Desde la Revista Trasdemar presentamos una entrevista con nuestro colaborador Antonio Martín Piñero (Santa Cruz de Tenerife,1998) Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de La Laguna y autor del libro “Amarillos” XII Premio Bienal de Poesía Joven Emilio Alfaro Hardisson, recientemente presentado en la Ciudad de La Laguna, Tenerife.
Quizá ‘Amarillos’ sí sea una biografía de ese color. No de flores, ni del sol, ni de la energía, sino de los distintos amarillos cotidianos que nos acompañan: bilis, charcos, piel en decadencia. Este libro nace de observar, de la idea de que todas las personas, toda la realidad, diaria o extraordinaria, merecen un poema.
ANTONIO MARTÍN PIÑERO
Recientemente fue presentada la publicación de “Amarillos” XII Premio Bienal de Poesía Joven Emilio Alfaro Hardisson. ¿Cuál ha sido el desenlace final con la edición de este primer poemario? Hay un comentario de Rilke en sus Cartas sobre Cézanne que hace referencia a la idea de una biografía del azul. ¿Es “Amarillos” un libro biográfico de este color? Háblenos de la gestación, desarrollo y culminación de su proceso creativo de escritura
El Premio fue dado en 2020 y, por motivos evidentes, no se pudo hacer una presentación. Tras todo ese tiempo, pensábamos que quizá no tendría toda la acogida que hubiera tenido entonces, pero todo lo contrario, la presentación casi llega al aforo máximo, por lo que estamos muy contentos. La edición, además, es un muy buen trabajo, y eso también se nota en la recepción del público. Así que, al final, aún un año después, podemos decir que la gente sigue apostando cada vez más por la cultura y la poesía.
Quizá ‘Amarillos’ sí sea una biografía de ese color. No de flores, ni del sol, ni de la energía, sino de los distintos amarillos cotidianos que nos acompañan: bilis, charcos, piel en decadencia. Este libro nace de observar, de la idea de que todas las personas, toda la realidad, diaria o extraordinaria, merecen un poema. Es, digamos, un conjunto de imágenes, con un título que genera unas expectativas que, esperemos que para bien, no se cumplen. Creo que hay que escribir según se vive, según se ve, y que nada, por feo, raro o cotidiano que sea, se escapa de los brazos abiertos de la Poesía.
Ha formado parte de las nuevas generaciones de filólogos de la Universidad de La Laguna ¿Qué motivó su implicación académica en esta disciplina de las humanidades y cómo ha influenciado su vínculo universitario con la dedicación a la poesía? ¿Podría mencionar algún autor o autora de Canarias que haya influenciado en su propia cosmovisión?
Pues yo, a diferencia de la tendencia general, entré a la carrera por la parte de Lengua y Lingüística, que es en lo que sigo especializándome. Me interesa mucho cómo plasmamos la realidad a través de la palabra, cómo cambia nuestro discurso, cómo ampliamos y enriquecemos la lengua cada día. La lengua pertenece a quienes la hablan, y a veces ignoramos el poder que tenemos y pensamos que alguien puede restringir nuestro uso y creatividad, afortunadamente, eso no es así. En la escritura, como tengo cierta obsesión porque todas las palabras estén en su sitio, creo que me viene muy bien este interés y dedicación lingüísticos. Por supuesto también me ayuda lo aprendido en Literatura, autoras, autores, posicionamientos frente a esta labor y los vasos comunicantes que pueda tener.
Quizá el autor que más me ha llamado la atención en la actualidad, una actualidad a veces lejana para mí, de Canarias, es Rafael-José Díaz. Su estilo, en poesía, en prosa, genera siempre imágenes y atmósferas a las que me gusta volver, en las que busco inspiración. La poesía actual en Canarias es muy rica, estamos despertando, y, como autor joven, espero que dejemos atrás viejos vicios, viejas manías y entendamos que somos un conjunto, con más o menos cosas en común, pero que no debería buscar fragmentarse. Nos queda mucho por aprender de la poesía.
Actualmente el volumen de impacto de las nuevas tecnologías está suponiendo un debate sobre la pervivencia del libro tradicional. ¿Qué importancia otorga a la edición de su primer libro de poemas en un mundo marcado por el pixel y la pantalla? ¿Tienen futuro los libros de poesía?
