“Yo del país decapitado” Poemas de Miroslava Rosales (El Salvador)

En Trasdemar difundimos la obra poética de las voces migrantes del panorama literario contemporáneo
Miroslava Rosales (2020) Fotografía cortesía de la autora para Trasdemar

Desde la Revista Trasdemar, con motivo del Día de las Escritoras, presentamos una selección de poemas de la autora Miroslava Rosales (1985) Escritora y académica salvadoreña. Estudia el Doctorado en Literaturas en Lenguas Romances en la Bergische Universität Wuppertal (Alemania), gracias a la beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). Maestra en Literatura Hispanoamericana, por la Universidad de
Guanajuato, México. Integrante de la Red Europea de Investigaciones sobre Centroamérica (RedIsca), Red de investigación de las literaturas de mujeres de América Central (RILMAC) y del Grupo de Trabajo Clacso «El istmo centroamericano: repensando los centros». Ha sido editora de la revista mexicana Cuadrivio. Incluimos la selección de su obra literaria en nuestra sección “Una habitación propia” de poesía

Hermanos míos

todo el país la línea blanca

la elegía de las ballenas

País el peso de tus lágrimas me hunde en la desolación de los violines

MIROSLAVA ROSALES
Yo del país decapitado

 País mío
 país nuestro
 todo es el cúmulo de tus heridas y el pus
 tantos siglos
                     bajo el signo de la necrosis
 que ya no reconoces la sinfonía de la ternura más elaborada
 Solo mordazas Solo mordazas en ti

 País mío país nuestro
 país de madres decapitadas y ninfas sarnosas
 de cíclopes tatuados con cuchillo en mano
 de ancianas sin la claridad de la luna
 de niños niños anhelando los violines del mar y del cielo
 los clarinetes de los bosques sin manchas de vinagre

 República del excremento
 país de cerdos que devoran los corazones de los más pequeños
 país país país país país país
 de cocodrilos en las esquinas a la espera de un transeúnte descuidado
 país mío un cadáver la esperanza leños secos los burócratas
 país de clicas que se expanden
 como células cancerosas en un cuerpo de edad avanzada
 de fosas clandestinas
 país de homeboys y palabreros
 cárceles atestadas de aguijones moscas y ratones
 País sin mausoleo digno de veneración
 nadie te ofrenda cantos de gloriosa paz y trompetas de oro y jazmines
 País el ataúd de mis palabras
 País sangrante fruto sobre mi mano
 país
        plaga de termitas y leones
 País mío
 contemplo tus escombros de templo de gusano
 en medio solo el llanto se alza como bandera descolorida
 Te adentras a mí con las páginas sangrientas de los periódicos
 en las cuales hay niñas mutiladas de los arcoíris
 País de gases lacrimógenos machetes y fusiles contra la danza del sol
 piara de policías y políticos

 País mío
 las ratas y millones de cucarachas salpican tu morgue (a punto del colapso)
 y las cabezas de mujeres te pueblan los ríos como cangrejos
 solo lobos custodian tus fronteras de aluminio y electricidad

 ¿Cuándo
               país mío
 serás la hierba acariciada por la lluvia más generosa
 a darte al sol
                     como niño a su joven madre
                     como el cometa al cielo sin lágrimas
 a ser abrigo de begonias para los insectos
 los que no saben de la partitura
 vivaz como un paisaje del trópico?

 ¿Cuándo serás la música del alba y no de la rabia endurecida?

 Yo solo escucho los aullidos de la noche que avanza como una fila 
                                                             /de inmigrantes en el desierto
 
País mío no existes
 es la verdad
 la terrible verdad de tu epitafio
 nadie habla más de ti
                                  para el vuelo de los caballos
 solo tu sangre es digna de titular
 vos mi enemigo de primera fila
 por tu ponzoña
 por tus golpes en cada una de las notas de mi delirio

 ¿Cuándo
               país mío
 los girasoles se multiplicarán para los niños con pega en sus estómagos? Solo
 conocen la crueldad en forma de picahielo
 solo conocen la crueldad en forma de político

 ¿Cuándo tendrás la vivacidad de las heliconias de un parque botánico
 y las gaviotas de un mar muy limpio
 y el sabor del melón
 y podrás dar caricias a nosotros los desvalidos como un padre comprensivo?
 ¿cuándo el sosiego de mi raíz?
 ¿cuándo el recuerdo sin más llanto como mazo?
 ¿cuándo la brisa en vez de alacranes para mi cabellera?
 ¿cuándo serás la casa para mis espinas
 el bálsamo la miel el aroma a lavanda para este dolor acumulado?

 País mío
 ¿por qué tantas murallas y cercos eléctricos para tus ojos?
 ¿por qué tu maquinaria del odio sigue funcionando en este olvido?
 ¿por qué las alabanzas no te resucitan?
 ¿por qué te vuelves hueso roído en la mugre?

