníferos
para ahuyentar el odio ajeno.
Cuentan que nunca supo
de espejos misericordiosos
que arrastraba
la culpa de los neuróticos
y cientos de calaveras
rompían el cielo de sus días.
En cambio ahora
se libra de las promesas
de los amantes inconformes
las deudas
y todos sus achaques.

Los que vienen a verlo
a decirle adiós en su sarcófago
confirman que es él:
ha muerto Milho.
Lo miran y dicen
—desconcertados—
que en su rostro
centellean pavesas de sol
su silencio es un frondoso rumor
y que extrañamente
parece estar vivo
que al fin vive.

Junio, 2021


Mancha de sangre

Vienen a matarme
 como a un pájaro sus armas me laceran.
 Cientos de disparos
 para asesinar una cabeza
                       un hombre
                       una voz.
 La metralla contra mi pecho
 traspasándome
 mientras la sangre tibia
 humedece la tierra
 igual que una vasija rota.
 
Sangre embarrando el país
 este país que pasa de largo
 —ojos y oídos cerrados—
 cuando mi tiempo es un grito de muerte.

 Vienen a cercenarme
 sus proyectiles son como perros de caza.
 Mi cuerpo se reduce a una herida
 a esta llaga múltiple y certera
 que es la llaga de la historia:
 úlcera de todos.
 Soy un pájaro que muere
 hombre que se desangra
 dejando una mancha
 en el rostro del país
 de este país que no podrá ignorar
 por mucho tiempo
 el estruendo de las armas asesinas
 ni los huesos bajo tierra
 de todos esos pájaros
               exterminados
               antes que yo.

Marzo 2021

Los muertos comunes

Ahora no soportan la pestilencia
 no quieren saber
 de esos cuerpos que son cristales rotos
 pudriéndose al borde la vida.
 Aquí permanecen los difuntos
                              los desaparecidos
                              esos mendigos
 que siempre padecieron
 el insomnio y la desmemoria.
 Esta es la fosa común
 de los muertos comunes:
 huesos que aun palpitan
 en el concierto de su pobreza.

 Ahora levantan catedrales y monumentos
 ciudades luminosas que confunden a la noche.
 Pretenden olvidar la pústula
                              los despojos
                              y el burbujeo de la linfa
 que rompe el silencio de las cárcavas
 cuando el sol pisotea la miseria
 que todavía respira bajo tierra.
 
Este país hace sus ofrendas al dios del olvido
 sigue en su rutina de bailes y máscaras
 ignorando lo que se descompone
 al margen del bullicio y el carcajeo.
 Pero los difuntos no olvidan:
 desde el hueco de la eternidad
 escuchan y padecen
 aguardan el instante de su venganza.

 Nada existe más terrible ni más vivo
 que la memoria de los muertos.

Marzo 2021

MILHO MONTENEGRO (LA HABANA, 1982). Poeta, narrador y periodista. Licenciado en
Psicología General por la Universidad de La Habana. Egresado del Centro de Formación
Literaria Onelio Jorge Cardoso. Ganador de diversos premios entre los que destacan:
Premio Nacional de Poesía Pinos Nuevos (2017), Premio Beca de Creación Prometeo en el
XXII Premio de Poesía La Gaceta de Cuba, 1er Premio en el III Concurso Internacional de
Haikus Ueshima Unitsura (España, 2018), Premio Nacional de Poesía Francisco Mir Mulet
(2020), y Premio Internacional de Poesía El Mundo Lleva Alas (EE.UU., 2020). Ha
publicado varios libros, entre los que destacan Rostros de ciudad (poesía, 2015), Erosiones
(poesía, 2017), Las inocentes (novela, 2020), Fracturas (poesía, 2021), y Ágora (antología
poética, 2021). Recientemente su novela Impúdica resultó Finalista en el IV Premio
Internacional de Novela Héctor Rojas Herazo, Ciudad de Sincelejo, Colombia, 2020. Ha
compilado, junto al poeta Osmán Avilés, la selección Impertinencia de las Dípteras.
Antología poética sobre la mosca (Ediciones Exodus, EE.UU., 2019). Publicó el artículo
ensayístico Apostillas sobre una poética de los bordes (Revista del Vigía, 2020), como
resultado de su investigación acerca del comportamiento de la poesía carcelaria cubana,
desde el origen hasta el presente. Su obra ha sido traducida al inglés y al italiano y,
asimismo, recogida en diversas antologías y revistas dentro y fuera de Cuba. Es miembro
del consejo editorial de la revista literaria mexicana Small Blue Library
(https://smallbluelibrary.com). Fue el único poeta joven cubano seleccionado por
convocatoria para el Festival Internacional de Poesía de Medellín, Colombia, 2021.

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