Poemas de Carlos Pinto Grote, In memoriam

En la Revista Trasdemar hacemos un homenaje al escritor Carlos Pinto Grote (1923-2015)
Fotografía de archivo: Canarias de las Ciencias y las Letras / Creativa canaria / 2013

Presentamos en la Revista Trasdemar una selección poética de Carlos Pinto Grote (1923-2015) en el día de su aniversario luctuoso. Escritor, poeta y neuropsiquiatra, Premio Canarias de Literatura 1991. Fue hijo de los poetas Pedro Pinto de la Rosa y Laura Grote, publicó sus primeros textos en la Revista Mensaje. Por su larga trayectoria literaria y profesional, obtuvo la Medalla de Honor de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y el título de “Hijo Predilecto” de La Laguna. Su poema “Llamarme guanche” fue adaptado musicalmente por Los Sabandeños y la editorial Baile del Sol editó los volúmenes de su obra en la “Biblioteca Carlos Pinto Grote”. Desde la Asociación Cultural Tres Orillas se ha solicitado el reconocimiento de su vida y obra con motivo de su centenario en 2023.

Foto del autor: Centro de Fotografía Isla de Tenerife

En palabras de Alberto Pizarro, en la entrada dedicada al autor en la Academia Canaria de La Lengua: “Carlos Pinto Grote pertenece a la llamada generación de los 40 en Tenerife y constituye uno de los valores fundamentales de la poesía posterior en Canarias

REVISTA TRASDEMAR

Del libro Aprendizaje del silencio

Hace días que no me vengo a ver,
porque estoy insufrible.

No sé cómo soporto el tedio visceral
en el que estoy hundido.

Por ello, hacerme una visita
puede ser una larga tortura
y prefiero olvidar la amistad que me tengo
y dedicar el tiempo
a esa mala costumbre en que consiste
la vida en relación, aquel saludo,
una conversación sobre política local
inaguantable.

Espero mejorar la próxima semana.

Entonces me diré unas cuantas verdades,
a ver si así, las cosas se componen
y vuelvo a tolerar mi compañía.


De libro De los días perdidos

No es que fuera mejor, es que ya no lo tengo.
Ni cabe la esperanza de vivirlo de nuevo.
Voy a sentirlo siempre pesando en mis espaldas.
Eurídice se esfuma si vuelvo la cabeza.

Sé que no lo he perdido, pero no me acompaña.
¿Son distintos los ojos y el paisaje es el mismo?
Vuelvo con él al recuerdo al instante inocente,
la memoria me dice que no es ese el camino.

Nombro las cosas idas y ya no tienen nombre.
A veces la respuesta me llega en una tarde,
la frescura y la brisa parecen repetirse,
cruza un pájaro el aire y no es el mismo día.

Del tiempo que se fue pasó fugaz un ala.
Siempre igual el amor, dulce, nutriente signo.
Y es que cualquier pasado fue mejor, nos decimos.
No es que fuera mejor, es que ya no lo tengo.

Buscamos otra vez la caricia y el beso.
¿Dónde está la ternura de los labios amados?
Sigue allí, lo sabemos, perdurará en la noche.
Sostiene la memoria un obstinado canto.

Un aire de batalla mal perdida me azota.
Recorro con los sueños los dorados países.
Volvería otra vez a mi mundo pasado.
No es que fuera mejor, es que ya no lo tengo.


Del libro Elegía de un hombre muerto en un campo de concentración

¡Cuántas veces miraste aquella ventana,
la última ventana frente a tu frente!
Se veían los árboles lejanos,
y cada media hora,
de una manera monótona,
era rota la monotonía,
por la bayoneta del
centinela que pasaba
casi exactamente.
Primero se oían sus pasos acercándose.
Uno, dos, tres. Y buscabas
En tu olvido la llegada.
¡Si fuera tarde!

Como un telón que se descorría,
mínimo y vertical,
frente a la conocida escena.
¡Qué desesperado llanto!

Y así te morías.
Y era bueno que lo hicieras.

Rezábamos por la noche.
Los hombres no saben nada de nuestro Dios,
ese que está detrás de las alambradas
y los subfusiles automáticos.
Porque es un Dios pobre y bueno
que no castiga.

Él nos decía:
“Hay que morir.
Y tenéis que construir la muerte;
cada uno la suya”.

