Desde la Revista Trasdemar compartimos el reportaje especial sobre la presentación del poemario “Ni un leve trazo” en la Casa Museo Pérez Galdós, del autor David Pulido Suárez, el evento literario fue presentado por la directora de la institución cultural del Cabildo de Gran Canaria que acogió la velada, Victoria Galván González y contó con la intervención del profesor Juan Jesús Páez Martín.
Compartimos la actualidad literaria de Canarias en nuestras secciones de narrativa, poesía, ensayo, entrevistas y reseñas con texto y foto de nuestra redactora Beatriz Morales Fernández desde la isla de Gran Canaria
Ni un leve trazo, pero todo el instante y calidad poética del escritor David Pulido Suárez
El jueves 25 de enero de 2024 tuvo lugar un encuentro entrañable, cargado de la poesía más sincera: la admiración amiga y profesional hacia un trabajo profundo con la palabra lírica, en la Casa Museo Pérez Galdós, hablamos de la presentación del poemario Ni un leve trazo, de David Pulido Suárez, a las 19:00 horas.
El acto, presentado por la directora de la institución cultural del Cabildo de Gran Canaria que acogió la velada, Victoria Galván González, estuvo rodeado de amigos y artistas, tal como reflejó Galván, cubriendo, incluso, todos los asientos. Y si hubo alguno vacío, estaba también ocupado por la presencia cómplice de todos los asistentes, quienes esperaban con expectativa la esencia de la obra y una lectura de poemas, como así tuvo lugar.
Para catar y profundizar en el trabajo lírico del autor, el profesor y doctor Juan Jesús Páez Martín presentó la obra. Siempre con el cariño y respeto de una misma vocación, la poesía, desde distinto prisma, profesor (Páez) y alumno (Pulido), ambos crearon un ambiente de sinergia conceptual y complicidad.
La lectura global y detenida del profesor se hizo desde la vocación profunda que siempre ha caracterizado a Juan Jesús Páez: su amor por el homenaje intertextual, mezclando sus lecturas previas con esta, de las más recientes, para hallar rasgos poéticos comunes. En sus palabras se acunan estas interrelaciones: “una plaquette que hereda un retrato romántico de la literatura”. Insiste e indica que leyendo Ni un leve trazo puedes sentir a Miguel Hernández en sus versos; o sentirás la fuerza e incógnita sobre la naturaleza del ser humano, como si estuvieses dentro de Hijos de la ira, libro de Dámaso Alonso. Recuerda que los versos de David están “contaminados” del Romanticismo ampliado, es decir, aquel retrato romántico o neorromántico que se manifiesta a lo largo de la lírica del entusiasmo, de la protesta o del dolor, como en Luis Cernuda o Federico García Lorca.
“Este es un poemario cargado de lirismo en estos tiempos tan prosaicos”, sigue Páez; una obra intensa donde al tiempo se le da vuelta y se expresan las ideas desde la sugerencia. El doctor Páez sintetiza sus ideas recalcando que Pulido Suárez es un poeta que aborda las dos grandes dimensiones del sustrato poético, tal como desarrollaron en su momento Platón y Aristóteles: por un lado, la inspiración y la técnica; por otro, la forma y el contenido. “Un Góngora actual, de hermosas onomatopeyas y fuerte unidad entre el impulso y la moderación, con intensa literariedad y profundas metáforas expresionistas”.
Acaba como empezó: rotundo, enamorado de la lírica, con una mirada analítica y tierna tras una cantidad de obras ingeridas en su intelecto desde tiempos memorables. El doctor Páez concluye, quedándose para siempre, con la siguiente sentencia: “esta obra es un sondeo de la realidad, pero corregida y bien hecha”, dándole las gracias por ello.
Finalmente, David Pulido toma la palabra y manifiesta su alegría y vínculo profundo con la Casa Museo Pérez Galdós, donde trabajó y presentó su primer poemario en el año 2011, Dame un nombre. Y trae una sorpresa final: la poeta Dulce Martín pone la voz a sus poemas “Donde ardías” y “Ave Fénix”; a su vez, esta magnífica artista con magnético tono alude a “que en el alma se encuentran” estas palabras literarias de David Pulido. Él mismo clausura el acto con su canto. “A solas mi sombra”, “Me gusta que me digas esas cosas” y “El tren”, a petición popular, cierran una velada afable, donde se recordó y se agradeció, por parte del escritor protagonista del acto, al fallecido Manuel Díaz Martínez, inmenso poeta cubano con inmensas relaciones en Canarias.
Se termina con poesía, la vivencial y la del recuerdo, y así se desvanecen las palabras y tan solo queda la relevancia de la celebración de encuentros como este: la magia de un instante compartido, amigo, donde solo hizo falta sentimiento y conexión con el texto que uno tiene delante.
Beatriz Morales Fernández / Las Palmas de Gran Canaria