“Aspirar a tener una producción literaria, poética para más delito, es una vocación insular” Pedro Flores

La Revista Trasdemar prosigue la estela de las revistas de vanguardia, que a lo largo del siglo XX realizaron encuestas a creadores de la época para favorecer el debate y el diálogo en el panorama literario y cultural
Pedro Flores (Fotografía de Nieves Delgado)

Presentamos en la Revista Trasdemar la entrevista con el autor Pedro Flores (Las Palmas de Gran Canaria, 1968) a quien agradecemos su colaboración en nuestra encuesta internacional dedicada a la insularidad

Mi relación literaria con la experiencia de la insularidad es ante todo una experiencia lectora. La isla sí que fue territorio de mito y ensoñación en las primeras lecturas, aventuras de corsarios y náufragos, Verne, Salgari, Stevenson en ediciones ilustradas. La isla equivalía a misterio, a existencia marginal, a la particularidad de lo que crece de manera endémica


La isla como espacio de creación

¿Qué representa la insularidad para su génesis como autora? Háblenos de su experiencia creativa en el ámbito de la escritura: ¿cuáles fueron los orígenes de su proceso de producción literaria?

La insularidad como realidad biográfica no es decisiva, en mi caso, en cuanto a mi vocación literaria. El hecho azaroso de haber nacido aquí, en un territorio insular, más allá de ciertas consideraciones anecdóticas, no creo que condicione mi producción literaria. Lo que sí creo es que aspirar a tener una producción literaria, poética para más delito, es una vocación insular. El poeta es un ser insular así resida en el desierto del Gobi. La poesía es, debe ser, una actividad “insular”, si por insularidad se entiende también marginalidad. El poeta, en mi opinión, es aquel que debe observar el mundo desde los márgenes, ofrecer una mirada tangencial del mundo. El poeta es aquel que ofrece una interpretación insular frente al pensamiento continental.


La isla como lugar de influencias

¿Cuál es su relación literaria con la experiencia de la insularidad y las influencias recibidas de la tradición o las tradiciones culturales de su lugar de origen?

Mi relación literaria con la experiencia de la insularidad es ante todo una experiencia lectora. La isla sí que fue territorio de mito y ensoñación en las primeras lecturas, aventuras de corsarios y náufragos, Verne, Salgari, Stevenson en ediciones ilustradas. La isla equivalía a misterio, a existencia marginal, a la particularidad de lo que crece de manera endémica. No olvidemos que el primer antihéroe de la literatura occidental es un ser insular; Odiseo, “el de la mente retorcida”, que gana para los aqueos, y gracias a la artimaña del caballo de madera, la ciudad de Troya. Luego, en el libro que lleva su nombre, trata de volver a una isla trazando un mapa donde cada isla encierra un misterio, una prueba. En cuanto a mis influencias digamos coterráneas, creo que deberían ser los estudiosos los que fijaran cuáles son, de existir. Vaya, pero me olvidaba que de eso aquí hay poco, algún poeta metido a crítico que quiere establecer un paradigma de la actualidad creadora en materia de poesía saltándose a algunos de los autores más paradigmáticos, qué le vamos a hacer.


La isla como proyecto cultural

¿De qué modo considera el valor de la isla o del archipiélago en su propia cosmovisión literaria? ¿Qué opina acerca de las semejanzas y los parentescos entre su lugar de origen y otros territorios insulares?

No creo que mi manera de ver e interpretar el mundo interese a nadie, la de ningún poeta en general debe hacerlo. Como poeta, o aspirante a serlo algún día, me interesa hacer poemas, convertir lo que mi visión, cósmica o no, cómica a menudo, recoge, en literatura, en un trabajo subversivo con el lenguaje, en poema.

Aquí tendré que repetirme; me remito a mi experiencia lectora (creo que uno va progresivamente acertando con sus lecturas y fracasando con su escritura) hay autores insulares que me parecen imprescindibles, Gastón Baquero, el Virgilio Piñera de, precisamente, La isla en peso, Alonso Quesada y Pedro García Cabrera, por nombrar algunos.


La isla como punto de referencia

En su opinión, ¿el paisaje contribuye a la formación de una estética de la insularidad? ¿Qué aspectos considera más relevantes en la mirada hacia la insularidad desde la literatura o el arte?

A mí el paisaje me interesa o me influye bien poco. Lo que me viene agotando de un tiempo a esta parte es que a estas alturas se siga dando tanto protagonismo a lo cromático. Hay, especialmente en este nuestro ámbito insular, quizá por esa peculiaridad geográfica, una gran cantidad de autores que se limitan a señalar el hecho poético vinculado a ese paroxismo, pero son incapaces de urdir el poema. Nos señalan de donde podría “salir” pero son incapaces de extraerlo. Mire a donde mire la literatura o el arte han de ser primero eso, literatura y arte, pero algunos dan la prioridad a la insularidad y se olvidan del resto. El poeta no está para filosofar, a no ser que sea Machado, está para consternar al otro por medio del lenguaje


La isla como vía a la universalidad

¿Cómo le gustaría definir la identidad insular? ¿En qué medida las diversas formas de la movilidad humana, como las migraciones o el turismo, influyen sobre la creación literaria en las islas? Desde su perspectiva, ¿qué lugar ocupan las nociones de cosmopolitismo y universalidad en la cultura insular de cara al futuro?

No tengo ni idea de identidad insular, nací en una isla y vivo en ella, salgo poco. La migración y el turismo pueden ser materia de poesía si el poeta sabe poner esos “temas” al servicio del lenguaje. La “temática” del poema poco importa. el poeta no es necesario para dar su testimonio, lo es, si acaso, para dar una visión de los acontecimientos que sólo el poeta puede dar y que busca en último extremo el asombro del (escaso) lector que está en posición de acceder a esa codificación.


Pedro Flores (Las Palmas, 1968). Ha publicado más de treinta títulos de poesía, narrativa y teatro. Entre otros premios ha obtenido los José Hierro, Antonio Oliver Belmás, Flor de Jara, Fray Luis de León, Ciudad de Tudela, Gil de Biedma y Alba, Ciudad de Las Palmas, Pedro García Cabrera, Tomás Morales o Ciudad de Santa Cruz de La Palma de Poesía y el Isaac de Vega de relato. Fue finalista del Premio Nacional de la Crítica en 2010. En 2016 la editorial sevillana Renacimiento edita una antología de su poesía bajo el título Salir rana. Textos suyos han sido traducidos al portugués, italiano, francés, inglés, alemán, eslovaco y húngaro.

Un comentario

  1. Me emocionan
    la profundidad y la intelectualidad en las palabras del poeta Pedro Flores, y su capacidad de expresar el conocimiento sobre la poesía de una manera lúcida y cercana.

Deja un comentario