Desde la Revista Trasdemar compartimos una selección poética de la obra literaria de Juan R. Tramunt (Las Palmas de Gran Canaria, 1955) Escritor y psicólogo clínico, ha sido profesor de Lengua española y Literatura, desde 1984 hasta 2015 en Enseñanzas Primaria y Secundaria. Cofundador de Puentepalo, Revista de Literatura y Artes en 1980, y director de la Editorial Puentepalo desde el año 2000
Me entristece la mañana porque fulge de entusiasmo
con el sol que se esparce ahuyentando la melancolía.
(Tú, que también lloraste cuando te rechazó Dafne
─entré donde me encuentras por puerta inmisericorde─
¿qué te extraña mi tristeza si como tú persigo, anhelo,
amo apasionadamente,
y me esquiva la alegría?)
Un destello de entusiasmo es la daga que me arranca
estas lágrimas.
Si ahora creciera el laurel me hincaría a besarlo.
(No me avergüenza decirlo, yo no soy divinidad).
Libreta en blanco. Ed. Puentepalo, 2001.
Cada vez que hurgo en la memoria te veo
fosforesciendo como unos ojos en la noche,
en esos momentos de siembra
a los que el segador nunca se acostumbra.
Si algún día no te encontrara
echaría de menos la soledad que me das,
por eso continuamente te busco y me arriesgo
a dibujarte, a darte un contorno, a ponerte
-voz.
Sé que siempre está en tu ánimo la deserción
aunque todavía palpites en los recovecos
húmedos de mi cerebro.
Quisiera que entendieras
que siempre debes estar ahí.
Eres como un resplandor para este estigio náufrago
que en la inmensa ceguera del mar
te ve y descubre lo que es el alimento,
y descubre lo que es la religión.
Quisiera que entendieras
que siempre debes estar ahí:
baranda envejecida tentada por el vacío.
Libreta en blanco. Ed. Puenteoalo, 2001.
A MI HERMANO
Me han dado una foto vieja.
En ella se ve a mi madre
con mi hermano mayor en brazos.
Estaba enfermo
y murió poco después de que alguien
perpetuara ese momento, para certificarle
a algún dios que hay quien nace para nada.
Yo de mi madre habría mandado
al infierno a ese dios,
pero ella siempre lo tuvo en cuenta,
a su manera, en silencio, pero en cuenta.
Nací algunos años más tarde,
y mi primer nombre lo llevo en honor
(y dolor) de mi hermano.
Es un honor silencioso,
como la cuenta de mi madre,
como el paso de mi hermano por este mundo de dios.
Caligrafía. Ediciones IDEA, 2013.
En este instante existes tú solamente.
Alfonso Costafreda.
El amor que yo entiendo,
y que más se parece al que tú esperas,
es injusto, porque te complacerá
en casi todo aquello que te ilusiona,
en casi todo lo que te hace levantarte
cada mañana,
en todo, o casi todo, lo que te hace permanecer
a mi lado un día más.
Es injusto para mí también
porque ese casi todo será apenas nada al final,
porque no sé si entiendes mi amor.
Es injusto para ti
porque seré el ladrón que se ha apropiado
de todo lo mejor que puedes dar
sin devolverte a cambio algo parecido.
Lo es para los dos porque, queriendo darte
todo ese amor que esperas, poco te he dado,
aunque haya sido todo el amor que yo entiendo.
Caligrafía. Ediciones IDEA, 2013.
Me enfrenté a los designios de mi partida
porque me urgía la necesidad de continuar
siendo lo que soy, a pesar de lo que soy,
para que mis palabras no se oyeran huecas
ni mis actos fueran aspavientos inútiles.
Las unas fueron pronunciadas en lúcida vigilia,
largamente cebada en noches de desvelo,
y troqueladas en hierro para que me sobrevivieran.
Para los otros hice acopio de testigos peleles;
porque nada me obliga, salvo lo que soy,
a dejar constancia de todo aquello que me lastime,
y de todo aquello que me alimente.
No habrá otro que hable por mí.
No habrá quien me enmudezca.
Condena y júbilo del poeta Caín. Ed. Puentepalo, 2018.
