Presentamos en la Revista Trasdemar la serie de colaboraciones especiales en homenaje a Andrés Sánchez Robayna (1952-2025), el Director del Museo Westerdahl (MACEW) Celestino Celso Hernández, comparte desde Tenerife el texto “A ASR, Desde las metamorfosis de Juan Ismael“, dedicado al autor galardonado con el Prix Mallarmé étranger por la traducción del libro “Por el gran mar / Par la vaste mer“. La serie de homenaje está ilustrada con la fotografía de la serie dedicada a Andrés Sánchez Robayna, en el Festival Hispanoamericano de Escritores de La Palma, cortesía de Daniel Mordzinski
Andrés, de entre las sesenta y tres obras que nos han llegado del legado Westerdahl, escogió una obra de Juan Ismael, El Trovador, del año 1954. Y el breve comentario, que pedíamos a cada invitado, y que Andrés nos regaló, lo tituló ‘Juan Ismael o la metamorfosis’, señalando, además, que lo ofrecía como <<Homenaje en el centenario de su nacimiento>>
CELESTINO CELSO HERNÁNDEZ
Toda pérdida de vida produce tristeza, más aún si es alguien cercano a nuestras propias vidas. Así acaba de sucederme con la ausencia, ya definitiva, de Andrés Sánchez Robayna, que nos dijo adiós el pasado martes 11 de marzo, del presente año 2025, cuando aún restaban diez días para el fin de la estación invernal. Me considero entre sus amigos, sobre todo entre quienes valoraban y mucho sus destacadas aportaciones a la creación literaria de Canarias, de España y de ámbito internacional. Fuimos incluso vecinos, en este peculiar municipio del valle de Tegueste, en el que aún sigo residiendo yo, él tras hacerlo en la cercana ciudad universitaria de La Laguna, donde también le traté, una vez que había decidido instalarse en esta isla de Tenerife, procedente de la hermana isla de Gran Canaria, en la que se produjo su nacimiento, en la Villa de Santa Brígida, el 17 de diciembre de 1952. Escasos setenta y dos años de vida, si miramos a la esperanza de vida en el mundo occidental actual. Le echaremos mucho de menos, pues soy del convencimiento que se trataba de unos de los más destacados intelectuales, con que contaban las islas de Canarias.
Me viene ahora a la memoria, por citar alguno de los momentos en los que coincidimos y colaboramos, la aportación que le solicité y que amablemente me ofreció, para que comentara una de las obras pertenecientes a la colección del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl MACEW. Era conocedor de los enormes esfuerzos que desarrollábamos, para intentar que se hiciera realidad, de una vez por todas, el sueño que un día tuvo Eduardo Westerdahl, para crear el primer museo de arte contemporáneo, que abrió sus puertas en España, en la ciudad de Puerto de la Cruz, isla de Tenerife, el 28 de marzo de 1953. Andrés, de entre las sesenta y tres obras que nos han llegado del legado Westerdahl, escogió una obra de Juan Ismael, El Trovador, del año 1954. Y el breve comentario, que pedíamos a cada invitado, y que Andrés nos regaló, lo tituló ‘Juan Ismael o la metamorfosis’, señalando, además, que lo ofrecía como <<Homenaje en el centenario de su nacimiento –La Oliva, 1907>>. En efecto, el comentario de Andrés, sobre Juan Ismael, lo publicamos en el IEHC Cultural, de junio de 2007, y Juan Ismael –Ismael Ernesto González Mora- había nacido en La Oliva, isla de Fuerventura, el 19 de diciembre de 1907. Por la brevedad del texto de Andrés, sobre la obra El Trovador, de Juan Ismael, lo ofrecemos y reproducimos, en recuerdo y homenaje por su propio fallecimiento:
El cuadro El trovador, de Juan Ismael –una pintura fechada en 1954-, parece reunir algunos de los elementos más definitorios de un trabajo pictórico fundado en la continua metamorfosis de la realidad visible. Mutación, metamorfosis: metáfora.
Un hombre canta con su guitarra bajo el cerrado manto del cielo nocturno. Una constelación que parece descendida hasta el cantor enmarca la escena y la figura. Por otra parte, ¿no es el sol mismo el que parece brillar al fono, no es la luna lo que brota del puente de la guitarra?
Un extraño ramaje empieza a asomar por la boca del instrumento. La mano misma del instrumentista parece arborizarse. Ya empezamos a verlo: las notas que salen de la voz y de la guitarra se tornan estrellas. La guitarra regresa a su materia, a su madera. Y el propio hombre se transforma en árbol.
En el año en que se cumple el centenario de nacimiento de Juan Ismael, ¿no celebramos ante todo esta capacidad para hacer de lo visible una red de infinitas, sutiles, seductoras metamorfosis?
Solo una pena me resta, cuando su partida no tiene vuelta a atrás. Apoyé lo más que pude, que se le concedieran los mayores reconocimientos a Andrés Sánchez Robayna, por el conjunto de su destaca obra, por su importante labor de enseñante, y por su destacado papel como impulsor y difusor de las creaciones literarias y artísticas de otros creadores insulares. Valga, como escueta cita, la fundación de la sobresaliente revista Syntaxis, que dirigió a lo largo de diez años, entre 1983 y 1993. Como también que fue el primer director de la revista Atlántica, del Centro Atlántico de Arte Moderno CAAM, de Las Palmas, en donde dirigió, además, el Departamento de Debate y Pensamiento. Fue en el nº 1, de mayo de 1991, cuando apareció su nombre como director de Atlántica, pues hubo un número previo, Año I, número 0, de octubre de 1990, que se dedicó íntegramente a la presentación del CAAM y su sede. Ese apoyo, a que aludía, no debió, sin embargo, ser suficiente, pese a haberlo propuesto varias veces, para que se le concediera el Premio Canarias de Literatura, al que tenía todo el merecimiento.
Celestino Celso Hernández (La Palma, 1956) Licenciado en Historia del arte, es miembro del Instituto de Estudios Hispánicos de Canarias en el Puerto de la Cruz y Director del Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl (MACEW) Ejerce la crítica de arte y el comisariado de exposiciones en medios de comunicación y en espacios de arte de toda Canarias.
