“La textura de la tierra” Siete poemas de João Rasteiro

Desde la Revista Trasdemar damos la bienvenida a nuestro colaborador João Rasteiro. El poeta portugués ha obtenido varios y prestigiados premios, entre ellos, el ‘Prémio Literário Manuel António Pina’ y ha sido finalista del ‘Prémio Portugal Telecom de Literatura’ (poesía), Brasil. Como autor ha publicado 18 libros en Portugal, Brasil y España
João Rasteiro (Ameal – Coimbra, Portugal, 1965)

Presentamos en Revista Trasdemar una muestra poética del autor João Rasteiro (Portugal, 1965) Poeta y ensayista, se graduó en estudios superiores por la Universidad de Coimbra, en la licenciatura ‘Estudios Portugueses y Lusófonos’. Es miembro de la ‘Asociación Portuguesa de Escritores’ y del ‘Pen Club Portugués’, donde actualmente integra la dirección. En 2021 la prestigiosa editorial, Porto Editora, en su colección de poesía ‘Elogio da Sombra’ publicará su antología “Ofício Poesía: 2000-2020” Compartimos los poemas de nuestro colaborador en la sección “Continentes”, traducidos por Maria Leonor F. Crespo

El tumulto es lejano en toda la lengua

y en ninguna, “y así en los arroyos

de la rueda gira” tu triste ausencia, la única y entera verdad

João Rasteiro

EL ÚNICO ESTILO PARA LA MUERTE

Una nueva mañana de marzo, aunque temprano
para leerte, pero quizá demasiado tarde para volver
al cerezo que me inebria los sueños ciegos.

*
Leerte, dejar de leerte, leerte o no leerte,
no es decisión humana que se exija al habla o verso,
a la casi pasión “trabada en carne de la lengua”.

*
Y aunque el gorjeo del mundo sea ya ensordecedor,
está tan cerca de mí que en él jadeo,
hay el momento, no el cuerpo, el día y sus márgenes.

*
Es marzo, la mañana se propaga como un volcán,
y mi cuerpo, zurdo, yace aplazado como la primavera
en tu ausencia, espera el espasmo del cerezo.

*
Leerte, dejar de leerte (ayer se me murió el vecino
del 3er piso), “no es lo mismo que meter la cabeza
en un agujero abisinio”
: en rigor, todo está fuera de mí.

*
Las voces se alzan feroces e indistintas, el cielo llora
en diluvio inundando la lengua, el poema muere,
“morir por una rosa es hilar más fino”: me elevo

*
y te escupo, el único estilo, para la muerte vertiginosa y cruda!


AUSCHWITZ ¿Y DESPUÉS?

El corazón, el cuerpo, las manos y los poemas
han sido gaseados en una tarde de marzo: destellos
concebidos en el despojo de poeta sin rosas.

*
El corazón estaba demasiado triste y los poemas
primaverales, demasiado joviales, y el amor cavilado
en la ruptura del dorso con la astucia del contagio.
*
Los desiertos se desarrollan y deposito guirnaldas,
nuestro amor era errante, pero tan sublime,
en la solercia de la palabra nunca sabrán cuánto.

*
En el laberinto de sus témporas ni siquiera dios vio,
si hubiéramos visto su inigualable sombra,
no hubiera sido muerte alquímica bajo el escarnio.

*
“No habían podido”, pues él era ya en sí
el principio y el final de todo: la luminosa crueldad,
el más preciso y claro rasgo de las cenizas de la memoria.


SOMOS HUÉRFANOS DE UN GRAN HAMBRE

En el Senado
todos fallamos el elocuente discurso
de nuestros efímeros días,
el amor en los intersticios de la Polis,
en la historia que tras el crepúsculo
merecíamos tener en este purpúreo suelo,
y el panegírico del cuerpo
donde se derramaba el vino,
y el eco luminoso como la palabra radiante
en la sabiduría y gloria de Babilonia,
nos olvidamos por la nitidez de la hoja
de fausto “banquete a las aves de rapiña”,
nosotros, “¿los poetas en tiempos de indigencia?”

