Desde la Revista Trasdemar presentamos en nuestro aniversario el ensayo de Juan Carlos De Sancho (Las Palmas de Gran Canaria, 1956) Escritor, editor, guionista e ilustrador. Ha cultivado la poesía, el ensayo, la columna periodística, el guión documental y cinematográfico, la narrativa infantil. Editor y antólogo internacional, dibujante de tiras cómicas e ilustrador de sus propios libros. Traducido a diversas lenguas, parte de sus escritos de pensamiento han sido publicados en diferentes revistas especializadas de Irlanda, Portugal, Italia, Francia y México
Las culturas autóctonas se funden con las que llegan, se mezclan creando un nuevo paradigma. La identidad rizoma se impone sobre la identidad atávica, de raíz única. Ya venimos desde todas partes
JUAN CARLOS DE SANCHO
Las islas son culturas de influencias, aceptamos las influencias. Estamos unidos por lo que nos separa, el mar y los diferentes viajeros que llegaron a cada una de ellas. Siempre hemos sido visitados por multitud de culturas, es nuestro sino. Por eso y otras eventualidades André Bretón consideraba a las islas “ zonas ultrasensibles del planeta” y Lawrence Durrell “ puntos de conciencia en el mar “. La isla es la gran metáfora de una nueva cosmovisión.
Pienso que el próximo Renacimiento ya anda planeando por las islas del mundo. En uno de mis libros, “La Casa del Caracol, El Pensamiento Archipiélago” , propuse nuevos conceptos de actuación filosófica, literaria y artística, arraigados en cada archipiélago de la Macaronesia, “ islas alegres y Afortunadas “, según la terminología griega. Pensé en una nueva fortuna cultural, en la recuperación de la alegría creativa, contra el nihilismo vigente e improductivo.
Planteé el concepto de isla idea, intentando clarificar los nuevos parámetros culturales de ese hipotético y deseado Renacimiento. La Eternidad era una de esas isla idea. La situé en Azores. Recordé entonces que la poeta azoriana Natalia Correia había escrito que “ as vacas, nas colinas esfumadas/ ruminaban o eterno” ( las vacas / en las colinas esfumadas/ rumiaban lo eterno ). En el archipiélago de las Azores las vacas siempre pastan libres, sueltas, en los verdes prados. En esa situación privilegiada de presente continuo pueden divisar la Eternidad, sin cadenas, rumiando sueños interminables.
La Infinitud , otra isla idea, emergía en Madeira. Existe una leyenda en ese archipiélago portugués donde se cuenta que “ si llegas de noche y en barco a la bahía de Funchal, podrás divisar la imagen probable del infinito : las luces reflejadas en la bahía se unen a las de las laderas y barrancos y éstas a las estrellas del cielo, formando un únicum “. Un viaje de continuidad y de enlaces poéticos, transformando en infinito lo finito, lo antes inconexo y ahora vinculado.
Más adelante aproveché la imagen planetaria del canario para dar curso a una nueva isla idea , la Universalidad, que situé en las Islas Canarias. La idea argumentaba que el virtuoso canto del pequeño pajarito, conocido en todo el mundo, no dependía de su lugar de origen sino del lugar inspirador donde se encontrara en cada momento. Aunque no era el lugar sino la belleza de su canto lo que lo hacía universal, planetariamente apreciado.
En Cabo Verde localicé la última idea isla, la Creolidad, concepto que define la fusión de lenguas y costumbres, esa” otra cosa” nacida a través del mestizaje, la aceptación de las influencias y la poética de la relación que con tanto ahínco y firmeza defiende el poeta y ensayista Edouard Glissant desde Isla Martinica. Las culturas autóctonas se funden con las que llegan, se mezclan creando un nuevo paradigma. La identidad rizoma se impone sobre la identidad atávica, de raíz única. Ya venimos desde todas partes. La Macaronesia es un archipiélago inmenso que se funde en tres lenguas: la española, la portuguesa y la caboverdiana. Somos islas viajeras, “ capas giratorias de cultura”, tal como nos define desde Azores el poeta, ensayista y profesor universitario Urbano Bettencourt. Estamos en el tiempo de las islas ideas, unidos por aquello que nos separa, este “aquello” que define el nuevo Renacimiento que se avecina.
Juan Carlos De Sancho (Las Palmas de Gran Canaria, 1956). Escritor, editor, guionista e ilustrador. Ha cultivado la poesía, el ensayo, la columna periodística, el guión documental y cinematográfico, la narrativa infantil.
Editor y antólogo internacional, dibujante de tiras cómicas e ilustrador de sus propios libros. Traducido a diversas lenguas, parte de sus escritos de pensamiento han sido publicados en diferentes revistas especializadas de Irlanda, Portugal, Italia, Francia y México.
Autor polifacético, ninguna manifestación artística ha escapado a su creativa imaginación. La Fiesta del Desierto, Las Unidades Fugaces, El Confital, Manuel Vázquez Montalbán en Memoria (prologado por José Saramago), El Tren del Infinito, El Paraíso Terrenal, Diccionario del Mono Leído, Isla Sombrero. Cuentos y Descuentos, Elogio de lo Invisible, Galdós Responde… forman parte de su extensa obra literaria. Su libro más reciente “Fábulas improcedentes” (Mercurio Editorial, 2021)
En los últimos años asiste como ponente a diferentes Encuentros Internacionales de Literatura (México, EEUU, Argentina, Egipto, Irlanda, Palestina, Chile, Italia, Costa de Marfil y Portugal) donde suele difundir la literatura insular y el pensamiento archipiélago. Ha recibido premios nacionales como guionista y literarios en Islas Canarias, donde reside habitualmente.
Un aroma de universalidad en cada escrito y propuesta de Juan Carlos de Sancho. Una estrella en cada idea, un viaje al infinito y al acá en cada obra y camino.
Gracias y abrazos.