“Esteros, el observador y los sistemas éticos del hombre común” Por José Alberto Nápoles Torres

En la Revista Trasdemar difundimos la literatura contemporánea de las islas
Portada del libro “Esteros” cortesía del autor Yanier H. Palao

Presentamos en la Revista Trasdemar el ensayo del autor José Alberto Nápoles Torres (La Habana,1974) poeta, ensayista e investigador, a quien damos la bienvenida. Su colaboración titulada “Esteros, el observador y los sistemas éticos del hombre común” es un texto de crítica literaria inspirado en el libro “Esteros” de Yanier H. Palao (Cuba, 1981) escritor y artista plástico, colaborador de nuestra Revista. El libro “Esteros” (Ed. Abril, 2013) obtuvo el premio Calendario en la categoría de poesía, galardón que otorga la Asociación Hermanos Saíz a creaciones literarias de jóvenes escritores y escritoras de Cuba. Incluimos el ensayo en nuestra sección “Conexión Derek Walcott” de literatura contemporánea del Caribe

La energía ecológica en los textos es evidente: los manglares, el fluir del océano, de los ríos (donde revitaliza o re-lee a Jorge Manrique, poeta del siglo XV, inauguró la poesía individual, su expresión sentimental), la plantas y la permanente presencia del sol en sus poemas

JOSÉ ALBERTO NÁPOLES TORRES

I

En 1974 sería publicado un libro por la Editorial de Ciencias Sociales que intentaría acercarse a la historia de la gente sin historia (el título de la obra en cuestión sería Contribución a la historia de la gente sin historia), sus autores: Pedro Deschamp Chapeaux y Juan Pérez de la Riva ofrecerían a un público diverso esas historias que hasta entonces no eran historias registradas en libros de textos. No eran importantes porque la Historia como ciencia no tenía en cuenta la matriz de la vida cotidiana, y en su lugar dejaba ese contenido a otras ciencias como la antropología, la sociología, otras. Ahora bien ¿qué relación tiene lo anterior con la poesía de Yanier H. Palao?

Si el lector ha tenido la posibilidad de disfrutar el libro de este autor (recuérdese que este nace en Holguín, provincia cubana, en 1981) quizás haya podido identificar la presencia permanente del verbo ver, observar, o en su lugar vocablos con iguales acepciones, sinónimos; lo que da una idea que el sujeto lirico cuenta una historia, es testigo y testimonio de un lugar, de un tiempo, en la que toma notas:

“Escribo,

Solo eso,

Escribo”

O, este otro fragmento (página 67, Esteros):

“Miro, no siento dolor, solo escribo y tomo notas”

 (como observador), no una historia universal de acontecimientos trascendentales e inscritos en libros académicos, desde un yo que observa (de forma especial), que participa en la vida cotidiana, a veces tomando parte de esta, sin una fusión evidente; en otras ocasiones observa a distancia; es decir, un yo que tiene en cuenta el ahora, el allí, el aquí de la gente común. Este libro Esteros es la historia de la gente común en la vida cotidiana donde los magníficos acontecimientos cosmopolitas parecen no tener lugar. La historia íntima, la madre, los amigos, los que existen son observados por un sujeto lirico.

Uno de los textos del poemario, resume, de algún modo, esa relación de poesía y antropología (poesía antropológica, pudiera decirse, o sea, ese acercamiento a un medio cultural distinto y propio del sujeto lirico o poeta mediante la propia poesía); en el poema “Los ojos abiertos tragándose lo observado” puede constatarse lo dicho. Este título contiene una idea esencial que recorrerá todo el conjunto de la obra, y que brindará una clave para disfrutar y reflexionar el entorno; costero, campesino, ¿pesquero? Esa dimensión del Esteros, que, no es motivo de atención en el trabajo presente (sino en otro momento); esa dimensión espiritual, afectiva, emocional que se entreteje de manera continua alrededor de la figura de la madre.

Debe acotarse que la dimensión Esteros (indicador para reflexionar el texto, y coincide con el título del libro. Titulo bien acertado) es una cualidad interesante ya que se extiende durante el libro y parece que el autor o el sujeto lirico con este sustantivo (que a veces tiene presencia como lugar, como cosa y como proceso) pretende crear una realidad singular donde pueda re-construir una historia, su historia.

Sujeto lirico que por momentos parece confundirse con tramos biográficos del escritor. O es un libro donde el poeta rememora, reconstruye su historia familiar apoyándose en un supuesto sujeto lirico para decir; en el mismo poema citado anteriormente (“Los ojos abiertos tragándose lo observado”), podría percibirse la propuesta del sujeto lirico:

“¿Por qué insistir en reconstruir la historia? ¿Por qué si ni siquiera tengo pruebas? Solo susurros, fotos desgastadas y unas cartas. ¿y las inventé? ¿Si en realidad la joven es otra? Entonces la escritura solo me sirve para justificar la precariedad de mis días, para creerme que es una herencia…

Sujeto lirico es una realidad intersubjetiva. ¿qué es una realidad intersubjetiva? ¿acaso no es la intersubjetividad, según Alfred Schütz, la propia vida diaria, la matriz cotidiana del hombre? En la vida diaria el hombre dota de sentido todo lo que ocurre a su alrededor, interpreta el mundo con cierto sentido, así es como asumo al sujeto poemático de Palao.