*
En el Senado
todos ignoramos la siderurgia del mal
de nuestras resplandecientes batallas,
la ceguera en la divinidad de los hombres,
de la voracidad que antes de la oscuridad
se desgasta bajo el tiempo del banquete,
y la extrema jactancia del narciso
en la cual desvive la inocencia de la belleza,
y la condena que nivela el golpe
sobre la renuncia pura de otras Grecias,
“en uno entre los más, en uno entre los que se” donan,
nos deshacemos ante el polvo de las leyes
deportando héroes “como expolio para los perros”.

*
En el Senado
todos olvidamos el derrumbamiento del verbo
de mis perfumadas rosas y manos,
un poema deslumbrado entre tus senos,
del lugar de aquella fuente en tu cuerpo
sumergido hoy isla de bruma inaccesible,
y prosigo, prosiguiendo tú en mí
un poema o “idea de Polis rescatada”,
y no cuido de mensurar la culpa,
la mía, la tuya, la nuestra, bajo el corazón del ágora
“nosotros, los ateos, nosotros, los monoteístas,
nosotros”
, alimentamos el incesto que me agita
“cargando un rescate inmensurable” y cruel.

*
En el Senado
ahora, la finura acumulada del lino
y del blando en dos frágiles mundos de cristal,
te lame el nombre, cada olor y memoria
circunscrita a una sola raíz de tristeza,
la mía que se esconde “bajo cada piedra”,
mi fulgor, el fulgor de las Grecias
donde siempre “puede esconderse un escorpión”.

*
En el Senado
se decide ahora si la cicuta
deberá ser el castigo, para mí que no te he olvidado,
si para aquella madre que enseguida olvidó el hijo
recién nacido, lanzándolo a la papelera
un fondo de cuerpo donde no subsiste suelo,
oh miserables ángeles desnudos
bajo un estrecho soplo, un frágil vuelo divino.

*
En el Senado
se excede el pudor de la orfandad
de palabra justa, y en rama de laurel
ardiendo está nuestro nombre
y aunque centelleando pujante el sol para ellos,
como usuarios de parca sabiduría
en anzuelos de añadiduras tan irrelevantes,
no entienden que “¿sin bárbaros qué será de nosotros?”.


EL BOTE DE LOS PECES

“El amor es una noche a la que se llega sólo”
después de la infancia ocultada en el puro follaje
y de la fimbria de un electrocardiograma.

*
Y no hay una aptitud limpia, sino una isla,
y se encontrará ya disponible otra lengua
que asegura que jamás abandona a la tierra
el perfume la rosa de su perder,
tus anteados ojos y el lecho despojado
donde brota la fresca lágrima y la culpa pura.

*
En la ocasión de la aurora todavía se asoma el azul
y como un halcón deleita al pájaro,
en nuestra distancia, aún somos un hondo cielo,
y en medio, la frecuencia cardíaca
que logremos ofrecer, la única lucidez
en caracteres ilegibles de sangre y saliva.

*
Y no hay virus o náufragos en el mediterráneo
que te cabalguen lejos de mi lengua
y “la boca besada es caliente de cuerdas y lazos”
y el gran mar sube al cielo a los pies del pescador.

*
Ahora, forajido, lo que sé del corazón es mirarlo
y sentirte, y de los huesos puros botan peces,
para que por ti me sostenga y tú te sostengas
por mí donde el carbón se vierte en el espacio angular.


LA TEXTURA DE LA TIERRA

Si dios detuviera la textura guarnecida de la tierra
embelesada de hombres y mujeres bajo el sol,
palabras encendidas, turbias inquietudes
del verbo en la lengua, del querer, y del bien querer,
alargaría esa textura bajo nuestra habla
adornada en la claridad divina del error y del pecado.

*
Pero, crédulo, poseo solamente la poesía;
ella es lo que alargo bajo nuestra habla.
La surca lentamente, tú eres la voz de mi poesía,
Esta pura naciente de palabra incorpórea.

