
Presentamos en la Revista Trasdemar una selección poética bilingüe del autor italiano Ivan Pozzoni (Monza, 1976) a quien damos la bienvenida en nuestra revista. Fue fundador y director de la revista literaria Il Guastatore – Quaderni «neon»-avanguardisti, así como de la revista literaria L’Arrivista y redactor jefe de la revista filosófica internacional Información Filosófica, también ha sido director de las series Esprit (Limina Mentis), Nidaba (Gilgamesh Edizioni) y Fuzzy (deComporre). Entre 2007 y 2018 se publicaron varias colecciones de sus versos: Underground y Riserva Indiana, con A&B Editrice, Versi Introversi, Mostri, Galata morente, Carmina non dant damen, Scarti di magazzino, Qui gli Austriaci sono più severi dei Borboni, Cherchez la troïka y La malattia invettiva con Limina Mentis, Lame da rasoi, con Joker, Il Guastatore, con Cleup, Patroclo non deve morire, con deComporre Edizioni, y e Kolektivne NSEAE con Divinafollia. Fundó una quincena de editoriales socialistas autogestionadas. Ha fundado un movimiento de vanguardia (NeoN-avant-gardismo, aprobado por Zygmunt Bauman), con un millar de movimientistas, y redactado un Antimanifiesto NeoN-avant-gardista. Se le menciona en los principales manuales universitarios de historia de la literatura, historiografía filosófica y en los principales volúmenes de crítica literaria. Su volumen La malattia invettiva gana Raduga, mencionado en la crítica de Montano y Strega. Está incluido en el Atlas de poetas italianos contemporáneos de la Universidad de Bolonia y aparece en varias ocasiones en la importante revista literaria internacional Gradiva. Sus versos han sido traducidos a 25 idiomas. En 2024, tras seis años de retirada total de los estudios académicos, regresó al mundo artístico italiano y fundó la Kolektivne NSEAE (Nuova antropología socio/etno/estética[https://kolektivnenseae.wordpress.com/].
Le mie mani, scarne, han continuato a batter testi,
trasformando in carta ogni voce di morto
Mis manos demacradas siguieron escribiendo
convirtiendo en papel cada voz de la muerte
IVAN POZZONI
LA MALATTIA INVETTIVA
Per scoprire le cause del mio vivere ogni evento come in dissenteria,
hanno versato inchiostro, enorme svista, nella cannula della gastroscopia
i medici anatomopatologi, e mi hanno diagnosticato la malattia invettiva,
associata a reflussi letterari, dilagati dall’esofago, a ossidarmi la gengiva.
Quando, cane cinico al collare, fiuto odor di malcostume o lezzo d’egopatia
non riesco a tollerare l’altro-nel-mondo, vittima d’abuso di xenofobia
dimentico ogni forma di fair-play, calo nella nebbia del Berserker,
incazzato nero come uno Zulu costretto a sopportare un afrikaner,
dico rom al sinti, sinti allo zingaro, zingaro al rumeno, rumeno al rom
non riuscirei nemmeno a trattenermi dall’urlare a Hitler aleikhem Shalom.
Se non vi digerisco sento dentro «uh, uh, uh» come Leonida alle Termopili,
identificando i vermi, che mi stanno intorno, coll’acuirsi del valore dei miei eosinofili
emetto, in eccesso, acido cloridrico e smetto di disinibire la pompa protonica
con la disperazione di un Mazinga mandato in bianco dalla donna bionica,
sputando, con l’accortezza del Naja nigricollis, ettolitri di cianuro
in faccia a chi, dandomi noia, sia condannato a sbatter la testa al muro.
Per comprendere l’ethos del mio vivere in assenza d’atarassia
barbaro che incontra un cittadino nella chora dell’anti-«poesia»,
sarete tutti, nessuno escluso, costretti a inoltrarvi in comitiva
nei meandri labirintitici della mia malattia invettiva.
LA ENFERMEDAD INVECTIVA
Para descubrir las causas de mi experiencia disentérica en cada evento,
vertieron tinta, un gran error, en la cánula del gastroscopio,
los médicos patólogos, y me diagnosticaron la enfermedad invectiva,
asociada al reflujo literario, que me bajaba por el esófago y me oxidaba las encías.
Cuando, como un perro cínico con collar, olfateo el olor de la mala moral o el hedor de la egolatría,
no tolero al otro-mundo, víctima de una xenofobia excesiva,
olvido toda forma de juego limpio, me hundo en la niebla del Berserker,
furioso y negro como un zulú obligado a soportar a un afrikaner,
hablo de romaní a sinti, de sinti a gitano, de gitano a rumano, de rumano a romaní…
y no puedo contenerme gritando Hitler Aleikhem Shalom.