Palao o el sujeto poemático parece acercarse al mundo a través de métodos científicos, sociológicos. Se acerca a los objetos de la vida cotidiana de un pueblo/comunidad costera, es necesario tener en cuenta que estos objetos pueden considerarse ecosistemas costeros ( que incluye la flora y la fauna y en especial la flora y su descripción), las casas , los hombres, las latas, el sol ( que ya no sería un objeto inmediato sino cósmico) y tantos otros cuerpos que están presente en el poema , en los poemas ( y cuya estructura favorece tal afán); y esos objetos que son seres re-interpretados e interpretados por el autor como un observador veraz y pertinente y que son los que conforman la verdadera poética de este ( no hay que recordar este término que proviene del propio Platón y la prolongada tradición que lo acompaña desde entonces).

Los textos de este autor interpretan la realidad desde el repositorio tradicional y en específico de la relación afectiva entorno físico, madre e hijo. El describe, destaca el mundo sensorial, reflexiona a la vez desde el cumulo de experiencias de la madre. Se explica la matriz de la vida cotidiana con los supuestos maternos. El siente, escucha, logra comprender los impulsos y los efluvios del pasado a través de ella (los ejemplos son múltiples en el poemario. La abundancia de verbos que remiten a las vivencias personales y a las vivencias del otro que le permiten observar como oficio de antropólogo, y claro como recurso experiencial del poeta)

Esta relación, obviamente, intersubjetiva destaca una atención especial: como se construye la memoria mediante el recuerdo persistente: hijo- madre. El hijo vuelve una y otra vez a esta figura para re-interpretar su mundo, su escritura y ofrecer al lector una reflexión sólida acerca de la vida cotidiana de la gente sin historia de algún lugar costero.

Reconstruye la historia de la gente sin historia dándole un entorno físico, a veces destaca algún rasgo histórico, pero que no produce desbalances en el conjunto de la obra.

No se está ante un poeta mental, lo escrito esta ahí para sentirse (también lo reconoce en su obra), toda la obra (o casi toda la obra) conserva la triada antes mencionada: entorno-familia-otros (él y los demás sujetos múltiples que pueblan el poemario), que solo puede leerse desde el tacto, la respiración, los ritmos corporales, los fluidos del medio ambiente y el propio sujeto lirico.

La energía ecológica en los textos es evidente: los manglares, el fluir del océano, de los ríos (donde revitaliza o re-lee a Jorge Manrique, poeta del siglo XV, inauguró la poesía individual, su expresión sentimental), la plantas y la permanente presencia del sol en sus poemas. Todo esto con un tratamiento exquisito del lenguaje, no hay torpezas, obscenidades, aunque en algún momento aparece ciertas palabras que restan el vuelo poético alcanzado, para luego retomarlo y completar el texto de manera satisfactoria.

Poemas como La recortaría de la que estoy hecho y otros que pueden encontrarse entre las páginas 57 y 74 son extensos (que, aunque, a mí, como lector no me reporta malestares, ignoro a los demás. Ciertamente esto es un terreno de opiniones inesperadas), pero ayudan a percibir ciertos detalles necesarios para deleitarse de la historia espiritual. Por ejemplo, en La recortaría de la que estoy hecho, el poeta dice:

“…me nutre lo observado, lo que mis ojos recortan por siempre para mí…”

Véase como el poeta entra a la dimensión Esteros a través de la observación como un investigador de campo que utiliza sus técnicas de investigación: la observación. Esta forma de apropiarse de la realidad cotidiana no solo es una vía de acceso desde la poesía, también es o pertenece a las ciencias (sociología, antropología, psicología y otras).

Cuando se habla de historia debase tener presente las sucesivas alusiones que ha ido dejando el autor o el sujeto lirico acerca de su propia escritura. Hallarlas, y aplicarla desde la intuición favorecerá adentrarse a la fascinante dimensión del Esteros.

Esteros se organiza, despliega sus textos sobre una línea temática, que, a veces, se torna difícil de definir; ya que el amor, sí, parece extraño, pero es el tema que predomina, acompañado de otros subtemas (como el des-amor, la muerte, la soledad, la nostalgia, el exilio, el des-arraigo, la tristeza, la identidad, etc.) que giran alrededor de la relación paisaje (medio ambiente), hijo y madre, este último vínculo es imprescindible para el deleite del libro y su comprensión.

