“Rafael Cadenas, inspira” Por Moisés Cárdenas

En la Revista Trasdemar difundimos el puente literario entre Canarias y Venezuela
Fotografía cortesía del autor para Trasdemar

Presentamos en la Revista Trasdemar el ensayo de nuestro colaborador Moisés Cárdenas (San Cristóbal, Estado Táchira, Venezuela, 1981) a quien damos la bienvenida. Poeta, escritor, profesor y licenciado en Educación, Mención Castellano y Literatura. Egresado de la ULA-Táchira. Ha publicado en antologías de Venezuela, Argentina, España, Italia y Estados Unidos. Entre sus obras recientes figuran los títulos: “Relatos de cualquier tipo” Editorial Solaris de Uruguay (2022), el poemario “En el jardín de tu cuerpo” Sultana del Lago Editores, Venezuela (2021), la novela de género testimonial “Los ojos de un exilio” Editorial Avant, Barcelona, España, (2020). Además en publicación digital, “Obra poética y narrativa”, Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses, volumen 208, BAT. San Cristóbal, Táchira, Venezuela, (2018), el poemario infantil “Mis primeros poemas“, Ediciones Ecoval, Córdoba, Argentina (2015) y los poemarios “Poemas a la Intemperie” Editorial Symbólicus, Córdoba, Argentina (2013) “Duerme Sulam” Editorial Cecilio Acosta, Museo de Barinas, Venezuela, (2007) y “El silencio en su propio olvido” Ministerio de Educación (IPASME) Caracas, Venezuela, 2008. Ha colaborado con artículos literarios en la revista Digital Incomunidade, Oporto-Portugal. En el Diario Digital Identidad Latina Multimedia de Hartford, Estados Unidos. Nuestro colaborador reside actualmente en Córdoba, Argentina.

Si viajamos en el tiempo, y vamos hacia los años 60 y volvemos a nuestro presente, hay un mirar de la existencia, la generación que leyó a Cadenas y hoy pisan los sesenta años o más de vida, están inspirados a la vida misma a la consagración de la palabra, y aquellos que están entre los treinta y cuarenta años, y leyeron a Cadenas, están inspirados a buscar sus poemas

MOISÉS CÁRDENAS

Pasé tres días pensando qué escribir sobre el gran poeta Rafael Cadenas, donde se le ha dedicado números artículos de su prolífera obra literaria, con muchas distinciones e importantes premios, tal como ha sido el más reciente galardón, el Premio Cervantes 2022, el mayor reconocimiento de las letras en español.

Estoy seguro que muchos académicos dedicarán páginas y páginas en internet, sobre la maravillosa obra de Cadenas. Un poeta que es un clásico de la literatura venezolana e hispanoamericana. Se ha ganado el corazón de muchos desde que se leyó su poema «Derrota», escrito a la edad de treinta y dos años, por allá en la década de los 60. Este poema mencionado fue publicado en el libro Falsas maniobras, publicado en el 1966 en Clarín del viernes. Un poema que tiene más de cincuenta años de vigencia, y estoy seguro que pasarán cincuenta años más y seguirá siendo un clásico.

Aunque el poeta «no lo representa» como lo ha dicho varias veces. Él mismo ha confesado que quizá ha gustado este poema, por la situación de aquellos años sesenta. Cosa que es cierta, porque fue una época convulsa, tanto en Venezuela como en el mundo. En la «Tierra de Gracia», estaba dándose los caminos de la democracia, pero también se dieron unos acontecimientos de inflexión, como fue el atentando al presidente Rómulo Betancourt el 24 de junio de 1960. Situación que llevó al país en vaivenes políticos. Pero, ¿en el mundo qué pasó? Pues era el inicio de una década telúrica, marcada por angustias universales.

Esa década en la que vivió el poeta, el mundo le ocurrió de todo. Fue época donde se dio el surgimiento de grandes figuras, pero asesinadas al mismo tiempo, como fueron John F. Kennedy, Malcolm X, Martin Luther King, Robert F. Kennedy. Estalló la guerra de Vietnam,  convulsionaron los movimientos por los derechos civiles en los Estados Unidos de Norte América, cedió la llegada a la Luna, y el mundo experimentó la música de The Beatles, pero en Venezuela, un poeta dibujaba en el papel su angustia, y ese fue Rafael Cadenas. Y como toda persona con sentimientos, sintió pensar por el mundo. Aunque el poeta desde antes de lo sesenta, tenía interés en los temas políticos, no se escapó a plasmar sus preocupaciones por aquellos años.

Para el año 1966, sale publicado el libro Falsas maniobras, donde se presenta la angustia y el torbellino de aquel joven poeta, sin imaginar que muchos años después, en la segunda década de un nuevo siglo, le sería otorgado el Premio Cervantes. Como muchos ya sabemos, este premio es merecido por toda su obra literaria, no por el libro que menciono, en estas humildes palabras. Ya que lo que les comento es un simple y llanamente un artículo sencillo, con palabras claras, para aquellos lectores que leen por primera vez el nombre: Rafael Cadenas. Y es aquí donde dejo plasmado mis sentimientos por el poeta, por las siguientes premisas.  

