“Usted es suya, novela de María Mercedes Benito” Por Juan Casillas Álvarez

En la Revista Trasdemar difundimos la actualidad literaria de Puerto Rico

Presentamos en la Revista Trasdemar la reseña del libro “Usted es suya” (Ediciones Gaviota, 2021), la primera novela de la autora puertorriqueña María Mercedes Benito, una colaboración de Juan Casillas Álvarez (Las Piedras, Puerto Rico) en nuestra sección “Conexión Derek Walcott” de literatura contemporánea del Caribe

María nos ofrece una novela de madurez y deslumbramiento. Su lectura es exigente para un lector que tiene una relación con lo humano isleño y su historia. La novela toda es una descarga coherente de sucesos narrativos que se leen con arte y el afán de entrar al mundo, de cuerpo y alma, de la herencia canaria en nuestra isla

JUAN CASILLAS ÁLVAREZ

Usted es suya es una audaz novela en la que los lazos de gratitud y amor entre las mujeres entretejen un delicioso arte de contar una historia familiar de finales del siglo XIX en Puerto Rico. María Mercedes Benito es profesora de literatura, tiene mucha experiencia y conoce bien su territorio. Benito nos ofrece un banquete estelar del lenguaje que se aparta de la construcciones agresivas y pornográficas de muchas novelas de escritores noveles. Claro no son todos iguales, pero hay competencia entre ellos por ser el más atrevido e innovador con los contenidos de los géneros literarios urbanos.

En esta novela, Benito toma otra bitácora, le da vueltas a la isla y añade continuidad y lujo a la tradición novelística isleña. Benito se aproxima a la novela de época y manda a los infiernos el follón trillado de la literatura urbana de narrarlo todo: higiénico, cicatrizante. Hay mucha literatura gritona en cualquier foro mediático que apuntala que se debe escribir sin mirar atrás, que el canon se tira a la basura y que el análisis normativo ni se mire. Inventar, crear, innovar, esa es la bandera, son los nuevos cañones de la imaginación exterminadora.

Es que aquí se tiene por bueno que en la búsqueda obsesionada de originalidad estorbe lo que el patrimonio literario ha logrado. También es estorbo el diálogo del novelista con el tiempo que le tocó vivir. Aquí entre escritores y poetas isleños abunda una idolatría a la invención delirante y a la fantasía que se traduce en un culto a lo “novel”, a la genialidad mediática que con frecuencia produce una literatura afectada por las confrontaciones del “WOKE”, además de lo patético que resulta ser.

No se trata de leer por leer o de escribir por escribir tampoco. En los espacios urbanos académicos el protocolo tallerista es más importante que la vida para escribir. La resiliencia literaria es la nueva Atenas, que le ha dado un portazo a los que se salen de la cofradía de la polis literaria. Ellos nos obligan a leer ayunos narrativos y, de pasada, nos empotran con empoderamientos emocionales y subliminales que son culebrones de nuestra realidad. Por ahí andan muchas propuestas literarias del mañana y es lo que yo leo cotidianamente en las redes entre Santurce, “las city” y el Viejo San Juan.

Usted es suya me sorprende porque este libro que leí es mucho más que un canto de sirena urbano, muestra mucho más que una literatura acelerada, mucho más que sanación o transparencia. Los protagonistas de esta novela, los conflictos, los escenarios, los episodios van a contratiempo y sin descansos asmáticos. Con muchos demonios la narración fluye a su destino estético. María nos ofrece una novela de madurez y deslumbramiento. Su lectura es exigente para un lector que tiene una relación con lo humano isleño y su historia. La novela toda es una descarga coherente de sucesos narrativos que se leen con arte y el afán de entrar al mundo, de cuerpo y alma, de la herencia canaria en nuestra isla. En las postrimerías del siglo XIX, hay una luz en el túnel de las luchas por la autonomía política y el progreso alcanzado en el interior de la isla que ha producido un buen sabor en las pequeñas y medianas propiedades cafetaleras y cañeras.

El éxodo de los agricultores isleños del archipiélago canario a Borinquen se extendió desde las primeras décadas de la conquista hasta el último día del cambio de soberanía en 1898. La novela comienza con el ciclón San Ciriaco de 1899, fenómeno que devastó la isla y ocasionó la muerte de más de cuatro mil puertorriqueños. Belén, la protagonista, se encuentra metida en una barraca o tormentera que protege a sus hijos, sus empleados y su señorío.