Como persona a la que no se le dan bien las redes sociales ni la promoción telemática, me parece capital que conservemos los formatos físicos. Y, aunque sí se me diera bien, el tacto, la imagen visual de un libro, es insuperable. ‘Amarillos’, en concreto y como ya dije, tiene una edición impecable, que donde mejor se aprecia es en persona, “cara a cara” con el libro. No todo cabe en un pantallazo, no todas las baterías duran para siempre. Los libros estarán aquí después de nosotros, de nosotras. Los móviles no aguantarán ni dos días sin carga.
Por su parte, la poesía, en el arte, es la última de las revoluciones, está viva y tiene un gran futuro. Lo hemos visto en Tenerife con los eventos y encuentros poéticos que se han hecho: reunir a cincuenta, a ochenta personas en un acto literario parecía imposible, pero se ha conseguido. Los libros tienen futuro, si queremos.
Ha participado en revistas como Cipselas, Nexo o Cumieira. ¿Cuál ha sido su experiencia de colaboración en estas publicaciones y qué opina sobre las revistas digitales en el ámbito hispánico? ¿Cómo se perciben las revistas literarias en el contexto de la filología? ¿Qué tipo de implicación considera que tienen los investigadores en la visibilidad de las corrientes y tendencias actuales de la dedicación filológica en espacios como las revistas y congresos?
Aunque parezca contradecirme, es bueno y fundamental el formato digital. Llegamos a todos lados, y una revista, por muy exquisita que sea su edición, se presta más a este formato. Lo que compartimos, de creación artística, de divulgación humanística, de investigación, en las revistas es verdaderamente el futuro. Gracias a mi participación en ellas he podido acercarme a ese mundo, no siempre presente, no siempre conocido, pero rico, interesante, importante. Lo hispánico es sinónimo de cambio, de curiosidad, de viajes entre continentes; ignoramos la suerte que tenemos de ser parte de esta red de convivencias que es el español. Pero todavía podemos acercarnos más, mirar más, publicar más. Esperemos que los todopoderosos fondos económicos nos ayuden a hacerlo.
Las revistas son como un constante encuentro, vitales para la filología, para saber qué se hace, qué interesa, hacia dónde vamos. Si te dejan, incluso puedes aportar tu granito de arena. Sin embargo, tenemos que salir de las universidades. La filología, las humanidades, trabajamos para las personas, para todas ellas, y daría la sensación de que nadie lo sabe. La mayor parte de la culpa está en nuestro tejado. Confío en un futuro de mayor divulgación, de inserción del público, que la gente lea, por qué no, una revista de Filología y Humanidades. Necesitamos más implicación, revistas, congresos. Los investigadores e investigadoras tenemos ganas, pero no dinero.
En su formación académica cursó un Máster en Galicia. ¿Qué imagen se tiene en lugares como Santiago de Compostela de la literatura de Canarias? ¿Considera que se debería estimular el intercambio y el estudio de lenguas como el euskera, el galego o el catalá en los centros educativos de las islas? Muchas gracias
Siempre desde fuera parece que hay más interés que dentro. Y eso que en nuestro caso dentro hay muchísimo interés. En Galicia, por ejemplo, se mira con curiosidad a nuestra literatura, se busca nuestro carácter propio, nuestra ‘identidade atlántica’. Somos, Galicia y Canarias, territorios singulares, de una creatividad voraz.
La lengua no es solo un instrumento de comunicación, es un camino, diría que el más seguro, hacia la realidad de un pueblo. Es una pena terrible que en España, con la riqueza lingüística que tenemos, solo pensemos en el inglés. Por suerte en Galicia he podido aprender y hablar su lengua, descubrir otras palabras, otros lugares de interés que retratar. Si Canarias se abriera a esa experiencia, y valorara su variedad del español como se merece, y se interesara por las otras lenguas, completaríamos ese poliedro que es nuestra literatura. Abrirse a ‘lo otro’ suele dar pereza, pero se gana tanto que la pereza es una mota de polvo.
Muchas gracias, un abrazo.
Antonio Martín Piñero nace en Santa Cruz de Tenerife en 1998. Se licencia en la
Universidad de La Laguna en Filología Hispánica en el año 2020, cuando es
galardonado con el XII Premio Bienal de Poesía Joven Emilio Alfaro Hardisson, por su
poemario Amarillos. En 2021 termina el Máster Interuniversitario en Lingüística
Aplicada, por las universidades de Vigo, A Coruña y Santiago de Compostela. Ha
participado en congresos y simposios, como organizador y ponente, en la rama de Artes,
Humanidades y Lengua y Lingüística, habiendo también colaborado y publicado en
revistas como Cipselas, Nexo o Cumieira. Actualmente, comienza sus estudios de
doctorado en Sociolingüística en la Universidad de La Laguna.