Si no te digiero, oiré «hou, hou, hou», como Leónidas en las Termópilas,
identificando a los gusanos que me rodean, de ahí el aumento de mis eosinófilos,
emito ácido clorhídrico en exceso y dejo de desinhibir la bomba de protones
con la desesperación de Mazinger rechazado por la mujer biónica,
escupiendo hectolitros de cianuro en mi cara con la habilidad de Naja nigricollis
y me aburre estar condenado a hacer cualquier cosa.
Comprender el ethos de mi vida necesitada de ataraxia,
el bárbaro se encuentra con el ciudadano en la chôra de la anti-‘poesía’,
todos ustedes, nadie excluido, se verán obligados a aventurarse en grupo
en los laberínticos meandros de mi invectiva.
FIORELLO M’ANNOIA
Mi addormento davanti allo schermo di carta
reo di non aver da raccontare niente di nuovo,
le lettere che ho nel sangue non fluiscono all’aorta
segregate come Padre Ralph a Drogheda in Uccelli di Rovo,
riprometto che siano le ultime, lettere, tipo Jacopo (A)Ortis,
F.r.i.d.a. mi anticipa sul divano avvolta nel suo petit-gris.
Quando non hai niente da dire il cursore batte ritmi blues
scrivendo a mano, almeno, mordicchi il tappo della biro,
appare, tasto tasto, un testo d’inutile consistenza De Signoribus
ti distrai, ti alzi, cammini, ritorni, coi sensi di colpa di un crumiro,
dalla consapevolezza che scrivere di niente è sempre scrivere
nasce l’equivalenza che vivere di niente è sempre vivere.
Questa è un’occasione sprecata di continuare a dare un segnale,
magari, invece, è un frammento, anodino, nello stile di Tomas Tranströmer,
non mi emozionano fatti di cronaca, sarà forse il modo in cui uso il giornale,
come lettiera del cane, mi è scaduto l’abbonamento annuale ad Atelier,
chissà, forse, senza accorgermene sto scrivendo un capolavoro
come i miliardi di scrittori italiani con prospettive da dopolavoro.
Oggi mi sento anfibio, mezzo Rottweiler e mezzo Chihuahua,
mezzo anfibio, blindo d’assalto, nella battaglia di Okinawa,
sperimentando la sensazione dei mestieranti della Mondadori
di sfornare word su ordinazione, non mi sorprendo che diano fuori
e si rifugino, a coppie, rinunziando a contratti da fariseo,
ad affondare, col far cultura, dentro La nave di Teseo.
FIORELLO ME ABURRE
Me duermo frente a la pantalla de papel
culpable de no tener nada nuevo que decir
las letras en mi sangre no fluyen hacia mi aorta
aislado como el padre Ralph de Drogheda en Birds of Bramble,
Me prometo que serán las últimas, estas letras, tipo Jacopo (A) Ortis,
F.r.i.d.a. me espera en el sofá envuelta en su pequeño gris.
Cuando no tengo nada que decir el cursor late a ritmo de blues
cuando escribes a mano, al menos muerdes el capuchón del bolígrafo
aparece, toque a toque, un texto de vana consistencia à la De Signoribus,
te distraes, te levantas, de un lado a otro, con la culpa de un rompehuelgas,
la conciencia de que escribir sobre nada sigue siendo escribir
el equivalente a vivir de la nada es siempre vivir.
Tal vez una oportunidad perdida para seguir haciendo un signo,
o tal vez un fragmento insignificante al estilo de Tomas Tranströmer,
no me conmueven los hechos crónicos, que no sirven para nada
la caja de arena del perro una vez caducada la suscripción anual a l’Atelier,
tal vez, quién sabe, sin darme cuenta, estoy escribiendo una obra maestra
como millones de escritores italianos con sus violines de Ingres.
Hoy me siento anfibio, mitad Rottweiler y mitad Chihuahua,
mitad anfibio, mitad vehículo blindado de asalto en la batalla de Okinawa,
experimentando la sensación profesional de los mercenarios de Mondadori
su locura no me sorprende
ni que se refugien, como pareja, renunciando a sus contratos farisaicos,
para hundirse, junto con el hecho cultural, en el barco de Teseo.
HAI PERSO LA LINGUA?
A Unomattina hanno dato una notizia sensazionale,
a forza di WhatsApp e dei disservizi del telegiornale,
nella flebile speranza che non si estingua
l’homo sapiens sapiens sta perdendo la lingua.
Tutto iniziò, nel ‘900, dalla caduta dei muri del congiuntivo,
e continuò, a cavaliere del secolo, con l’ipertrofia dell’aggettivo,
tutto bellissimo, splendidissimo, iper-mega-conveniente
a noi Sanremi costretti a romolar controcorrente.
Consumatori disciplinati a sproloquiare cockney
acquistando vocaboli usurati su eBay,
brevettano neologismi, da una lira, al Gr
alla ricerca del gradimento di un qualsiasi parterre.
