Desde la revista Trasdemar, nos sumamos a las condolencias por el fallecimiento de la poeta y artista Roberta Marrero (Las Palmas de Gran Canaria, 1972 – Madrid, 2024).
La poeta y artista Roberta Marrero ha fallecido en Madrid, el pasado viernes 17 de mayo, a los 52 años. Desde la editorial independiente Contintametienes, en la cual Marrero publicó su obra poética, se ha emitido el siguiente comunicado con motivo de su fallecimiento: “Sin palabras pero con la necesidad de contaros, desde nuestro máximo respeto y amor, y sobre todo, desde nuestro dolor, que hoy, 17 de mayo de 2024, Roberta Marrero ha decidido marcharse”. Sus seguidores han expresado sus condolencias a través de las redes sociales.
Nacida en Las Palmas de Gran Canaria en 1972, Marrero se convirtió en una artista polifacética, explorando los campos de las artes plásticas, la literatura y la música. Se hizo especialmente conocida por su trabajo como ilustradora, creando collages en los que mezclaba diversas referencias culturales, como el arte pop, la imaginería religiosa, las estrellas de Hollywood, el cine independiente o los recuerdos de su propia biografía. Su primer libro de ilustraciones, Dictadores (editorial Hidroavión, 2015), transforma diversas fotografías de líderes totalitarios con elementos de la cultura pop, ofreciendo una visión irónica del poder bajo la influencia de Andy Warhol y sus retratos de personajes famosos. En 2016, publicó en la editorial Lunwerg su autobiografía ilustrada El bebé verde, con prólogo de la escritora francesa Virginie Despentes, en la cual Marrero aborda su infancia y adolescencia desde su condición de persona transexual, narrando el camino que la llevó al descubrimiento y la afirmación de su identidad como mujer. Continuando con esta línea reivindicativa, la autora grancanaria creó su manifiesto ilustrado We Can Be Heroes: Una celebración de la cultura LGTBQ+ (editorial Lunwerg, 2018), con prólogo del filósofo y activista queer Paul B. Preciado, en el cual destaca y celebra la contribución de las personas de este colectivo a la cultura global de las últimas cinco décadas, con la voluntad de contribuir al desarrollo de una sociedad diversa, plural e igualitaria.
En 2022 apareció su primer poemario, Todo era por ser fuego. Poemas de chulos, trans y travestis (editorial Contintametienes), en el cual reivindicó el uso del término “travesti” más allá de los tabúes y estigmas asociados al mismo, afrontando cuestiones como el desclasamiento social de las personas transexuales, el mundo de la prostitución y la vida callejera. El 17 de octubre de 2022, recibió el homenaje del Gobierno de Canarias con motivo del Día de las Escritoras en una iniciativa organizada por la Dirección General de Juventud, lo cual supuso no solo el reconocimiento institucional de su trayectoria literaria, sino también un acto de reparación histórica para el colectivo transexual. Su segundo y último poemario, Derecho a cita (editorial Contintametienes, 2024), marca el regreso de la autora a un imaginario propio centrado en el deseo erótico, a veces consumado y a veces frustrado, con numerosas citas de la ingente bibliografía que conformaba su universo creativo.
En el campo de la música, Marrero se dio a conocer como DJ en los ambientes de la noche madrileña y, como cantante, grabó el EP A la vanguardia del peligro (Susurrando, 2005) y el disco Claroscuro (Susurrando, 2007). En este disco, que consta de trece canciones escritas por letristas como Nacho y Mario Canut, Marrero se muestra, según sus propias declaraciones, “a veces luminosa, a veces oscura, pero siempre electrónica”, inspirándose en diversas influencias artísticas y musicales, como Marlene Dietrich, Depeche Mode o New Order.
En una de sus últimas entrevistas, que concedió a la escritora Alana S. Portero para Eldiario.es hace apenas tres semanas, Marrero conversaba sobre sus referentes culturales en los siguientes términos: “Me da pena [lo que ha pasado con] toda esta genealogía de lo indómito, que no se da solamente en los maricas, también las travestis de la calle, en el punk, ¡en Emily Dickinson!, que era una mujer salvaje y, si nos vamos bien para atrás, Santa Teresa de Jesús también era una mujer fiera. Está bien querer acomodarse, no tengo nada en contra, no hace falta que todas seamos unas desatadas pero tampoco unas burguesas, al menos en las formas. La gente indomable sigue existiendo, pero no sale en los medios, nosotras salimos porque hablamos bien, porque no somos putas, es así de horrible pero es así, somos las buenas fieras”.