En primer lugar, Rafael Cadenas cuando escribe ese poema titulado «Derrota», que, por cierto, invito a buscarlo en Google, ya que es la biblioteca de fácil acceso, después de leer mis palabras. Ese poema, fue porque él estaba pasando una situación personal, hay quienes lo han analizado muchas veces, y lo colocan dentro de la situación política que experimentó el poeta, mientras vivía en esos años sesenta. Cosa que puede ser cierta o quizá no. ¡Vaya a saber qué pasaba en la mente del poeta!

Lo que si estoy seguro es que el bardo fue llevado por la preocupación y el dolor, por preguntas que pasaron en su mente como todo muchacho de su época. Y con el verbo en la mano, logró plasmar los siguientes versos:

que he sido dado de baja en todas partes por inútil

que en realidad no he podido casarme ni ir a París ni tener un día sereno

que me niego a reconocer los hechos

que siempre babeo sobre mi historia

que soy imbécil y más que imbécil de nacimiento

que perdí el hilo del discurso que se ejecutaba en mí y no he podido encontrarlo

(Versos del poema «Derrota» del libro Falsas maniobras,1966)

            Si leemos el poema completo, podemos deducir que es un poema de temática política, pero si lo leemos varias veces en voz alta, surge la pregunta, ¿qué estaría pasando el poeta? Si le damos un análisis político, entramos en un terreno donde se debe analizar el poema bastante, ya que fue escrito hace más de cincuenta años, y tomar elementos políticos del año 1960 hasta nuestros días, porque todo ese universo que envuelve ese poema, es complejo. Pero si dejamos a un lado, lo político, y no es por miedo a la palabra, sino es para buscar algo emocional, podemos hallar, una derrota, que es la derrota del ser humano, pero al mismo tiempo, la inspiración.

            He aquí mi segunda premisa, y es la que más apunto para el poeta. Sucede que todos los poetas, experimentamos, y me incluyo, pasamos por situaciones de angustia, preocupaciones, sufrimos, y lloramos. Somos defensores de la injusticia, y la hacemos con la palabra. Pero también somos flagelados por tantas injusticias en el mundo o por el mundo en sí, ya que no nos escapamos de la realidad, aunque la poesía, es la evasión de esa realidad o tal vez, la forma perfecta de afrontarla.

            Entonces el poeta Rafael Cadenas, cuando sumaba sus treinta y dos años, estaba entrando a su madurez. Ya su edad, lo hacía un ser sensible y preocupado por su alrededor, y como hombre joven reflexionaba qué sería de él. Si buscamos ese poema, encontraremos ironía, sarcasmo, dolor, angustia, preocupación, reflexión, o quizá ninguna de estas cosas, y solo, poesía. Pero acaso, la vida misma ¿no es una poesía? Lo que pasa es que, dentro de nuestra vida, hay espacios de muerte y belleza. Y todas las cosas que se experimentan en nuestra vida, sean cosas feas o hermosas, de ella surge el poema, y en esa elaboración artística, renace la poesía. El sentimiento más puro de la raza humana.

            Pero, ¿por qué inspira Rafael Cadenas?

            La respuesta a esta pregunta, la digo porque la generación que leyó el poema «Derrota», se encontró con el poema «Mirar» poema incluido en el libro mencionado en este artículo. Leer lo siguiente

Veo otra ruta, la ruta del instante, la ruta de la atención, despierta, incisiva, ¡sagitaria! Pico de víscera, diamante extremo, halcón, ruta relámpago, ruta de mil ojos, ruta de magnificencia, ruta de línea que va al sol, reflejo del rayo vigilancia, del rayo ahora, del rayo esto, ruta real con su legión de frutos vivos cuyo remate es ese lugar en todas partes y ninguna. (Poema «Mirar» del libro Falsas maniobras,1966).

Si viajamos en el tiempo, y vamos hacia los años 60 y volvemos a nuestro presente, hay un mirar de la existencia, la generación que leyó a Cadenas y hoy pisan los sesenta años o más de vida, están inspirados a la vida misma a la consagración de la palabra, y aquellos que están entre los treinta y cuarenta años, y leyeron a Cadenas, están inspirados a buscar sus poemas, leerlos y disfrutarlos, y aquellos que tienen los veinte años y treinta, manejarán el poema en redes sociales, donde escribirán sus líneas, pero todos tienen algo en común, todos, son seres humanos que habitan en un mundo con derrotas día a día, angustias y preocupaciones, donde se refugian en la poesía, porque saben que ella es la religión más hermosa, donde cada ser sin importar su condición sexual, raza o color de piel, plasma su mundo interno para dejarlo volar como un colibrí en el campo que busca la esperanza.


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