Casca il mondo, Casca la terra, in scappatelle pìcare
Bruti intenti a intinger pugi nella lingua di Cesare
seppelliscono lessici senza usufruire di condizionale
accusati di crimen incesti con una ex-vergine Vestale.
¿TE HAS QUEDADO SIN LENGUA?
En Unomattina nos han dado una noticia sensacional,
traídas por WhatsApp y por el mal funcionamiento de los telediarios,
con la débil esperanza de que el homo sapiens sapiens no se extinga,
que están perdiendo su lengua.
Todo empezó en el 900, con la caída de los muros del subjuntivo,
y continuó a lo largo del siglo con la hipertrofia del adjetivo,
bellissime, splendidissime, hyper-méga-convenable,
para nosotros, Sanremasques, obligados a afeitar los muros a contracorriente.
Consumidores disciplinados de la lengua cockney,
compradores de palabras de segunda mano en eBay,
patentadores de neologismos de penique, au Gr
buscando la aprobación de cualquier público.
El mundo Casca, la tierra Casca en pìcarescos frascos
Los Bruti ocupados en integrar pugi en la lengua del César
entierran los léxicos sin el beneficio del condicional
acusados de crimen incesti con una virgen ex-virgen.
HOTEL ACAPULCO
Le mie mani, scarne, han continuato a batter testi,
trasformando in carta ogni voce di morto
che non abbia lasciato testamento,
dimenticando di curare
ciò che tutti definiscono il normale affare
d’ogni essere umano: ufficio, casa, famiglia,
l’ideale, insomma, di una vita regolare.
Abbandonata, nel lontano 2026, ogni difesa
d’un contratto a tempo indeterminato,
etichettato come squilibrato,
mi son rinchiuso nel centro di Milano,
Hotel Acapulco, albergo scalcinato,
chiamando a raccolta i sogni degli emarginati,
esaurendo i risparmi di una vita
nella pigione, in riviste e pasti risicati.
Quando i carabinieri faranno irruzione
nella stanza scrostata dell’Hotel Acapulco
e troveranno un altro morto senza testamento,
chi racconterà la storia, ordinaria,
d’un vecchio vissuto controvento?
HOTEL ACAPULCO
Mis manos demacradas siguieron escribiendo
convirtiendo en papel cada voz de la muerte,
no dejé testamento,
olvidando cuidar
lo que todos definen como el quehacer normal
de todo ser humano: oficina, hogar, familia,
el ideal, al fin, de una vida normal.
En el lejano futuro de 2026, toda la defensa
de un contrato indefinido,
tachada de desequilibrada,
encerrado en el centro de Milán,
en el Hotel Acapulco, un hotel decrépito,
reclamando la cosecha de sueños marginales,
agotando los ahorros de toda una vida
en revistas y comidas escasas.
Cuando los Carabinieri irrumpieron
en la decrépita habitación del Hotel Acapulco
y encuentren a otro muerto sin testamento,
¿quién contará la historia ordinaria
de un viejo cortavientos desgastado?
BALLATA DEGLI INESISTENTI
Potrei tentare di narrarvi
al suono della mia tastiera
come Baasima morì di lebbra
senza mai raggiunger la frontiera,
o come l’armeno Méroujan
sotto uno sventolio di mezzelune
sentì svanire l’aria dai suoi occhi
buttati via in una fossa comune;
Charlee, che travasata a Brisbane
in cerca di un mondo migliore,
concluse il viaggio
dentro le fauci di un alligatore,
o Aurélio, chiamato Bruna
che dopo otto mesi d’ospedale
morì di aidiesse contratto
a battere su una tangenziale.
Nessuno si ricorderà di Yehoudith,
delle sue labbra rosse carminio,
finite a bere veleni tossici
in un campo di sterminio,
o di Eerikki, dalla barba rossa, che,
sconfitto dalla smania di navigare,
dorme, raschiato dalle orche,
sui fondi d’un qualche mare;
la testa di Sandrine, duchessa
di Borgogna, udì rumor di festa
cadendo dalla lama d’una ghigliottina
in una cesta,
e Daisuke, moderno samurai,
del motore d’un aereo contava i giri
trasumanando un gesto da kamikaze
in harakiri.
Potrei starvi a raccontare
nell’afa d’una notte d’estate
come Iris ed Anthia, bimbe spartane
dacché deformi furono abbandonate,
o come Deendayal schiattò di stenti
imputabile dell’unico reato
di vivere una vita da intoccabile
senza mai essersi ribellato;
Ituha, ragazza indiana,
che, minacciata da un coltello,
finì a danzare con Manitou
nelle anticamere di un bordello,
e Luther, nato nel Lancashire,
che, liberato dal mestiere d’accattone,
fu messo a morire da sua maestà britannica
nelle miniere di carbone.