Con los personajes metidos en la barraca, la novelista enciende la máquina de la memoria que da paso a reflexionar sobre los orígenes familiares. Es ahí donde arranca la trama de Usted es suya. La autora retrata “la tormentera” como una alegoría donde Belén se siente atada, pero su tenacidad logra desatar los eslabones de la cadena en busca de la verdad y de la libertad personal.

Los orígenes y las conexiones entre islas son los detonadores en Usted es suya. Una extensa épica isleña se cava en el subsuelo de la novela. En nuestra historia habita el tema de la emigración de una isla arrimada a África a otra isla atada a los trajines del Caribe. Belén nos informa que sus padres emigraron a Puerto Rico de Gran Canaria a mediados del siglo XIX. La exquisita Belén, nacida en cuna de oro entre la caña y el café, es de ascendencia canaria y puertorriqueña. La madre de Belén, Amalia Ortiz, es de Gran Canarias y allí se casó con un canario boricua, Vicente Fernández Monjardín, un generoso buscafortunas.

Estos datos no son extraños, los encontramos en cualquier libro de actas bautismales parroquiales de los pueblos. Como buenos isleños, la agricultura era el camino del progreso y los valores católicos, eran la pasión de la familia Ortiz y Fernández. Juaquín Ortiz, hermano de Amalia, es un mañoso y es el último pariente que llega a Puerto Rico entusiasmado por la prosperidad de su familia canaria en el Caribe. Este señor es un personaje oscuro que, metido en refugio de la tormentera, toca a la joven Belén.

El perfil narrativo que Benito le da a Joaquín se equipara con la tragedia bíblica cuando Caín mata a Abel. Es un personaje masculino de contrapeso, soberbio, cuyos artefactos cizañosos estaban resguardados en un cofre que cargó desde Gran Canaria para la maldición de la familia en Puerto Rico. Inmediatamente, Amalia, la faraona, lee el alma perversa y deshonesta de su hermano y la “jefa” no duda en enterrar el cajón para evitar las malas premoniciones que traen las malditas ofrendas. El cajón nos recuerda el mito de la Caja de Pandora.

Este recurso es genial para tensionar los dramas y los personajes de la novela. Cuando la caja de Joaquín se abre, se desatan tormentos y tragedias. Además, sirve de tramoya a la autora para crear un enigma a lo largo de la narración. Es un artefacto extraño que trastoca la cultura en la casa católica de Amalia, propiedad y valores que va a heredar la heroína Belen. Los artefactos de la caja misteriosa del tío son el tipo de artilugio que en apariencia es inofensivo. Sin embargo, Joaquín y su cofre están implicados en las muertes de Amalia, su hijo Antonio y del padre Vicente Fernández.

El cofre es una trastada, un nudo que desata locuras y desafíos para Belén, protagonista que tuvo una niñez dorada y una adolescencia entre la lectura y arte, persona feliz y protegida. La llegada del tío es un punto de inflexión en la novela, tanto que es el epicentro de las tragedias que se suceden en el texto y que alterarán profundamente la balanza de la prosperidad rural de la familia canaria en la isla. Mi lectura de Usted es suya me evoca al personaje de Heathcliff en Cumbres borrascosas de Emily Bronte.

Me apetece hablar de Candelaria, la andaluza contratada por don Vicente para que sacará de la angustia a su esposa Amalia Candelaria. También, es la cocinera salera  de la familia. El personaje es la gracia, la audacia y el flamenco en la vida agraria de la familia Fernandez y Ortiz, es decir, de los canarios en la isla. Candelaria tiene una personalidad franca, sabrosa y percibe de inmediato errores, artimañas en contra de sus patronos. En la barraca de las reflexiones también se encuentra Candelaria, y es la que le tiene el ojo echado al bribón del tío Joaquín que pone su mano sobre la niña Belén. Candelaria no lo soporta, piensa que no es trigo limpio. Más tarde, en la narración Candelaria tiene muy claro la maldad en la piel que lleva el tío. Ella descubre sus crímenes y el infierno y la humillación que suscitó la presencia nefasta de Joaquín en la familia y en Belén. 