*
“Si yo tuviera las telas bordadas de los cielos”, y dios
la textura guarnecida de la tierra, la poesía
serías tú, la bordadura del amor, y el centro del amor,
todo lo que hay de solícito “de oro y plata” en la figura de la fe.


FRONTERAS DE CUERPO VACÍO

Hay filamentos de acero impíos,
la tiniebla que brota recuerda un pez-araña
agonizando bajo los dientes del agua
y se entraña por los bordes de la nieve de mi cuerpo
desembocando en abismos en mi estómago.

*
Y disemina allí sus impías telas –
Dos telas de soledad. La mía
y la mía que heredé fermentada del amor,
las enigmáticas “declinaciones de ti” en mí,
y ahora el verbo es un virus en la peste del mundo.

*
Ahora llegado a la nada del todo de tu ausencia,
todavía “agarro la madrugada como si fuera
un niño”
masticando las raíces
del último árbol que se frota al paladar del cielo
estéril de azul. Fronteras de cuerpo vacío.


AUTOPSICOGRAFÍA II


“Más alto todavía, siempre más alto”,
la alondra sopló su mágico cantar
en la expuesta y febril colmena del poema.

*
La fingida tristeza retracta a la auténtica
con semejante maestría en su lengua de voces
“entreteniendo la razón”, que la distinción
presente entre lo fingido y lo auténtico
es ilícita, la fingida tristeza que se aferra
al pasadizo del poema es auténtica
y la auténtica es absolutamente fingida.

*
Pero, en ciertas verdades oscuras
donde medir la distinción “que se llama
corazón”, ¿cuál de las dos es la exactitud?

*
El tumulto es lejano en toda la lengua
y en ninguna, “y así en los arroyos
de la rueda gira”
tu triste ausencia, la única
y entera verdad, mi triste soledad.


João Rasteiro (Ameal – Coimbra, Portugal, 1965). Poeta y ensayista, se graduó en estudios superiores por la Universidad de Coimbra, en la licenciatura ‘Estudios Portugueses y Lusófonos’. Es miembro de la ‘Asociación Portuguesa de Escritores’ y del ‘Pen Club Portugués’, donde actualmente integra la dirección. Ha traducido varios poemas del castellano de poetas como, Harold Alvarado Tenorio, Juan Armando Rojas Joo o Antonio Colinas. Tiene poemas publicados en diversas revistas y antologías, de Portugal y extranjero, y varios poemas traducidos al español, catalán, francés, inglés, italiano, finlandés, checo, húngaro, japonés, occitano y persa.
Ha obtenido varios y prestigiados premios, entre ellos, el ‘Prémio Literário Manuel António Pina’, 2010. En 2012 fue uno de los finalistas del ‘Prémio Portugal Telecom de Literatura’ (poesía), Brasil. Publicó 18 libros (Portugal, Brasil e Espanha), el primero, “A Respiração das Vértebras”, 2001 y los últimos, “LEVEDURA” (poesía, 2019) y “Governadores de Orvalho” (Cuentos, 2020). Su libro “A rose is a rose is a rose et coetera”, 2017 (2º Ed. 2018), Portugal ha sido llevado a la escena por el grupo de teatro ‘Os Controversos’ a finales de 2017.
En 2021 la prestigiosa editorial, Porto Editora, en su colección de poesía ‘Elogio da Sombra’ publicará su antología “OFÍCIO Poesía: 2000-2020” En 2009 organizó un número especial de la revista colombiana de poesía ‘Arquitrave’, sobre la nueva poesía portuguesa y en 2018 la antología de poesía portuguesa contemporánea: “Aqui Nesta Babilónia” (Amargord, Espanha).
Es autor de algunas letras para la ‘Canción (fado) de Coimbra’. Ha sido invitado a intervenir en varios festivales de poesía, en Portugal y en el extranjero. Vive y trabaja en Coimbra (Casa de la Escritura) y sigue creyendo en la poesía, quizás porque aún es su inutilidad lo que puede ser una pequeña luz que brille en el futuro.

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