Chi si ricorderà di Itzayana,
e della sua famiglia massacrata
in un villaggio ai margini del Messico
dall’esercito di Carranza in ritirata,
e chi di Idris, africano ribelle,
tramortito dallo shock e dalle ustioni
mentre, indomito al dominio coloniale,
cercava di rubare un camion di munizioni;
Shahdi, volò alta nel cielo
sulle aste della verde rivoluzione,
atterrando a Teheran, le ali dilaniate
da un colpo di cannone,
e Tikhomir, muratore ceceno,
che rovinò tra i volti indifferenti
a terra dal tetto del Mausoleo
di Lenin, senza commenti.
Questi miei oggetti di racconto
fratti a frammenti di inesistenza
trasmettano suoni distanti
di resistenza.
BALADA DE LO INEXISTENTE
Podría intentar decirte
con el sonido de mi teclado
cómo Baasima murió de lepra
sin llegar nunca a la frontera
o cómo el armenio Meroujan
bajo un revoloteo de medias lunas
sintió desvanecerse el aire de sus ojos
arrojado a una fosa común;
Charlee, que se mudó a Brisbane
en busca de un mundo mejor,
termina el viaje
en la boca de un caimán,
o Aurelio, llamado Bruna
que, tras ocho meses en el hospital
murió de sida contraído
tras una pelea en una carretera de circunvalación.
Nadie recordará a Yehoudith,
sus labios rojo carmín,
borrados por beber venenos tóxicos
en un campo de exterminio,
ni a Eerikki, con su barba roja,
derrotado por la turbulencia de las olas,
que duerme, arrasado por las orcas,
en el fondo de algún mar;
la cabeza de Sandrine, duquesa
de Borgoña oyó el rumor de la fiesta
al caer de la cuchilla de una guillotina
en una cesta
y Daisuke, samurái moderno,
contó las revoluciones del motor de un avión
gesto kamikaze en un harakiri.
Podría seguir y seguir
en el calor sofocante de una noche de verano
cómo Iris y Anthia, niños espartanos deformes
fueron abandonados,
o cómo Deendayal murió de privaciones
atribuible al único crimen
de vivir la vida de un marginado
sin haberse rebelado nunca;
Ituha, una niña india,
amenazada con un cuchillo,
que acaba bailando con un Manitú
en la antesala de un burdel
y Lutero, nacido en Lancashire
liberado de la profesión de mendigo
y obligado a morir por Su Majestad Británica
en las minas de carbón.
¿Quién recordará a Itzayana
y a su familia masacrados
en un pueblo de las afueras de México
por el ejército de Carranza en retirada,
y qué de Idris, el rebelde africano,
aturdido por los golpes y las quemaduras
mientras indomable por la dominación colonial,
intentó robar un camión de municiones;
Shahdi voló alto en el cielo
por encima de las astas de la Revolución Verde,
aterrizó en Teherán con las alas destrozadas
por un cañonazo,
y Tikhomir, un albañil checheno,
desplomado ante rostros indiferentes
en el tejado del Mausoleo de Lenin,
sin comentarios.
De objetos de la narración
fracturados en fragmentos de inexistencia
que transmiten sonidos lejanos
de resistencia.
NON RIESCO AD INTEGRARMI
Non riesco a integrarmi, ho un disturbo borderline
distribuisco gomitate tipo Greg “The Hammer” Valentine,
nemmeno se mi impegno riuscirò a aspirare al Nobel
deutoplasma irriducibile tra vacche nere d’Hegel.
Non riesco a integrarmi, ho un delirio schizofrenico
rifuggo dalle masse e intingo biro nell’arsenico,
canto, fuori dal coro, come un mitomane a X Factor
disinnescando bombe, spaccio col metal-detector.
Non riesco a integrarmi, ho attitudini da killer,
deambulo tra zombie, stile King of Pop in Thriller,
volando a bassa quota quoto quote di quozienti,
costretto a impacchettare sottotitoli per non-utenti.
Non riesco a integrarmi, ho ogni sorta di fobia
in coda appetisco il verde, come un virtuoso in dendrofilia,
mettendo a fuoco il mondo e sfuocati i tempi con lo zoom,
mi arrendo alla desuetudine della consecutio temporum.
NO ENCAJO
No encajo, tengo un trastorno límite de la personalidad
reparto codazos como Greg «El Martillo» Valentín,
si no me aplico nunca podré aspirar al Premio Nobel
un ternero irreductible entre las vacas negras de Hegel.
No encajo, tengo un delirio esquizofrénico
odio al pueblo y mojo mi pluma en arsénico,
canto, fuera del coro, como un mitómano de Factor X
desactivando bombas y lidiando con un detector de metales.