Candelaria y Belén son como la uña y la carne. Entre ellas no hay secretos. Candelaria mantiene a Belén con los ojos abiertos ante la adversidad. Cuando Belén se casa con el militar don Mariano Calzada y Guerrero, este no tarda en traicionarla. Para colmo, apuesta en una pelea de gallos las propiedades de la familia y abusa de la noble Belén, y en ese punto Belén le exige el divorcio. Es ahí en la confusión cuándo interviene la sabiduría picante de Candelaria. Con el apoyo decidido de Candelaria, Belén saca fuerzas y se levanta de los golpes endemoniados de la vida. La vida de Belén es una verdadera tragedia, pero Candelaria no la abandona y le señala el camino para vencer las traiciones y agresiones.

Candelaria le limpia a Belén el estómago de mariposas, la reta a ponerse de pie, le grita que no está sola y la invita a caminar para reivindicar su familia canaria y boricua. Candelaria defiende al débil porque tiene un sentido elevado de la justicia y de lo propio. Justamente el título de la novela Usted es suya es una frase que Candelaria le dice a Belén para que despierte y ponga en orden la casa materna con el fin de que sea suya para tomar decisiones justas y que la favorezcan, para que recupere el brillo de su existencia, de su familia y sus leales empleados. La gitana cocinera ayuda a Belén a romper con la maldición del cofre de los “vampiros”. Candelaria es Sancho, el escudero de Don Quijote. La buena amiga evita que Belén se convierta en un desastre de la experiencia canaria. Candelaria evita que su patrona se convierta en un soliloquio desquiciado producto de la cultura de atontamientos en los trópicos.

Usted es suya es un llamado al amor, a la revelación de la auténtica Belén, la mujer que recorre y sufre todas las pérdidas de la buena memoria. Candelaria y Belén vencen. Fragilidad y fortaleza se unen y triunfan embistiendo la envidia, los fracasos. La novela en cuestión es la saga trágica de las familias canarias en nuestra isla. Mi lectura de Usted es suya me provocó una impresión de placer y extrañeza a la vez. Las novelas de memorias nos exigen preguntas elementales y el novelista no tiene por qué abordar las respuestas. La narrativa de Benito no es para turistas ni para la diáspora foránea.

Por el contrario, es una narrativa que se adentra a un hogar lleno de vida e historia isleñas. El hogar en el terruño tiene centralidad, aire y fuego. Tiene los elementos que un país debe conservar: la familia, la amistad y la soledad. El dominio de lo propio es fundamental para la sobrevivencia, es el espacio de la inquietud y las posibilidades de conservación en cualquier lugar. En Usted es suya se combina lo foráneo con lo autóctono, el arraigo con lo ligero, lo paisano con lo universal. Todo ello se convierte en una suerte de fuerzas diversas que nos hacen reflexionar en los orígenes de los pueblos.

En Usted es suya nos paseamos por interesantes temas isleños que proceden de un pasado difícil de imaginar, puesto que apenas somos conscientes que una familia canaria y puertorriqueña sea parte de nuestro mundo. La profesora Benito nos da esa sorpresa e indaga en la intimidad de ese encuentro en nuestro terruño. Estos personajes no pretenden buscar otra patria sino quedarse para transformarla, contrario a los novelistas noveles quienes crean personajes urbanos aislados que son forzados a genios literarios que buscan una patria nueva, agresiva y neoliberal. Stendhal dijo en una ocasión: “Una novela es un espejo que se pasea por un ancho camino”.

Usted es suya nos describe un mundo trágico, una experiencia rural de mitad del siglo XIX, que culmina con la invasión estadounidense y el huracán San Ciriaco. Sin embargo, no es una novela de los derrotados insulares sino de la trascendencia de mujeres peninsulares e insulares que no se derrumban a pesar de las desventuras y las desgracias. Los personajes femeninos se quedan en la campiña boricua y bucólica. El hecho narrativo que se valora es parte de aquella vieja máxima de que este mundo lo cambian los que luchan hasta el final. Benito pone sus palabras y su mensaje ético en las voces de las mujeres protagonistas. Es decir, las cosas en la ruralia boricua las enderezaron las mujeres que se afincaron en lo profundo de nuestra isla.  Es una historia de isleños que valoran el lugar de origen.

Sumergirse en Usted es suya de principio a final trae mucha cafeína y trajines que nos hacen pensar en nuestro presente visto también dentro de una barraca. Es decir, hoy día los puertorriqueños vivimos en la metáfora de la barraca (la novela usa el término tormentera) del encierro, ansiosos y temerosos hemos creado una “sin salida” de un “sin futuro”. Sin embargo, las señas de identidad de Belén y Candelaria son más optimistas. Ellas no se sientan a esperar, la recuperación empieza inmediatamente que salen de la barraca. Ellas miran la recuperación y el futuro como lo hizo Amelia, el ejemplo pionero, que lo construyó décadas atrás sin pedir y sin lamentaciones. La madre es una mujer relevante en todo el entorno familiar que construye la novela. La muerte de Amalia, su matriarcado,  va a embrujar los pasos de su hija. 

