Presentamos en la Revista Trasdemar una selección poética de la autora Clara Lecuona Varela (Santa Clara, Cuba 1971) a quien damos la bienvenida. Poeta, narradora y crítica literaria, reside en La Habana. Actualmente trabaja como columnista cultural en la editorial Cubaliteraria. Presidente y coordinadora en Cuba, de POETAP y de Alianza Hispánica. Se ha desempeñado como jurado en concursos de literatura en Cuba. Ha sido jurado en veinte Eventos Internacionales de poesía y relato. En el año 2002 impartió conferencia sobre literatura cubana actual y sus retos, en la Universidad de la Laguna. Santa Cruz de Tenerife. Estudió licenciatura en Física -Astronomía, Marketing y Relaciones Públicas, Semiótica del Audiovisual y Locución. Ha publicado 12 libros. Sus textos han sido incluidos en una treintena de antologías. Sus poemas traducidos al francés, italiano, inglés, portugués y al idioma ruso, han sido
incluidos en publicaciones periódicas y digitales. Ha colaborado con programas de la radio y la televisión. Ha recibido varios premios literarios en Cuba, en poesía, narrativa y crítica literaria, ha publicado reseñas culturales, y colaborado con la Revista feminista digital Alas Tensas. Ha sido publicada en la Revista miNatura, especializada en ciencia ficción, horror y fantasía. España. Revista Otro lunes, Alemania. Colaboradora del Diario Los Realejos. Tenerife. Islas Canarias. Ha sido invitada a numerosos eventos desde el año 2000 hasta el año en curso
ininterrumpidamente.
Las aldabas del tiempo
El humillo que se eleva
entre tus piernas
es una imagen insuficiente
de las tantas que provocas.
Yo, quise cantar una canción
que te inmortalizara.
Dibujarte, desnudo
sobre un caballo al óleo,
que trota en la arena,
mira hacia el poniente
se torna inmóvil
y apacible.
Pero cuando el sol
se tiende sobre el mar
mi sexo, húmedo
como las anémonas
aguarda.
Mientras, la luz
golpea los ojos del caballo
que se ha detenido
para siempre
-eso parece-
Su espinazo tiembla
imperceptible
como si las manos de Dios
lo acariciaran.
Pero las manos de Dios
son las de un muchacho
núbil
que se corre en el sabor
de mi lengua tibia
en mi sinuosidad de anémona.
El caballo te deja caer
sobre la arena
(suavemente)
comienza a entrar en el agua
como cada atardecer
en la levedad del tiempo
y sus aldabas.
El arte de la paz
Las bombas no caen.
Si provocamos un tsunami
podemos cobrar por ver el espectáculo.
Con el dinero recaudado
rescataríamos nuestros bancos quebrados
durante largos años.
Mientras eso ocurre
los niños debemos arrastrarnos hacia las escuelas
y comernos unos a otros
como hacen los adultos.
No sea que al fin las bombas caigan
Entre aguas
La realidad es algo más
que confundo.
Una de esas cosas
que nos comprime
desgarradora y amable
o al revés.
Se me ocurre
que no percibes nuestras orillas.
Los secretos que abren
tu lengua en dos mitades.
Para luego lamer el rojo.
Tendida sobre la mesa,
acaricio tus hombros
mordisqueo tu espalda.
Abro en dos mitades
la realidad.
Por si una de ellas escapa.
La otra permanezca,
segura entre mis dientes.
Cartas
Mi padre enviaba postales
con muñecas,
al dorso, era yo la niña
más linda del mundo.
De ese mundo otro,
desde donde mi padre
me envió tantas fotos
en la nieve.
Lanzando migas de pan
a los cisnes.
Creo, luego quiso
también fuera yo,
a ver la nieve y ese cielo
tan azul como mi cielo.
Como los ojos de mi padre
allá por la bella Alemania.
De regreso,
solo que más tristes.
Mujer de agosto
Soy una mujer de Agosto.
Una mujer con luces y sombras
que hoy te invita a jugar
bajo la lluvia.
Buscaré un sitio público
donde hacerte el amor
y poseerte mientras tiemblas.
Yo te sostengo hombre
contra el viento.
Yo te sostengo hombre
entre la lluvia
y aunque a veces
temo a las tormentas
hay días como hoy
en que me buscas
y nuestros cuerpos
se unen contra un árbol
si piensas mueres de placer
no temas.
Yo te poseo.
Yo te sostengo.
Yo te protejo del viento,
la lluvia, mis luces
y mis sombras.
Yo te protejo de la tormenta.
Yo te protejo de mí.
A contragolpe
Desnudos caminamos sobre el cielo
como una burbuja entre el aire,
acaso somos ángeles olvidados
acaso somos nuestros hijos, esos que no tuvimos.
No lo sabremos.
Solo es cierto ahora tu mano en la mía
para siempre tus ojos en mis ojos.
Existe un momento otro, un universo versal
donde la luna asoma su cabeza
para encontrarnos.
Te recuerdo, en mi camino hay una puerta
donde todo comienza o todo termina
se encuentra a la mitad del sueño
y no sé sabe si es hacia atrás o hacia adelante
entonces la maravilla está en nosotros desde siempre
y desde siempre retorna.
Disfruto echarte entre las nubes
chupar tus espacios,
olerte y lento cabalgarte.
Tu voz en mi voz,
hombre húmedo a la mitad del sueño.
Despierto de golpe y de golpe te poseo.
como una burbuja goteando
entre mi boca abierta.
Sobre mi boca todo comienza o todo termina
a la mitad de mi lengua y tu lengua
y no sé sabe si es hacia atrás o hacia adelante.
Solo que en mi boca a contragolpe se detiene
y abre un agujero enorme
donde la noche, se tiende una vez más bocarriba.
Expresamos nuestro agradecimiento al poeta José Antonio Lago López y a la autora por la colaboración en nuestra Revista
Muy grato momento. Gracias