Presentamos en la Revista Trasdemar una selección poética del libro “La rosa de la nada” del poeta dominicano Leonardo Reyes Jiménez (Santo Domingo, 1991) publicado por el sello Huerga & Fierro como parte de las novedades de la prestigiosa editorial durante la última edición de la Feria del Libro de Madrid.
En este poemario, el poeta dominicano, quien realizó estudios de filosofía y humanidades tanto en su país de origen como en España, habla del desencanto, la juventud, el exilio y el amor, dejando imágenes imborrables en la memoria de sus lectores. Sus versos ágiles y directos, como flashes cinematográficos, nos muestran un Madrid inhóspito y descolorido. Al mismo tiempo, reflexiona sobre el valor de la literatura y sobre los problemas actuales con una agudeza crítica poco común.
En el 2020 Jiménez publicó el poemario Es preciso reponerse de la tristeza (Evohé), el cual recibió el premio antes mencionado y fue valorado positivamente por la crítica. En su momento, el poeta madrileño Manuel Quiroga Clérigo, quien fue vicepresidente de la Asociación Colegial de Escritores de España, expresó lo siguiente: “Reyes Jiménez es un poeta ambicioso a la hora de describir el mundo, ameno para mostrar a los demás el sendero de sus inspiraciones y, sobre todo, capaz de modificar su propio entorno de una manera delicada aunque hable de temas escabrosos”.
Con su última obra, Reyes Jiménez, quien aparece en la destacada antología Archipiélago inverosímil. Antología de poetas dominicanos en Europa (Isla Negra Editores, 2021), nos ofrece un libro que, si bien se aparta estilísticamente de su primer poemario, de corte más clásico, consolida su trayectoria como poeta y ocupa un lugar destacado en la poesía contemporánea. Compartimos una muestra escogida del libro en nuestra sección “Conexión Derek Walcott”
Leonardo Reyes Jiménez nació en Santo Domingo, República Dominicana, en 1991. En la actualidad, hace su vida en Madrid. Ensayista y poeta, realizó estudios de filosofía y humanidades en la UNED y en la Universidad Carlos III de Madrid. Recibió el I Premio Internacional Elvira Daudet para poetas jóvenes por su poemario Es preciso reponerse de la tristeza (2020). Ha sido incluido en la antología Archipiélago inverosímil. Antología de poetas dominicanos en Europa (2021). Varios de sus artículos pueden encontrarse en medios nacionales y de su país de origen.
De “La rosa de la nada“
V A veces mi corazón lloraba Y yo me revolvía dentro del sueño El sueño de la Libertad El sueño de las horas inútiles Las horas en las que caían las hojas de la esperanza Una a una caían las hojas delante de mí Como en esas pesadillas en las que perdía los dientes Y, al despertarme, sentía la angustia en el pecho XV Alguien que solo vive para la literatura Pero ¿qué es la literatura en un mundo dominado por la técnica? Alguien con los ojos enrojecidos por leer en el ordenador Y afuera ríen los bufones los saltimbanquis En verano el Guadarrama reposa Los árboles callan y miran inquietos Un colchón empotrado en el río Meses en el río y los patos no sabían que era para dormir Que llegan las marmotas también aquí, que llegan, ojalá que lleguen Quiero beber agua del río Uno que observa su vida ya consumida por la fiebre Y no hay nada que puedas hacer para evitarlo Si hubiera un sentido ya lo habríamos encontrado Negada ya toda esperanza no hay esperanza solo hay un constante volver de lo mismo La esperanza es un mito una excusa para justificar un sentido no hay sentido no creo en un sentido Un demonio Un demonio que habita en la conciencia y nos susurra: no creas, no creas en ti Un demonio, el demonio detrás de todos tus fantasmas Y por la noche y por el día y algunas tardes me visita mi demonio y yo lo escucho y él me susurra cosas y yo las oigo como te oigo a ti Sócrates escuchaba a su demonio Tienes que escuchar a tu demonio Y tienes que elegir En el silencio de una noche de verano, una noche de verano como cualquier otra Una noche de verano donde el mar se oye a lo lejos El mar de la destrucción El mar de los coches propulsados por despojos se oye a lo lejos Pero ¿cuál moral?, ¿de qué moral me estás hablando? ¿Que nos quitarán la moral? Javier Sádaba se interrogaba y decía, pero si nosotros no tenemos ninguna moral, ¿de qué moral me estás hablando? A veces uno lo deja todo por un sueño Un solo sueño, una sola oportunidad, una sola vez en que te es concedido poder elegir Y ya no hay nada, pero eres libre En una ciudad de tres millones de habitantes, pero solo Solo en una habitación pequeña Restituir la escritura Que la escritura sea lo que era al principio ¿Y qué era al principio? Quizás un desahogo La expulsión del desasosiego XXXVII ¿En qué se habrán ido estos años? ¿Qué quedará de estos años a oscuras en un bajo de la calle de Alcalá? ¿Adónde se irá esta madrugada dedicada a la lectura y al silencio? ¿Dónde están ahora las imágenes que vio Cortázar aquella tarde en Grecia La noche en Delfos Las altas horas vividas en Micenas Y el perfume de un helado en una calle de Plaka? Se irán también estas sensaciones El sabor del queso que fue mi cena esta noche Los labios rojos que chupaban esa polla en lugar de la mía Se desvanecerá este amor que siento por todas las cosas Pero alguien, un joven estudiante quizás, una chica universitaria, en otro cuarto oscuro, leerá este poema