No encajo, tengo una disposición asesina,
deambulo entre los zombis, al estilo del Rey del Pop en Thriller,
volando bajo sobre la costa cito cocientes,
obligado a empaquetar subtítulos para los no usuarios.
No encajo, tengo todo tipo de fobias,
tengo todo tipo de fobias, incluyendo mi amor por el verde, como virtuoso dendrófilo,
incendiando el mundo, difuminando el tiempo con el zoom,
me rindo a la obsolescencia de la consecutio temporum.
LA BALLATA DI VILLON
La morte ha i tuoi occhi colorati d’estate
balla con l’impiccato e indossa teste decapitate,
racconta ai suicidi le sue storie d’inverno,
che la lacrima di un suicida riesca a spegnere l’inferno.
La morte raccoglie fiori dalle ossa consumate
dalla fuga dei cervelli e dalle orbite bucate,
pianta fiori di ninfea nello stomaco dell’annegato,
è mignotta, fragile, d’addio al celibato.
La morte si sposa col cadavere dell’ustionato
rimane unica forza fuori dalla logica di mercato,
abbraccia l’iper-capitalista, l’anarchico, l’indifferente,
senza mai accorgersi di non servire a niente.
Strilliamo la vita e aboliamo la morte
tentarono in tanti, col sostegno dell’arte,
distratti da ricchi omaggi e cotillón,
aboliamo la morte e cantiamo Villon.
LA BALADA DE VILLON
La muerte tiene sus ojos de verano coloreados
baila con el ahorcado, endosa cabezas decapitadas
le cuenta al suicidio sus historias de invierno,
que la lágrima de un suicida puede extinguir el infierno.
La muerte recoge flores de huesos gastados
en cerebros goteantes y cuencas oculares agujereadas,
llora flores de nenúfar en el estómago de los ahogados,
ella, puta, frágil, adiós al celibato.
La muerte se casa con el cadáver quemado,
sigue siendo la única fuerza fuera de la lógica del mercado,
abraza al hipercapitalista, al anarquista, al indiferente,
sin darse cuenta de que no sirve para nada.
Clamamos por la vida, abolimos la muerte,
lo intentaron en masa con el apoyo del arte,
distraídos con ricos homenajes y cotillones,
abolimos la muerte y cantamos Villon.
TUTTI DIETRO AL TELEVISORE
La televisione dell’orrore, la televisione dell’errore,
ricorda i negozi vendo horror sponsorizzati dal televisore,
lo share aumenta se un freelance dai neuroni anchilosati
intervista, di notte, nelle loro macchine, decine di terremotati,
che se io fossi l’intervistato, zio buono, chiamerei un carabiniere,
o almeno lancerei il freelance a calci nel sedere.
La televisione delle lacrime, la televisione dell’assuefazione,
usa il marchio della marca come linea di demarcazione
tra frammenti di film, tra spezzoni di trasmissioni,
i romani de Roma basavano sullo sponsor la solidità delle obbligazioni,
noi attribuiamo allo sponsor la forza di far decidere a esseri inumani
se dare maggior valore a un tifone o a una strage di bambini afghani.
La televisione della morte, la televisione del dolore,
lo studio non è da frequentare da chi è debole di cuore,
ogni notizia del telegiornale è un atto terrorista
in grado di trasformare Jeffrey Dahmer in Hare Krishna,
l’inchino all’Isola del Giglio è stato uno scoop eccezionale,
l’unico difetto degli improvvisati attori fu di non saper nuotare.
Stasera tutti dietro alle televisioni spente:
a mettersi davanti, infatti, non si ricava un accidente.
TODO DETRÁS DE LA TELEVISIÓN
Televisión del terror, televisión del error
aquí las tiendas venden horror patrocinado desde el televisor,
la audiencia sube si un freelance con las neuronas anquilosadas
entrevista a docenas de víctimas de catástrofes en sus coches por la noche,
y si yo fuera el entrevistado, por Dios, llamaría a un policía,
o como mínimo, le daría otra patada en el culo al freelance.
Televisión de lágrimas, televisión de adicción,
utiliza la etiqueta de marca como línea divisoria
entre fragmentos de película, entre retazos de programa,
los romanos en Roma basaban la fuerza de su obligación en el patrocinador,
atribuimos al patrocinador el poder de hacer que gente inhumana decida
dar más valor a un tifón o a una masacre de niños afganos.
La televisión de la muerte, la televisión del dolor,
un estudio que deben evitar los débiles de corazón,
cada noticia de los telediarios es un terrorista
capaz de convertir a Jeffrey Dahmer en Hare Krishna,
el saludo a la isla de Giglio fue una primicia excepcional,
el único defecto de los actores improvisados era que no sabían nadar.