Es decir, la novela revela una monumental interpretación literaria que nos habla de que los puertorriqueños no hemos salido aún de e nuestro refugio, que no hemos salido ni por curiosidad a inspeccionar qué está sobre el piso y qué está de pie. El mundo isleño de hoy, después de muchos desastres, aún está dentro de la imagen de la barraca, esperando a que algo poderoso nos saque de ahí. El desastre nos ha inmovilizado, pensamos en el ciclón eterno con eterna ansiedad, es decir, que nuestra incertidumbre no tiene final. La isla hoy día está en un atolladero. Esa es la paradoja, pero la barraca en Usted es suya, no tiene atolladero. En el desenlace de la narración, los personajes femeninos se unen y se suman en fuerza y vulnerabilidad, en afectos y crueldad. Como cantaba el poeta Miguel Hernández, “la vida, la muerte y el amor” son las tres heridas de los hombres.

Benito, en su primera novela, nos muestra una energía narrativa más optimista y agradable, que eleva la novela puertorriqueña actual a mirar lo sustancial de la realidad de un antes y un después. Creo que ese gancho apunta a una voluntad creativa que va a recorrer extensamente la reflexión sobre nuestra condición humana. En esa medida, nuestra imaginación, ya enamorada del conocimiento, será más universal. Usted es suya, está escrita con esmero y tenacidad. Benito tiene una conversación en voz baja con los personajes, a pesar de los excesos de ambiciones y errores. Son doscientas sesenta páginas que se leen sin agobios. El lector no siente cansancio, no tiene vértigos, porque Benito nos diseña un español bien tallado para nuestro deleite y nos narra el periplo de la experiencia canaria para disfrutar más la gesta de esta historia de isleños. El lenguaje y los personajes se cruzan en las islas de fondo donde se ama y se mata.

Es una novela limpia, cautivante, en la que el estilo tira cadenas que la claridad del español las une. Benito maneja un español con mano firme, no lo cambia por ningún anglicismo, no cae en la trampa de la moda. Es el lenguaje que pone todo en movimiento, es la máquina loca que conduce a Benito a meterse en camisas de once varas y a enfrentarse a una batalla  tras otra. Está novela pone en el centro al español en Puerto Rico y lo valora como debe hacerlo un novelista isleño. Un novelista isleño con los pies en su tierra, no infravalora su suelo ni su herramienta de trabajo, el idioma nacional.

La literatura isleña profunda debe reclamar su derecho a existir, debe ser parte de la aventura literaria del presente

JUAN CASILLAS ÁLVAREZ

La biografía de un país la escriben los novelistas. El alma histórica tiene una épica y sin su lírica está incompleta. Eso lo tuvieron en cuenta  novelistas como Enrique Laguerre y  Rosario Ferré. La novela da al mundo personajes poderosos como Belén, Candelaria y Joaquín. Y la obra entera reconstruye una épica que reconoce la vida. El escritor que no se duerme, suelta toda su poesía hasta en la oscuridad de lo cotidiano, porque una novela sin poesía no es capaz de producir un mundo propio que el mismo novelista ha sudado.

Hoy día salir de la barraca es libertad, lucha, significa rehacer la vida sin búnkers. Amalia, Belén y Candelaria son mujeres canarias y boricuas que no se quedaron en la barraca para convertirse en cadáveres. Las tribulaciones de estas mujeres no las cansaron, ni el ruido del desastre las paralizó. Unidas juntaron fuerzas y saltaron por encima de la tragedia y entendieron cómo actuar por encima del feudo. Los personajes en Usted es suya no necesitan correr ni huir porque son mujeres audaces. Ellas abandonaron la barraca, pero se quedaron en sus campos y en los pueblos isleños para que estos no mueran.

En Amalia y su hija Belén hay el espíritu invencible y misericordioso que representa la  herencia canaria y boricua que aún pervive en toda nuestra isla. En la novela el poder transformador de la memoria de los fundadores está bien catado, es fundamental para avanzar en la narración. A tono con lo anterior, ya lo ha dicho el filósofo Hingenio Marín: “No existe una creación física ni espiritual que se deba exclusiva y completamente a uno mismo”. Quizás esta idea sea repudiada hoy día, un pensamiento así, de discurso de reescritura, nada tiene que ofrecer a la poesía y muchos dirán que el Puerto Rico actual nada tiene que ver con la sociedad de Usted es suya.

