Desde la Revista Trasdemar presentamos una selección poética de nuestro colaborador Pedro López Adorno (1954). Puertorriqueño. Poeta, crítico, antólogo y novelista. Se desempeñó como catedrático de literatura de 1980 hasta el 2012. Autor de diecisiete libros, sus obras más recientes son “Arte de cenizas”/ Poesía escogida: 1991-1999 (2004), “Opera ardiente” (2009), “Terapia perpetua” (2018), “Arca de la desmesura” (2019) y “Versión del que surgía” (2020). Poemas suyos aparecen en importantes antologías de la poesía latinoamericana. Su segunda novela, “Más allá de un bolero”, ha sido publicada por Sudaquia Editores este año. Incluimos una muestra de poemas inéditos y publicados de la obra del autor en nuestra sección “Conexión Derek Walcott” de poesía
Defensa de la consumación
La desnudez y el agua que la anuncia. A los que aman su néctar de cenizas en las noches no le hace falta ser densos ni complejos ni oscuros. Sólo medir esa pureza. Sólo abrir esa puerta donde el ruido de los ojos se encuentra con el mordible frenesí, con los anzuelos de luz de un Atlántico que sabe rozar tanta vorágine. Buen entendedor de guaridas y manjares, de furias y fugas. Como tocar fondo, como llegar a la médula de la razón pura sin que la muerte sea emboscada. Sólo peces. Chasquidos. Y el descabellado almíbar del mar sobre sus llamas.
De: Rapto continuo (1999)
Al margen del rebaño
La naturaleza de escribir
sobre lo borrado
retoma inhóspitas rutas.
Tengo frente a mí el ejemplo.
Sentado en el fondo
de los márgenes siniestros
alguien parecido a Noé
rema hacia la nunca idéntica deidad.
Su prédica
endulza a la ovejera muchedumbre.
Se convierte en cuerda vocal que sangra
si lo encubierto o
lo inhibido se ensaña
con la obcecación de su deseo.
Vocifera que las reformas son fracasos
y las sectas esclavitudes inconclusas.
Yo sólo soslayo ejercicios que no surtan salvación.
Lidio con los sonidos que se enfermen.
De: Arca de la desmesura (2019)
Selfie a ciegas
Sucede con frecuencia un aluvión de vahídos entumece la inquietud de las hojas es otoño el que escribe porque se atrasa el tiempo esperando lo imposible la desigual batalla de no poder ver nunca como ayer.
De: Arca de la desmesura (2019)
Jardinero efímero
Cuando les propongo a los árboles de este fugitivo edén una
podadora de setos inalámbrica estos proceden con astucia a
tatuar rasguños en mis brazos.
Escriben allí obras destinadas a borrarse. Suplicio del día que
favorece enjambre de jeroglíficos airados. Paso horas podando
los escombros mientras la memoria acumula zumbidos..
Alejándome observo cómo se condensa mi voluntad de jardinero
efímero. Contagiado por las ramas del desorden.
(inédito)