Esta noche, todos los que están detrás de los televisores apagados:
si os ponéis delante de ellos, corréis el riesgo de sufrir un accidente.
EPIMILLIGRAMMA
Non ti devi incazzare se, a volte, ti nomino,
sai, t’ho reso immortale come un «ritratto d’anonimo».
Incide meglio il mio inchiostro che una ciotola di cicuta:
senza che nessuno lo sappia la tua fama si è evoluta.
EPIMILLIGRAM
No debes enfadarte si a veces te nombro,
te he hecho inmortal en el «retrato anónimo».
Mi tinta graba mejor que un tazón de cicuta:
sin que nadie lo sepa, tu reputación ha evolucionado.
IL DEPUTATO
Con la quinta elementare e la condanna al riformatorio
sin da ragazzo associato a una sedia di Montecitorio,
figlio di una casalinga e di un avvocato di Sorrento
si ritrovò, finalmente, in Parlamento.
Camminò emozionato, avanti e indietro, in Transatlantico
alla ricerca terminale di un munifico bonifico
con la speranza, nella camera, di trovare Cicciolina,
o, come minimo, nei bagni, una tirata d’eroina.
Prendendo al lazo hostess con la destrezza d’un Bufalo Bill,
mettendo in scena finte risse tipo Bud Spencer e Terence Hill,
ha da passà ’a iurnata, fatta di tre ore, abbarbicato alla cadrega,
a appoggiare decreti sorti da interessi di bottega.
Quel giorno la fortuna esalò squilli di tromba
la sede riconosciuta della Camorra finì vittima di una bomba
collocata dal Movimento Anarchico di difesa del Disoccupato
e l’onorevole, con gran baccano, morì trombato.
EL MP
Entonces en séptimo grado y ya condenado a una casa de corrección
luego mensajero para un escaño en el Montecitorio
hijo de un ama de casa y un abogado de Sorrento
se encontró por fin diputado.
Recorrió emocionado el Transatlántico de un lado a otro
en busca, al fin, de un sueldo munificente
con la esperanza de encontrar la Cicciolina en el dormitorio,
o, como mínimo, en los baños, para tirarse algo de heroína.
Lazando a una azafata con la habilidad de Buffalo Bill,
escenificando peleas simuladas a lo Bud Spencer y Terence Hill,
pasó, en tres horas, a un día sin hacer nada, y echó raíces en la sala de visitas
apoyando los decretos levantados en favor de los intereses de la boutique.
Un día la fortuna exhaló sus toques de trompeta,
la sede reconocida de la Camorra cayó víctima de una bomba
colocada por el Movimiento Anárquico de Defensa de los Desempleados
y el diputado, con una explosión, murió jodido.
LEOPOLDUS
Mando questa mia raccomandata a Leopoldus von Attolicus,
certo che nel rapporto di forze lui sia Pompeo o Crasso ed io sia Spartacus,
sperando che la risposta non arrivi mediante piccione viaggiatore,
mio nonno, sangue valligiano, aveva dote di grande cacciatore.
Chiedo a Leopoldus von Attolicus e alla sua vivace ironia salace
di spazzar via doppielingue e critici letterari, come Traiano con un dace,
senza riuscire a volermi mai essere maestro di dizione,
chi l’ha fatto nascondeva sempre manovre d’addomesticazione.
Tentò, anni fa, a racchiudermi nella tela che ammazzò Simone il Gran Maestro dei sarti,
l’ultimo fu, invece, doppialingua, il Jep Gambardella de’ noantri,
in mezzo il flâneur con l’Alzheimer e l’esito contemporaneo d’una merda d’artista,
oramai sto lontano dai maestri – non soffro i Ponteggi – il fegato amaro m’ha trasformato in etilista.
Leopoldus von Attolicus, io, discendente di Villon, arrogante scribacchino,
ti chiedo di dedicarmi un motteggio o dei versi di spirito che mi ubriachino:
meglio, senza mezzi termini, crepare fulminati da cirrosi epatica
che morire, lentamente, confinati in questo star system d’arte apatica.
LEOPOLDUS
J’envoie ma lettre recommandée à Leopoldus von Attolicus,
certain que dans le rapport de forces il soit Pompée ou Crassus et moi Spartacus,
en espérant que la réponse n’arrivera pas par pigeon voyageur, `
mon grand-père, du sang des habitants de la vallée, avait un don de grand chasseur.
Je demande à Leopoldus von Attolicus et à sa vive ironie grivoise
de balayer vos langues doubles et vos critiques littéraires, comme Trajan faisait d’un dace,
sans jamais parvenir à se prendre pour un professeur de diction,
il l’a été pour moi, cachant toujours ses manœuvres de domestication.
