“El murillo”, un poema de Antonio Carmona

Antonio Carmona. Foto: Mónica Mederos

 

Desde la revista Trasdemar, presentamos un poema de Antonio Carmona, perteneciente a su libro Sepia, con el que ha ganado en 2022 la XXXV edición de los premios Tiflos de poesía para discapacitados visuales y ciegos, concursando bajo el título Rosa de la memoria.

 

El murillo

El tiempo también
envejece a los durmientes.
Andaba en la pobreza
de las cabras y las algarrobas,
en el torpe salto del cigarrón
obligado a creerse madera
para no ser, a los ojos de los pájaros, animal,
sino palos de un esqueleto incomestible.

Andábamos
en la brutalidad de los besos
en el anillo del obispo,
en lo absurdo, en las procesiones.
En aquel tiempo y en éste
os pienso y me pensáis,
con la suerte sin echar.
Allí, sin pecios todavía,
el pasado es menos cierto
que el influyente futuro.

El murillo es
un mostrador que separa
al gestor del mundo
de los reclamantes,
un laberinto burocrático,
el registro de las quejas
de los huesos al crecer.

El murillo es
y no es, pero siempre está,
cuántico, poderoso meme
que trasmina edades, que trasciende el tiempo.

El murillo
surgió como surgen
en una sola noche los prodigios.
Sexagenarios en regresión,
al encuentro de sí mismos,
entre paradojas desatadas
por el impacto de los paisajes cambiantes,
escuchan
el murmullo inquietante del abejorro,
en juegos de crueldad contenida.
Ya está hecho. Bienvenido al pasado.

El murillo es
sagrado para esta
tribu de paso que se queda,
para no dejar solos a sus muertos.

El murillo es
un lugar donde se vuelve,
donde los jóvenes se proyectan,
y los sexagenarios se verifican.
Allí nos pensamos aquí,
en todas las edades,
donde la lluvia es distinta,
y los charcos emergen
en el mismo lugar de siempre.
Y la lluvia es buena,
y unos pájaros,
jilgueros probablemente,
cantan a la lluvia
o con la lluvia.
Aquí es allí,
donde el orovivo se desentierra,
saca su cabeza,
el asperón es polvo,
y el hombre asperón.
Al otro lado del murillo,
antes del murillo,
hormigas cargan
el cadáver de un escarabajo
de impedimenta pesada,
hasta la despensa en un rincón
del hormiguero.

Para saltar
al otro lado del murillo,
había que esperar
el próximo prodigio.
Para ocultar
el trabajo que requiere
la construcción del murillo,
se produjo mientras dormían.
Se construyó
una catedral para la elocuencia,
un muro para no lamentarse,
una pista de despegue,
un lugar de encuentro
con la magia del discurso,
el comienzo de la crítica,
una verdad administrativa:

“Los hijos no heredan el murillo”.

El murillo es intransferible
y de naturaleza viva.
Es ficción, es real, onírico,
la verdad revelada,
un muro para la sabiduría,
para alegrarse, para regresar
y fracasar en la hazaña
de alterar el futuro.
Es lápida, punto de inflexión,
frontera natural,
convención para los mapas,
es mentira solo en parte,
y es más verdad en los corazones.
Es transparente.

Yo,
a caballo entre dos tribus,
salté al otro lado
flotando en la ingenuidad,
en una nube nave de pájaros.

Abajo,
sexagenarios de vuelta,
sin culpa en este paréntesis,
se ven ayer,
imaginándose hoy,
con la suerte echada,
con la suerte, también de vuelta,
con sus vidas a cuestas,
que habían dejado
en este lado del murillo.

El murillo es
su esqueleto.

 

Antonio Carmona (Melilla, 1958). Su obra poética ha sido distinguida en varias ocasiones con el Premio Tiflos de Poesía y de Narrativa, en la modalidad de discapacitados visuales y ciegos. Ha publicado A cierta edad (Ediciones Idea, 2009; Premio Tiflos en su XXII Edición), Horizontes en retirada (Ediciones La Palma, 2014; segundo Premio Tiflos en su XXVII Edición) y Caballo muta a cebra (Ediciones Idea-Aguere, 2017; segundo Premio Tiflos en su XXIX Edición). Algunos de sus poemas figuran en las antologías De sal y versos (Ediciones La Palma, 2007), Roquedal azul (Consejería de Cultura de la Ciudad Autónoma de Melilla, 2010) y Letras del Mediterráneo (Editorial Playa de Ákaba, 2016). Con la aparición de Invisibles, participa en el trabajo discográfico inspirado en su poética junto al cantautor Claudio Briones (Centro de la Cultura Popular Canaria). En 2021 ha sido seleccionado para formar parte de la Audioteca de Literatura Canaria Actual, un proyecto del Instituto Canario de Desarrollo Cultural (Gobierno de Canarias), y ha sido galardonado con el XXXV Premio de Tiflos de Poesía, por su libro Rosa de la memoria (Sepia), y con el XXXII Premio Tiflos de Narrativa, por su libro Purgatorio, ambos en la modalidad de discapacitados visuales y ciegos.

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