Tú estabas edificando
la mejor muerte del mundo.
¡Ay la sangre
otra vez en el suelo!
¡Cómo la tocabas con la mano
hasta que se enfriaba!
Y me decías:
“Soy yo, ¿la ves?
cálido y derramado”.
¡Ay, cómo me dolía
entonces el corazón!

Entonces construías tu muerte, amigo único,
frente a la última ventana,
midiendo tu tiempo
la manecilla del reloj angustiado
de un centinela.
¡Ay, tu sangre!


OBRAS DE CARLOS PINTO GROTE


Las tardes o el deseo, Imprenta Lezcano, Las Palmas de Gran Canaria, 1954, 2ª ed. Baile del Sol, Tenerife, 2004.
Las preguntas al silencio, Goya, Santa Cruz de Tenerife, 1956, 2ª ed. Baile del Sol, Tenerife 2004.
Elegía para un hombre muerto en un campo de concentración, Goya, Santa Cruz de Tenerife, 1956, 2ª ed. Baile del Sol, Tenerife 2004.
Las horas del hospital, Santa Cruz de Tenerife, 1956.
Cuatro cuentos extraños, Santa Cruz de Tenerife, 1956.
El llanto alegre, Imprenta Afra, Santa Cruz de Tenerife, 1957, 2ª ed. Baile del Sol, Tenerife, 2004.
Muda compasión del tiempo, Las Palmas de Gran Canaria, 1963, 2ª ed., Baile del Sol, Tenerife, 2004.
Siempre ha pasado algo, colección “Mafasca”, La Laguna, 1964, 2ª ed., Baile del Sol, Tenerife, 2006.
Como un grano de trigo, El Bardo, Barcelona, 1965 y Papeles de Son Armadans, Madrid/Palma de Mallorca, 1965, 2ª ed., Baile del Sol, Tenerife, 2006.
Las horas del hospital y otros cuentos, Madrid, 1966.
En este gran vacío, Ínsula, Madrid, 1967, 2ª ed., Baile del Sol, Tenerife, 2006.
Sin alba ni crepúsculo (Poemas para después), El Bardo, Barcelona, 1967.
Oneirón, Peñíscola, Barcelona, 1973.
Unas cosas y otras, “Planas de poesía”, Las Palmas de Gran Canaria, 1974.
Solo el azul, Taller Ediciones J.B., Madrid, 1977.
Los habitantes del jardín, La Laguna, 1978.
Estío, “Mafasca para bibliófilos”, Las Palmas de Gran Canaria, 1981.
Tratado del mal, Cabildo de Tenerife, 1981.
De los días perdidos, Caja General de Ahorros de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1982.
Poemas a un cultivador de opio, colección “Poéticas”, Santa Cruz de Tenerife, 1983.
Cantatas, Ayuntamiento de La Laguna, 1984.
Un poco de humo y otros relatos, Santa Cruz de Tenerife, 1984.
Objetos de desván y trajes de pasamanería (Relatos), Caja General de Ahorros de Canarias, Santa Cruz de Tenerife, 1986.
La trampa de la noche, Gobierno de Canarias, 1989.
A solas sin testigo: Selección, Litoral de Arrecife, Lanzarote, 1992, Edición completa Baile del Sol, 2011.
Juan Ismael. Ocultaciones, Gobierno de Canarias, 1992.
Todas las Islas Canarias en la poesía, Gobierno de Canarias, 1992.
Santa Cruz de Tenerife: dos historias de una ciudad, Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, 1994.
Tienda de antigüedades, Café Central, Barcelona, 1995, 2ª ed. Litoral Alguinaguaria, Lanzarote, 1997.
Días sin ti, Baile del Sol, Tenerife, 1997.
El destino de la melancolía, CajaCanarias, Santa Cruz de Tenerife, 1997.
Cantos para una desolación, Baile del Sol, Tenerife, 1998.
Los papeles de Abilio Santos, Centro de la Cultura Popular Canaria, Tenerife, 1999.
El recital de Pedro Gonzaga, Alhulia, Granada, 1999.
Aprendizaje del silencio, Baile del Sol, Tenerife, 2003.
Antología poética, CCPC, Santa Cruz de Tenerife, 2004.
Los hombres se van, Baile del sol, Tenerife, 2006.


Fuente de los poemas y anexo bibliográfico: Academia Canaria de la Lengua

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