Il tenta, voilà des années, de m’enfermer dans la toile qui tua Simone le Grand Maître des couturiers,
le dernier, par contre, fut langue double, le Jep Gambardella de’ noantri, et parmi eux, le flâneur Alzheimérien, ainsi que le résultat final contemporain d’une merde d’artiste,
désormais je suis loin des maîtres – je ne souffre pas les Échafaudages – un foie amer m’a transformé en ivrogne.
Leopoldus von Attolicus, je, descendant de Villon, écrivassier arrogant,
te demande de me dédier une raillerie ou des vers d’esprit qui m’enivrent:
mieux vaut, sans demi mot, crever foudroyé par une cirrhose du foie que mourir, lentement, relégué dans ce star system d’art apathique.
QUANDO LA MUSA TIENE IL MUSO
La sala F del museo della scrittura presenta la scena del Monte Calvario
coi giovani scrittori ottuagenari contemporanei che insistono a far rima in settenario,
a forza di battere sul metro, a misurare i bracci della croce,
hanno spezzato gambe e braccia alla generazione fantasma che cerca di estendere il torace
nell’afferrare un sorso d’aria, l’hanno strozzata di debiti e di rime,
interessati a organizzar riviste e a dirigere anteprime.
La sala L del museo della scrittura è dedicata agli «impiegati» e alle «massaie»
che intingono le loro biro bic nella tazza del cesso usandole tipo mannaie,
va bene la democrazia lirica, non la lirica a mille lire
di composizioni scontate costruite sul trinomio emoticon cuore – sole – amire,
analfabeti, di andata e di ritorno, che, di mestiere, insegnano snowboard,
senza essere mai stati capaci di imparare a usare il correttore word.
La sala U del museo della scrittura ritrae uno scenario da savana
dove novelli Dante si allenano alla concorrenza del mercato vestiti da battona,
vendono e comprano versi al chilo come se fossero alla Borsa di Milano
senza comprendere che lo scrittore di mestiere è uomo abituato a destreggiare l’ano,
difficile il concetto far sopravviver la cultura essere nostra massima missione
se ogni stronzo di inutile freelance crede un suo articolo di merda abbia valore de Il Milione.
La sala O del museo della scrittura è riprodotta come la camera di un blogger
con dei grossi scarafaggi alla tastiera che si tengon sotto tiro reciproco dei loro fogger,
non sono esperti di niente, riescono a dire la loro su tutto, amanti dello scattering,
tutelati dall’anonimato di un sito si danno all’english, dissing, pissing, trolling e fist-fucking,
chissà che fregatura si beccheranno con l’attivazione della Brexit,
dovranno abbandonar l’inglese e tornare a vivere giornate di pettegolezzi.
La sala X del museo della scrittura è dedicata a me, famigerato Orfeo,
buffone da circo intento a strappare i deficienti dalle braccia di Morfeo,
io che non esisto, me che non esiste, I.v.a.n. project,
Injurious – Virus – Anonymous – Neon-avantgarde artist senza budget,
impegnato a tappare le falle del dilagante consumismo bohemien,
con compresse di versi al Plasil e compresse di versi al Dissenten.
QUAND LA MUSE TIENT LE MUSEAU
La salle F du musée de l’écriture présente avec la scène de la Montée du Calvaire
de jeunes écrivains contemporains octogénaires qui persistent à faire des rimes en septénaires,
à force de battre le mètre, de mesurer le bras de la croix,
ils ont rompu jambes et bras à la génération fantôme qui tente de se distendre le thorax
pour saisir une gorgée d’air, ils l’ont étranglée de rimes et de dettes, affairés à organiser des revues et à diriger des avant-première.
La salle L du musée de l’écriture est dédiée aux “employés” et aux “femmes au foyer”
qui trempent leurs stylos bic dans la cuvette des latrines et les utilisent comme des haches,
la démocratie lyrique va bien, mais pas la lyrique à mille lires
de composition évidente construite sur le trinôme émoticon coeur – soleil – mer,
analphabètes, à l’aller et au retour, qui, de profession, enseignent le snowboard
sans avoir jamais été capables d’apprendre à utiliser le correcteur word.
La salle U du musée de l’écriture montre un décor de savane
où de nouveaux Dante s’entraînent à la concurrence du marché en tenue de putes,
ils vendent et achètent des vers au kilo comme s’ils étaient à la Bourse de Milan
sans comprendre que l’écrivain de métier est un homme habitué à se désembrouiller l’anus,
difficile l’idée que faire survivre la culture soit notre meilleure mission
si chaque inutile enfoiré de freelance croit que son article de merde vaut Le Million.
La salle O du musée de l’écriture est reproduite comme une chambre de blogger
avec de gros cafards au clavier qui se tiennent sous le tir réciproque de leur fogger,
ils ne sont experts de rien, ils réussissent à dire leur mot sur tout, amants du scattering,
protégés par l’anonymat d’un site où ils se consacrent à l’english, dissing, pissing, trolling et fist-fucking,
qui sait s’ils ne seront pas pris pour des escrocs avec l’activation du Brexit,
ils devront abandonner l’Anglais et retourner vivre leurs journées de commérages.
