“Lo que importa es la literatura, no desde dónde se hace” Nicolás Dorta

La Revista Trasdemar prosigue la estela de las revistas de vanguardia, que a lo largo del siglo XX realizaron encuestas a creadores de la época para favorecer el debate y el diálogo en el panorama literario y cultural
Nicolás Dorta

Presentamos en la Revista Trasdemar la entrevista con el autor Nicolás Dorta (Guía de Isora, Tenerife, 1978) a quien agradecemos su colaboración en nuestra encuesta internacional dedicada a la insularidad

En lo que he escrito hasta ahora están presentes las islas. Hay sal, verano, viento, barranco, volcán. Insisto, es donde he vivido. Pero no creo que haya que insistir en la isla como una especie de espacio “mágico” que determina al escritor. Porque esa potencia se puede encontrar en cualquier parte del mundo. Creo que al escritor lo determina su mirada

NICOLÁS DORTA

La isla como espacio de creación

¿Qué representa la insularidad para su génesis como autora? Háblenos de su experiencia creativa en el ámbito de la escritura: ¿cuál es fueron los orígenes de su proceso de producción literaria?

Escribo desde la memoria y desde el presente, que es también memoria. Lo hago en un espacio que puedo identificar, imaginar, transformar y también proyectar. Pero tengo mis dudas sobre que la “insularidad” represente algo lo suficientemente determinante que defina a un tipo de literatura o de escritor. Creo que el espacio que uno habita es una cosa más, pero no tiene por qué ser especial. Lo que escribes tiene más que ver (en mi caso) con un conjunto cosas: lecturas, comida, infancia, con quién hablo,  qué me han contado, y también el paisaje, claro.   Empecé a escribir desde el periodismo. Hacía reportajes, entrevistas, perfiles, sucesos, e intentaba ser escritor. Luego monté un blog y vi que en algunas entradas contaba cosas que podrían convertirse en otra cosa. Y así surgió Las zonas comunes (Franz ediciones 2020).   


La isla como lugar de influencias

¿Cuál es su relación literaria con la experiencia de la insularidad y las influencias recibidas de la tradición o las tradiciones culturales de su lugar de origen?

Las influencias recibidas de la “tradición” son personas, músicas, libros, lugares, pero sería pretencioso por mi parte hacer una lista de autores y autoras, películas, discos, pintores que me gustan. Porque me gustan de aquí y de allá. Cada vez que leo, escucho o veo algo que me interesa, estoy escribiendo. Primero quieres escribir como los que admiras. Luego vas adquiriendo tu tono, o tu voz. Si es que se produce eso. Creo que cada escritor o escritora tiene que buscar eso, su tono, su música.


La isla como proyecto cultural

¿De qué modo considera el valor de la isla o del archipiélago en su propia cosmovisión literaria? ¿Qué opina acerca de las semejanzas y los parentescos entre su lugar de origen y otros territorios insulares?

En lo que he escrito hasta ahora están presentes las islas. Hay sal, verano, viento, barranco, volcán. Insisto, es donde he vivido. Pero no creo que haya que insistir en la isla como una especie de espacio “mágico” que determina al escritor. Porque esa potencia se puede encontrar en cualquier parte del mundo. Creo que al escritor lo determina su mirada.  Con respecto a la segunda pregunta, no lo sé. No he vivido en otros territorios insulares. Supongo que toda isla se debe parecer, como nos parecemos todos, más de lo que creemos, en cualquier parte del mundo. 


La isla como punto de referencia

En su opinión, ¿el paisaje contribuye a la formación de una estética de la insularidad? ¿Qué aspectos considera más relevantes en la mirada hacia la insularidad desde la literatura o el arte?

Yo creo que el punto de referencia es más bien uno mismo. No sé si  hay una “estética de la insularidad”. Hay escritores y escritoras que viven aquí y cuentan historias desde aquí. Pero no me atrevo a llamar a eso estética de la insularidad. Entonces habría hablar una estética de la urbanidad, del campo, del continente.  Sería como cosificar una experiencia estética. Si hay algo, creo que son circunstancias biográficas, y porque no, geográficas, que determinan, solo en parte, al escritor, pero no tanto su manera de contar. Creo que lo que importa es la literatura, no desde dónde se hace. 


La isla como vía a la universalidad

¿Cómo le gustaría definir la identidad insular? ¿En qué medida las diversas formas de la movilidad humana, como las migraciones o el turismo, influyen sobre la creación literaria en las islas? Desde su perspectiva, ¿qué lugar ocupan las nociones de cosmopolitismo y universalidad en la cultura insular de cara al futuro?

No me atrevo a definir la identidad insular, ¿qué es la identidad?; ¿lo mal llamado lo nuestro? ¿qué elementos físicos y no físicos definen a la identidad?; ¿hay identidad madrileña o catalana o caboverdiana? No sé. Precisamente la universalidad es lo que rompe con esa pretensión identitaria y eso es lo que hace la literatura total, la que no habla de ningún sitio en particular o la que habla de uno que pueden ser muchos. La literatura que no se queda quieta. La que no pretende, sino se debe exclusivamente al hecho de contar. Respeto a la segunda pregunta. Los turistas inventaron el clima. El calor, el frío. Casi que la playa. Y eso para mí es material literario. Han influido, claro. El turismo es los sectores económicos que más capacidad depredadora tiene sobre  el paisaje y la cultura. El turismo tiene el poder de generar estructuras comunes que imposibilitan cualquier atisbo de singularidad sobre un territorio. Ahora, con este  terrible parón convendría repensar, si es que es posible ya,  qué “modelo” (no sé si es cuestión de modelo) de turismo queremos. Algo parece decirnos que nada puede vencer a las cifras de millones de personas que llegan cada año. Por lo tanto, lo más probable es que volvamos a luchar por tener lo que perdimos, pero por tenerlo todo, a seguir haciendo y ocupando hoteles, colapsando autopistas, aumentado “la flota” de los rent a cars y poblando este territorio limitado, en recursos y en espacio.


Nicolás Dorta (Guía de Isora, Tenerife, 1978) Licenciado en Filosofía por la Universidad de La Laguna, Máster en Gestión y Organización de Proyectos y Espacios Culturales. Tiene estudios musicales, de Historia del Arte y Periodismo. Ha desarrollado su labor como periodista durante más de una década en Diario de Avisos; en la Agencia Efe, Europa Press, entre otros medios. En los últimos años ha realizado su labor como profesor de Filosofía en centros públicos de Gran Canaria, Tenerife y Lanzarote. En esta isla ha vivido los tres últimos años. En la vertiente musical ha participado en diversos proyectos, grabaciones, conciertos y seminarios y mantiene su actividad como batería. Las zonas comunes (Franz Ediciones, 2020) es su primer libro. Incluye un epílogo de la escritora Almudena Sánchez. Actualmente prepara una nueva publicación

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