En Esteros triunfa la felicidad y la bondad:

Siempre trato de encontrar la bondad aun cuando todo parece aniquilador

II

Contribución a la historia de la gente sin historia, de Pedro Deschamp Chapeaux y Juan Pérez de la Riva, es un exquisito libro, que, en su momento, también, tuvo sus objeciones de turno al igual que lo tuvo y lo tendría Esteros. Sigo insistiendo (se insiste), que el poeta, Y. H. Palao, aborda la historia de la gente sin historia, desde luego, con una visión singular que permite relacionarse con el mundo, mediante el conocimiento que permite la poesía (recuérdese que la poesía, siempre, ha sido una forma de conocimiento de la realidad). Historia que el poeta re-construirá sobre la relación insistente madre- hijo; y que considero logrado, interesante y estéticamente recomendable.

III

Los sistemas éticos del hombre común, en la poesía de Palao, sería abordado en otro momento. No obstante, la obra de este (en forma general) y no solamente del libro que interesa está escrito con la dignidad, con una ética casi universal, pero con un guiño feliz en relación a los valores martianos (claro está, desde su propia interpretación; lejos de cualquier oficialismo martillante).

IV

Entiéndase que el texto presente está inconcluso, pero cumple o entiende que la idea inicial fue expuesta satisfactoriamente: Esteros es la historia de la gente sin historia escrita desde la poesía, poesía antropológica, sentida como catarsis aristotélica; léase el siguiente fragmento:

“… y no me queda otra cosa que construir vidas, rememorar el pasado. Aun cuando ese pasado no lo conozca, y solo sé de él (por) fotos, susurros, telas gastadas. Solo me preocupa la formación de esas vidas…”


José Alberto Nápoles Torres (La Habana,1974), poeta, ensayista e investigador. Dirige el proyecto La casa artemiseña de la décima. Licenciado en Educación. Tiene publicado diversos libros de poesía: Tao (Máscara en vuelo),2015, Editorial Unicornio; Muchachos del camión por la editorial El Abra, de la Isla de la juventud,2019; y la compilación Elegía por siempre…; este último fue publicado por la Editorial Unicornio, en el año 2019. Tratado de los diez mundos: Dos mil años después de Cristo, poemario publicado en el año 2020 por la Editorial Argos; los libros Escaras y Los Eudromos (en el año 2023) fueron publicados por la Editorial Primigenios. Coautor de la compilación: El secreto de los parques, de mujeres poetas en la provincia de Artemisa. Reseñas, poemas y otros textos suyos aparecen en innumerables revistas y antologías cubanas y extranjeras (Chile, Italia y España). Es Miembro de la Uneac.


Yanier H. Palao (Cuba, 1981). Escritor y artista plásticoSus manos han envejecido prematuramente por su antigua labor como restaurador. Sus manos han acariciado más la piedra de cantería, el yeso, rejas de hierro, que la piel humana. Le interesa lo escondido, recoger fragmentos, desechos, con ellos construye artesanías que después vende. Le hubiera gustado ser arqueólogo. Ha publicado, entre otros, los libros: Sombras del solo (Ed. Holguín, 2005), Peces en bolsas de nylon (Ed. Ávila, 2009), Música de fondo (Ed. La Luz, 2010), A la intemperie (Ed. Holguín, 2011), Vaciados (Ed. Aldabón, 2011), Esteros (Ed. Abril, 2013). Ha recibido numerosos premios entre los que se encuentran el “Premio Calendario” en Poesía, 2012 y la beca de creación literaria que otorga el proyecto “Torre de Letras”, 2016. En el 2018 publicó Óxido por Letras Cubanas. Recientemente ha salido a la luz País excéntrico, publicado por Iliada Ediciones.

Sus artículos de opinión aparecen con frecuencia en las revistas Alas tensas, publicación de corte feminista, en El árbol invertido, revista de promoción artística cultural, en el blog El museo de la disidencia, y en la revista El estornudo, así como en la publicación Trasdemar, especializadas en las culturas insulares.    Ha realizado numerosas exposiciones, las que sobresalen Grito para que se me escuche, 2009. Baguanos, Holguín, Cuba. Rastros, 2011, biblioteca Benito Juárez, universidad politécnica de Holguín. Ese mismo año expuso en La Casa De Ibero América, Ejercicios apuntes de cuadernos. Participó en el evento Babel. 2013 de las Romerías De Mayo, con una intervención pública, que consistía en limpiar los monumentos de los héroes que están emplazados en la ciudad del Holguín con turuntas y algodones mojados de agua oxigenada. Ha realizado numerosas ilustraciones para libros infantiles, y revistas. En el 2019 expuso en la ciudad de Quito en la cervecería Viva cerveza, su muestra ofrezco mi fragilidad. Su obra engrosa  numerosas colecciones particulares, en La Habana, Quito, Guayaquil, México, Argentina, EUA, España, Reino Unido, y Australia. Es miembro del consejo editor de la revista española Trasdemar, publicación especializada en la promoción de la cultura de los países insulares. 


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