La salle X du musée de l’écriture est dédiée à moi, le fameux Orphée,
bouffon de cirque occupé à arracher les idiots des bras de Morphée,
je qui n’existe pas, moi qui n’existe pas, I.v.a.n. project,
Injurious – Virus – Anonymous – Néon-avant-garde artiste sans budget,
engagé à boucher les fentes de l’endémique tendance à la consommation immodérée bohémienne,
avec des comprimés de vers au Plasil et des comprimés de vers au Dissenten.
I GRANDI «POETI»
Gli ultimi due anni della mia vita, con estrema noia,
si son scoperti a colmarsi della conoscenza di grandi «poeti»,
nessuno di essi, strano caso, vanta il fatto d’esser nato in una mangiatoia:
meritano tutti una copertina, bianca, dell’Einaudi, con l’arroganza d’esser sommi sacerdoti.
Centinaia di dilettanti inconcludenti, distanti da ogni forma d’umiltà, col motto del «je rode»
uccidono anodini versetti, col veleno dell’inchiostro, come fossero re Erode,
tutti eccellenti, refrattari ad ogni critica, martirizzati sul monte degli Ulivi,
non concepiscono che l’unica nostra salvezza sia infilar loro sulle mani due preservativi,
e, anti-concezionalmente, risparmiare a tutti il torto
d’assistere ogni volta ad un aborto.
Scopro che, secondo Goethe, l’«ironia è il sentimento che si svincola dal distacco»:
ironia, eirôneía, madre di distopia e dissimulazione, resta la lancia di Don Chisciotte,
lancia in resta contro i mulini a vento, avvento dell’attesa dello scacco
contro chi inanella versi tarentini tanto sciapi da condannarci alle garrotte,
svela al cittadino bue come mai un disperato in bancarotta
sia arrivato a assassinare un magistrato e non una mignotta,
indica all’uomo della strada come versi senza neustico
siano in grado di liberare il male cronico di un mondo stitico.
Scopro di essere in balia di una scrittura a immagini tridimensionali
che costringerà tutti i lettori a cambiare in 3d le (tre) lenti dei loro occhiali,
segnalano a me, correttamente, ex magazziniere in blazer
che tra trecent’anni vincerà i mondiali la Svezia di Tranströmer,
che stiamo vivendo in contemporanea una decina di rivoluzioni copernicane
senza accorgersi che un millennio prima di Tranströmer c’era arrivato Alcmane.
LES « GRANDS POÈTES »
Ces deux dernières années de ma vie, par ennui extrême,
ils se sont retrouvés à faire le plein de connaissance des « grands poètes »,
mais aucun d’eux, chose étrange, ne se vante d’être né dans une mangeoire:
ils méritent tous une couverture blanche de l’Einaudi, avec leur arrogance de grands prêtres.
Des centaines d’amateurs incohérents, éloignés de toute forme d’humilité, ayant pour devise “je rôde”,
trucident d’anodins versets, par le poison de l’encre, comme s’ils étaient Erode roi ,
tous excellents, réfractaires à toute critique, martyrs du mont des Oliviers,
ils ne conçoivent pas que notre unique salut soit de leur enfiler sur les mains des préservatifs,
afin, contraceptivement, d’épargner à tout le monde le tort d’assister à chaque fois à un avortement.
Je découvre que, selon Goethe, « l’ironie est un sentiment qui émane du détachement » :
l’ironie, eirôneía, mère de la dystopie et de la dissimulation reste la lance de Don Quichotte,
la lance du tournoi contre les moulins à vent, aboutissement de l’attente de l’échec (et mat)
de qui se fourvoie en vers tarentiens assez insipides pour nous condamner au garrot,
elle dévoile au boeuf citadin pourquoi un désespéré en banqueroute
en est arrivé à assassiner un magistrat et non une putain,
elle montre à l’homme de la rue comment des vers sans neustique
sont aptes à libérer du mal chronique d’un monde constipé.
Je me retrouve à la merci d’une écriture d’images tridimensionnelles
qui contraindront tous les lecteurs à changer en 3d leurs (trois) verres de lunettes,
on me signale, tout bonnement, à moi ex-magasinier en blazer,
que dans trois-cents ans la Suède de Tranströmer gagnera le mondial,
et que nous sommes en train de vivre en même temps une dizaine de révolutions coperniciennes
sans se douter qu’un bon millénaire avant Tranströmer, Alcman en était déjà là.
Las traducciones del italiano al español y las versiones del francés son cortesía del autor, con revisión de Pierre Lamarque y Juan Antonio Bernier