“Horizonte tardío” Novela de Ernesto Escobar Ulloa

En la Revista Trasdemar difundimos la creación literaria contemporánea
Portada del libro / Cortesía del autor para Trasdemar

Desde la Revista Trasdemar difundimos el lanzamiento editorial de la novela “Horizonte tardío” (Editorial Comba, Barcelona, 2024) de nuestro colaborador Ernesto Escobar Ulloa (Lima, 1971). Escritor, periodista cultural y profesor de español, es autor del libro de relatos “Salvo el poder” (Comba, 2015) y fue editor de The Barcelona Review y fundador de Canal-L, ha publicado en diversos medios culturales, como las revistas Lateral o Cuadernos Cervantes, en nuestra revista publicamos el pasado año su ensayo titulado “Lo que dejó el volcán” sobre su viaje a la isla de La Palma.

La novela “Horizonte tardío” se ha presentado en varios espacios durante este año, como Casa Fahrenheit de Barcelona o la Librería Cálamo de Zaragoza, además de Librería EL Virrey en Lima, donde Ernesto Escobar Ulloa ha conversado con los autores Gabriel Arriarán y Ricardo Sumalavia. Compartimos en nuestra sección “Telémaco” el enlace para lectura de un extracto de la novela, “un retrato vívido del Perú de finales del siglo XX”

Gabriel Arriarán (izqd), Ernesto Escobar Ulloa (en el centro) y Ricardo Sumalavia (dcha) / Crédito: Librería El Virrey

Bajo un sombrío puente de la Panamericana, en Lima, el protagonista de esta intensa novela se encuentra de casualidad con un excompañero de colegio. Las circunstancias harán que emprendan juntos viaje al sur, montados en la carga de un camión y junto a tres jóvenes de bajo estrato. El viaje, que se supone corto, se convierte en una inesperada odisea que evoca la paradoja de Aquiles y la tortuga, produciéndoles la inquietante sensación de que nunca van a llegar. Narrado de forma intercalada y con la frescura propia de la oralidad, es el mismo protagonista quien habrá de contar la historia veintitantos años después a su buena amiga Aurora, convaleciente en una clínica barcelonesa tras una complicada operación. Novela de carretera, realismo sucio, picaresca y algo de punk rock, Horizonte tardío es al mismo tiempo un retrato vívido del Perú de finales del siglo XX, en el que se mezclan crueldad, ternura o delirio

Ernesto Escobar Ulloa habla de su novela, Horizonte tardío

Quienes no lo conocen le llaman Martín, por el apellido; para sus amigos es simplemente Zero. Su verdadero nombre es Ezra, como el poeta que apoyó el fascismo, Pound. Descubrir el origen de su nombre lo enemistó con sus padres. Sale con Rut, tres años mayor, pero no pasan por su mejor momento. Quien lo trae de cabeza es Luna, seis años mayor.


Ante la negativa de Rut de partir con él a celebrar el año nuevo en una playa del sur, Ezra decide marcharse solo a encontrarse con su viejo amigo Claudio y quién sabe si con Luna. Bajo un sombrío puente en la carretera Panamericana donde espera un micro que no llega, se encuentra con un excompañero del colegio; y aunque apenas se conocen, deciden emprender el viaje juntos. Instantes después, se les suman tres jóvenes de bajos estratos —Quispe, Ruiz y Muñoz—, a su vez compañeros de una escuela nocturna, con quienes convienen en hacer autostop. En menos de lo que imaginan, van montados en la carga de un camión que transporta costales de arroz, conducido por un enigmático camionero y su sobrino. El viaje, que se supone corto, se convierte en una inesperada odisea que evoca la paradoja de Aquiles y la tortuga, produciéndoles la inquietante sensación de que nunca llegarán.


Veintitantos años después, en una clínica de Barcelona, Ezra le cuenta la travesía a su buena amiga Aurora, convaleciente tras una difícil operación. Apenas se recupere, Aurora montará una editorial de narrativa erótica, proyecto que lleva aplazando desde la época en que se conocieron años atrás en Madrid. El único relato erótico que Ezra podría proporcionarle está escrito a mano en un papel doblado entre las páginas de una vieja edición de Una estación en el infierno, de Rimbaud, y para colmo no es suyo. Aquel librito lo acompañó en aquel viaje, y el dichoso cuento es el leitmotiv neurálgico de la novela.


A través de capítulos intercalados sobre el viaje con episodios anteriores y
posteriores a él, esta novela es una reflexión sobre la memoria, la literatura, el deseo, el amor, en un Perú de tectónicas fracturas sociales, acosado por el terrorismo y la delincuencia, en medio de una grave crisis política que desembocará en un siniestro golpe de Estado ya en ciernes, donde la historia con mayúsculas tiende una sombra sobre sus protagonistas, y la realidad no es más que otro espejismo en ese horizonte que no deja de aplazarse, evocado desde un presente líquido, de redes sociales, Google y Wikipedia.


La estructura es de por sí un juego, cada capítulo podría ser un relato que se cierra en sí mismo y sin embargo prevalece una fuerte unidad. Narrada con un lenguaje oral entre callejero y procaz, donde el humor se mezcla con la crueldad, la ternura o el delirio. Técnicamente podría ser vargasllosiano —saltos temporales, diálogos intercalados— y al mismo tiempo plagio, intertextualidad, toques de novela híbrida —poemas, diario, un relato—, aunque quizá no se trate más que de otra forma de humor. Novela de carretera, realismo sucio, picaresca y algo de punk rock y thrash metal.


Leer un extracto de la novela en: https://editorialcomba.com/libros/narrativa/horizonte-tardio/

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