Me hubiera gustado ser más hábil
para que la vida empleada en ello
quedara justificada: la propia y la ajena.
Que no quedara rendija alguna
por donde colarse la vergüenza.
La que arrastro, en primer lugar,
la de los que llevan mi nombre
en su propio remolque,
o comparten lecho y pan conmigo.
Sé que algún día miraré atrás y dudaré,
en un punzante segundo,
o en plomizos días o meses,
sobre si ha valido la pena inmolar el tiempo escaso
en una ofrenda sin rectificaciones,
a este camino que, quizás,
nunca me llene de luz
pese a tantos empeños, húmedas ilusiones,
inservibles antorchas a lo largo.
Condena y júbilo del poeta Caín. Ed. Puentepalo, 2018.
Juan R. Tramunt Rubió nació en Las Palmas de Gran Canaria en
1955, hijo de emigrantes catalanes que echaron raíces en el
archipiélago canario en los años 40. Es escritor y psicólogo clínico,
actividades que sigue ejerciendo y desarrollando en la actualidad. Ha
sido profesor de Lengua española y Literatura, desde 1984 hasta 2015
en Enseñanzas Primaria y Secundaria, así como orientador
psicopedagógico.
Actividad literaria
Ha publicado los libros: Libreta en blanco (2001), La vida
posible (2002), La hembra del centauro (2004), La ceniza que
avanza (2008), Caligrafía (2012), La piel de la lefaa (2013), La
Virgen de Sola (2014), Anturios en el salón (2016), Condena y
júbilo del poeta Caín (2018) y Nunca más la noche (2018).
En teatro es autor de Las palabras y el cuchillo (2003), Menos
bulto, más claridad (2004), La vida sobre fondo
blanco (2005), Papas y piedras (2005), Nanas en la
oscuridad (2011), La valla (2014).
Junto a María Jesús Alvarado, en 2006, fundó la Compañía de
teatro La Fanfarlo.
Cofundador de Puentepalo, Revista de Literatura y Artes en 1980, y
director de la Editorial Puentepalo desde el año 2000, desde la cual
ha coordinado los proyectos:
– Meridiart. Arte en la isla del Meridiano (Proyecto multidisciplinar
de artistas grancanarios inspirados en la naturaleza de la isla de El
Hierro). Mayo, 2005.
– Art Food/Para comerte mejor. Colectiva de arte en apoyo a la
ONG Burkinasara, noviembre de 2011.
– Poetas con ciudad Juárez. Encuentro poético en Arinaga, 1 de
septiembre de 2012.
– Encuentros artísticos en el Patio de Las Paulitas, que tienen
lugar en Agüimes desde 2010.
Fue director de Insularia, Revista de la Asociación Canaria de
Escritores (2008-2009).
Formación y actividad docente y clínica
Estudió Magisterio en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria,
Piscología en la Universidad Autónoma de Barcelona, obteniendo el
postgrado de Psicologia clínica en la U. Complutense de Madrid.
Como psicoterapeuta ejerce desde 1984. Fundó Alfa, Centro de
Psicología Aplicada, en 1990. Fue responsable del Área de Psicología Clínica y de la Salud en el Colegio Oficial de Psicólogos de Las Palmas, entre 1993 y 1998, donde también impulsó y coordinó el
Grupo de Intervención en Desastres y Emergencias (GRIDEM), en los
años 1995 a 1997. Fue miembro de la Comisión técnica para la elaboración del proyecto del Plan de Salud de Canarias, del Gobierno de Canarias (1994).
Cofundador de la Asociación Gull-Lasègue para el estudio y el
tratamiento de la Anorexia y la Bulimia en Canarias, en 1999, de la
que fue Coordinador del Equipo Terapéutico hasta 2010. Actualmente
sigue vinculado a ella como asesor clínico y directivo.
Como psicólogo clínico, ha sido miembro de la Sociedad Española de
Medicina Psicosomática, y de la Sociedad Española para el Estudio de
la Ansiedad y el Estrés, presentando comunicaciones y ponencias en
diversos congresos, jornadas o simposios.