Benito no es una escritora del más allá ni depende “de uno mismo” para hacer literatura puertorriqueña. Lo más valioso de una obra creativa es ese algo que se nos ofrece con plenitud e ingenio. Belén no es sólo cambios que se pasan en la vida, sus islas no son solo lugares exóticos y caóticos. Candelaria es la estrella buena que se pone en el camino de Belén y le recuerda que los problemas vienen en una maleta de isla en isla.

La novela Usted es suya quizás no cause revuelo mediático y, probablemente, no llegará a las aulas escolares, pero si tenemos las antenas puestas, la literatura isleña boricua debe tener un lugar en nuestro sol literario de hoy. A mí este libro me vino muy bien pues, durante mi lectura, me estuvo visitando mi amigo poeta de Gran Canaria, Samir Delgado. Él puso a la altura que se merece la presencia canaria en nuestra isla, que se pasa por alto desgraciadamente. Conocía el libro vehemente Fantasía boricua de la exquisita escritora María Teresa Babín. Para mi sorpresa, el libro es también una historia de familias isleñas canarias en el Puerto Rico de mar y tierra. El escritor Ramón Acevedo, al despedirse de Samir, le dijo que su familia era de Canarias, y también las décimas navideñas, la adoración a los Tres Reyes Magos y los vocablos “enchumbar”, “mojo” y “guagua”.

En sí misma, nuestra literatura es isleña y eso lo aprendemos en Usted es suya, pero no es una historia que nos ata al pasado. Sin embargo, aprendemos de él porque lo que pasa en la novela le ha pasado a todo Puerto Rico y sigue pasando. Samir me recordó el parentesco inevitable de los canarios con los boricuas y viceversa. Ese parentesco es consanguíneo, tiene relaciones, vínculos y una herencia fundamental de cuerpo y alma, pero la fiebre de la literatura y el arte también tienen parentescos. La carreta de René Márquez tiene un parentesco íntimo con la literatura canaria. La charca de Zeno Gandía y La llamarada de Enrique Laguerre van por el mismo camino consanguíneo. Las pinturas de Francisco Oller y, más recientemente, los cuadros de Rafael Tufiño nos recuerdan un parentesco isleño con las Islas Canarias. En la música puertorriqueña los parentescos son aún más evidentes. Y de la poesía ni se hable, el parentesco es de almas gemelas.

Nuestro humor y la hospitalidad isleños complementan nuestra personalidad, la adornan con el lenguaje. La herencia lingüística canaria en Puerto Rico de Manuel Álvarez Nazario es una lectura de reconocimiento de relaciones y entronques del español isleño en la que se revela la sangre de la literatura, cuyo parentesco espiritual y expresivo canario es muy importante.

Quizás el arte, la música y la poesía son parte de la herencia más extendida entre las Canarias y nuestra isla. María Mercedes Benito expande el alma de la literatura puertorriqueña en su novela. Esta no es pasado cancelado. Sus personajes nos sacan de nuestra barraca existencial. Con toda la aventura en Usted es suya, entre siglos de tinteros y teclados, hay una capacidad de expresión artística que garantiza nuestro pluralismo literario y eso no es por casualidad ni es camuflaje. La literatura isleña profunda debe reclamar su derecho a existir, debe ser parte de la aventura literaria del presente.

Usted es suya, es una hermosa emancipación del dominio agresivo de la creatividad urbana. Es un libro que se abre y se cierra como una almeja que nuestros abuelos comieron, cuyo paladar se ha pasado a nosotros en carne y sangre. En estos días de dominio de la tecnología, la novela de Benito es un diálogo con la literatura que fortalece la importancia de nuestro pasado y los ingredientes de nuestra cultura isleña. Veo ahí una realidad con mucho oxígeno y percibo un horizonte aventajado para el mundo imaginario de nuestra novela contemporánea. “Como escritor, doy la bienvenida de corazón a todo el que quiera entrar a este mundo”. La frase es del novelista japonés Haruki Murakami. Con casi nada de ofuscación,  Usted es suya es una novela que abre una ventana por dónde entra aire fresco.


Juan Casillas Álvarez (Revista Trasdemar)

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