 País mío
 te pareces al sauce talado que ha sido dejado a la orilla de la carretera
 al sicario sangrando en el hacinamiento de una cárcel del Pacífico
 al buey destazado
 Te inhalo
                como la cocaína más barata
 a veces eres una luz que entra a una de las grutas de mi corazón
 y te posas allí como corderito
 y te miro caer al fango desde siempre
                                      desde siempre

 País mío
 solo destacas por ser el criminal de la noche más extensa
 la noche cúpula de víboras
 por el filo de tus cuchillos contra la risa
 por los disparos de tus noches sin bondad
                                                                    colmadas de murciélagos
 por tus chupaderos y autohoteles en donde la esperanza siempre se oxida
                                                                                            / muy temprano
 en ti el licor es una hemorragia sin cura
 y tus calles
 y tus discotecas
 y tus prostíbulos y tu psiquiátrico me recuerdan a los intestinos necróticos
                                                                                       / que he visto en los
 hospitales del excremento

 Hermanos míos
 todo el país la línea blanca
 la elegía de las ballenas
 País el peso de tus lágrimas me hunde en la desolación de los violines

 País
 amoroso jardín para los bendecidos por el dólar y las joyas
 ¡Gloria a la bestialidad!
 ¡Gracias por nuestro hundimiento!
 Nada de nuestros sueños quedará en pie
 solo sus bancos y sus compañías y sus centros comerciales y 
                                                                                    /sus partidos políticos
 Nada de nosotros quedará en pie ante la tempestad de las sierras eléctricas

 País mío
 país nuestro que estás en el cielo
 ¿por qué tus hijos te decapitaron con este machete?

La cárcel

 Erika
 un diminuto roedor de una cárcel del Pacífico
 olvidada moneda roja Erika

 Corría en la casa con piso de tierra de una Nicaragua remota
 como niña que desconocía las aves rapaces y los aguijones y la herrumbre

 Sabía de la risa de las cometas
 de los mangos en el mercado bajo el sol de verano
 de la luna
               besando las mareas de su cabello tan negro
                                                                      /como un caballo de petróleo

 Su canto poco a poco se volvió el cernícalo de un edificio deteriorado
 muy brevemente conoció la miel y las mariposas de la mañana que vestían 
                                                                                  /el corazón de su madre
 (ahora reza por su hija desaparecida)

 Trabajaba
                 en El Manguito
 Día a día abría sus piernas a los leones de las calles más calurosas
 y
    se consumía en los torbellinos de la cerveza el crac y la cocaína
                                                                    / en la gangrena de sus clientes
 y
 en El Manguito
 una casa del centro de la ciudad
 custodiada por cucarachas
 nadie
 le besaba con el cuidado que se le da a un jardín de peces

 Dar plegarias a su corazón sin allegro y viento
 abandonado en una cárcel del Pacífico

La madre

 ¿Dónde estarás hija de la canela
 que mi radar no te detecta desde hace un año?
 ¿dónde tus lágrimas y tu lucha de sol?
 ¿tu risa será un árbol amarillo en medio de mi patio nuevamente
 un árbol de refugio en las tardes?
 ¿Podré algún día dar con el sosiego
 si esto me taladra los sentidos
 si soy un féretro desvencijado desde tu desaparición?
 Desde ese miércoles
 mi boca se cerró para la cantata de abejas y los grillos
 y ahora solo digo oraciones por todo el pueblo
 y te busco
 y la noche se agria en mi garganta
 ¿Tus captores sabrán de tus manantiales de inocencia
 de tus ojos con la dulzura del níspero
 del bosque tropical en tu corazón hoy en naufragio?
 Miro tus fotos de deportista
 de quinceañera
 envuelta con la claridad de los violines
 y sé que ya no soy de aquí

Miroslava Arely Rosales Vásquez. 1985. Escritora y académica salvadoreña. Estudia el Doctorado en Literaturas en Lenguas Romances (Romanistik), en la Bergische Universität Wuppertal (Alemania), gracias a la beca del Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD). Maestra en Literatura Hispanoamericana, por la Universidad de Guanajuato, México. Integrante de la Red Europea de Investigaciones sobre Centroamérica (RedIsca), Red de investigación de las literaturas de mujeres de América Central (RILMAC) y del Grupo de Trabajo Clacso «El istmo centroamericano: repensando los centros». Ha sido editora de la revista mexicana Cuadrivio. Se encuentra editando, junto a los profesores Mauricio Espinoza (University of Cincinnati) e Ignacio Sarmiento (State University of New York at Fredonia), el libro The Never-Ending Journey: Cultural Representations of Central American Migration in the 21st Century.

Su trabajo aparece en Nuevas voces femeninas de El Salvador (2009); Una madrugada del siglo XXI (2010); Las perlas de la mañana siguiente (2012); Ventanas de libertad (2014); The Theatre under my Skin. Contemporary Salvadoran Poetry (2014); Resistencia en la tierra. Antología de poesía social y política de nuevos poetas de España y América (2014); Segundo índice antológico de la poesía salvadoreña (2014); Mujeres que se crean a sí mismas. Antología de mujeres salvadoreñas (2017); Poeta soy. Poesía de mujeres salvadoreñas (2019); Pedir un deseo, prenderle fuego. Poesía contemporánea de mujeres latinoamericanas (2020); Jardín de sangre. 10 poetas salvadoreñas contemporáneas (2020); y en revistas internacionales.

Ha participado en congresos, seminarios y jornadas académicas en Alemania, Inglaterra, España, México, Perú, Guatemala, El Salvador y Honduras, así como en festivales de poesía en México, El Salvador y Nicaragua. Su última publicación: Los tiempos del níspero (Editorial Cerro del Viento, México)

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